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La Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) dio a conocer el “II informe bienal sobre la realidad universitaria en el Perú” (IB), en el que se revela que el número de estudiantes universitarios de pregrado pasó de menos de 800.000 a más de 1´500.000 entre el 2008 y el 2019, es decir, casi se duplicó en ese periodo.
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De acuerdo al informe, el incremento estuvo vinculado con el aumento de universidades que entraron en funcionamiento. Mientras que en el 2008 habían 96 de estas casas de estudio, en 2012 se contaban 35 más, 30 de las cuales eran privadas.
En el documento también se señala que la tasa de selectividad en la admisión a la universidad era de 1 ingreso por cada 2 postulaciones en los procesos de admisión correspondientes al año 2017, y detalla que en las universidades privadas esta tasa está en torno a 1 ingreso por cada 1,3 postulaciones mientras que, en contraste, en las universidades públicas se registró 1 ingreso por cada 5,1 postulaciones.
“En cuanto al acceso a la universidad, según los datos disponibles más reciente, se registraron cerca de 634 mil postulaciones a universidades peruanas a nivel nacional”, se lee en el informe.
Otro aspecto positivo se registró en el campo de la investigación universitaria. El número de publicaciones en revistas indexadas incrementó: entre el 2014 y 2017, pasó 572 artículos a 961. Además, “en cuanto a la evolución del número de publicaciones científicas, se observa entre los años 2009 y 2017 un notable incremento, pasando de 500 a 1.643 publicaciones en el período”. El 58,5% del total de estos artículos corresponde a este último año.
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Por otra parte, la Ley Universitaria establece que no menos del 25% de la plana de catedráticos deben ser docentes a tiempo completo (DTC). Al respecto, en el IB se señala que, en el 2010, más del 60% de esta planilla cumplía esta condición y que ello no ha variado significativamente. “Sin embargo, las universidades privadas asociativas pasaron de 17,6% a 27,5% de DTC y las universidades societarias pasaron de 10,9% de DTC en el 2010 a 28,9% para el licenciamiento”, se precisa.
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Brechas
Frente a los aspectos positivos en el campo de la educación superior, el informe de la Sunedu también revela una serie de brechas por atender. Por ejemplo, se señala que “el salario de las mujeres egresadas es, en promedio, un 22,1% menor en comparación con el de los hombres”.
Además, según el documento, en cuanto a las condiciones laborales de los egresados, en el 2018, en comparación con sus pares hombres, las egresadas universitarias (21 a 35 años) que forman parte de la población económicamente activa (PEA) presentan tasas más altas de desempleo (11,3% contra 6%) y subempleo invisible (10,8% contra 17,4%).
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Con respecto a los cargos del gobierno universitario, en el 2019, solo alrededor de una cuarta parte (23,8%, precisa el documento) eran ocupados por mujeres. Esto es, cargos en puestos directivos como rectorado, vicerrectorado, secretaria general y decanato. Y puntualmente en el caso de rectorados, el porcentaje desciende a un 8,9%.
Según el IB, se ha evidenciado que los desequilibrios en el liderazgo de las facultades entre hombres y mujeres varían según las áreas del conocimiento. Así, en las facultades de Ingeniería y Tecnología solo el 12,2% de decanatos fueron presididos por mujeres, mientras que en las de Ciencias Médicas y de la Salud, el 46,7%.
Asimismo, un joven cuyo hogar pertenece al quintil de menor gasto tiene 28% menos probabilidades de acceder a la universidad, en comparación con un joven del quintil superior, y el hecho de tener padres sin estudios superiores reduce la probabilidad de acceso a la universidad en 16%, en comparación con aquellos que tienen padres con estudios superiores.
Por su parte, el superintendente de la Sunedu, Oswaldo Zegarra Rojas, destacó -mediante un comunicado- que el IB refleja el impacto positivo de la Reforma Universitaria y que “permitirá tomar decisiones para la gobernanza y la regulación del sistema universitario, en favor de la calidad y la equidad, así como contribuir a reducir brechas de información y a expandir la transparencia ante la ciudadanía”.
Indicó que con la difusión de esta información se espera que las universidades sigan promoviendo una mejora constante para incrementar el bienestar de sus comunidades y que las buenas prácticas y criterios de calidad presentados en esta publicación se conviertan en herramientas para el uso de autoridades, gestores y todas aquellas personas que trabajan con el fin de mejorar la educación en el Perú.
