George Maslucán

Las nos a menudo, especialmente al elegir pareja, que es cuando más nos arrepentimos. Sin embargo, en esta ocasión no nos centraremos en el amor, sino en el error en temas generales.

Daniel Kahneman argumenta que las personas se dejan guiar por impresiones y creencias intuitivas, creyendo que pueden realizar todo. Desde una perspectiva filosófica, Søren Kierkegaard revela que los errores surgen de buscar una utopía.

José Saramago menciona que “la armonía es compatible con la indignación y la lucha; la felicidad no: la felicidad es egoísta”. Por su parte, Marco Aurelio Denegri afirma que el ser humano no se conoce lo suficiente para formar vínculos sin errores. El error muestra que el ser humano es egoísta; busca su satisfacción y comete errores en el proceso.

Nagib Callaos indica que solo los humanos cometen errores y que las máquinas no se equivocan. Y, según Platón, el error se opone a la verdad y el ser humano lo evita para alcanzar conocimiento verdadero. Ontológicamente, cometer errores es propio del ser humano.

El Diccionario de la Lengua Española define equivocación como “imprecisión” o “error”, lo que indica que la persona comete errores debido a circunstancias donde puede haber fallos.

Finalizo citando una perogrullada, que seguro los lectores bíblicos reconocerán con facilidad: todos cometemos muchos errores. Ahora bien, si alguien no comete ningún error es un hombre perfecto. Pero, como todos sabemos, la perfección no existe y todos caemos en el error.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

George Maslucán es estudiante de Derecho en la USIL