La deforestación generada por la minería ilegal de oro alcanzó su pico histórico en el 2018 con la pérdida de 9.280 hectáreas de bosque amazónico. En este escenario, Madre de Dios se mantiene como la región más degradada por esta actividad ilícita, de la cual, además, depende la mayor parte de su producto bruto interno (PBI).
Los últimos datos del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés) cedidos en exclusiva a El Comercio, revelan que en los últimos dos años se han registrado los peores niveles de devastación de la Amazonía sur del Perú, esto pese a los esfuerzos gubernamentales (económicos y normativos) para acabar con la extracción de oro ilegal en zonas como La Pampa en Madre de Dios.
Tras el estudio de más de 500 imágenes satelitales de alta resolución (en áreas con presencia de minería ilegal entre enero del 2017 y noviembre del 2018), el proyecto detectó que solo en el 2017 se perdieron 9.160 hectáreas. Es decir, en los últimos dos años un total de 18.440 hectáreas de bosque en Madre de Dios, Cusco y Puno se convirtieron en un territorio de lagunas de fango con mercurio y árboles muertos. El área, según calcula MAAP, equivale a 25.000 campos de fútbol.
“Esto pone en evidencia que la minería ilegal no ha retrocedido. Hasta el año pasado hubo falta de voluntad política y poco trabajo articulado entre autoridades regionales y nacionales para enfrentar el problema que va mucho más allá del daño ecológico”, declaró Daniela Pogliani, directora ejecutiva de la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA), encargada del proyecto junto con la Amazon Conservation Association (ACA).
Pogliani advirtió que las zonas más amenazadas por la extracción ilegal de oro se ubican en lo que se supone son áreas protegidas, como es el caso de La Pampa y el Alto Malinowski, en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, en Madre de Dios; y la selva de Camanti, en Cusco.
—La más impactada—
Solo en La Pampa se perdieron 1.685 hectáreas entre enero del 2017 y octubre del 2018. Según un estudio del Centro de Innovación Científica Amazónica (Cincia), la minería ilegal se convirtió el año pasado en la primera causa de degradación de suelos en esta región.
En Madre de Dios, las autoridades calculan la presencia de 40.000 mineros ilegales. Según el registro satelital de MAAP, estos avanzan sobre concesiones destinadas a reforestación.
De otro lado, la superficie depredada en el Alto Malinowski (zona norte del río del mismo nombre) alcanzó las 760 hectáreas entre enero del 2017 y noviembre del 2018. La extracción ilegal de oro avanza sobre la comunidad nativa Kotsimba y penetra en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene.
En Camanti (Cusco), se deforestaron 335 hectáreas entre agosto del 2016 y noviembre del 2018 y los ilegales se acercan hacia la Reserva Comunal Amarakaeri.
El gobernador de Madre de Dios, Luis Hidalgo, dijo a este Diario que han planteado al Ejecutivo que la estrategia contra la minería ilegal en la región trascienda las interdicciones (incautación y destrucción de maquinaria de la minería ilegal) y se invierta en alternativas comerciales.
“Se tiene que aplicar una estrategia similar a lo que se hizo en Tocache (Alto Huallaga) contra el narcotráfico y apostar por la actividad agrícola. Estamos dispuestos a hacer ese cambio”, dijo Hidalgo.
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