Ayer a las 2:50 p.m. en el kilómetro 156 de la Carretera Central (sector La Balanza), dos taxis colectivos modelo sedán (M1) impactaron, produciendo la muerte de 7 de sus ocupantes, entre ellos, dos niños y sus dos padres, una enfermera y un policía de Pasco, según información recogida por el Diario Correo de Huancayo.
Es el segundo siniestro mortal que se registra en taxis colectivos dos semanas después de la formalización de este servicio en el Congreso. El 14 de diciembre, el choque de una miniván en Puno produjo la muerte de 11 personas. Uno de los principales promotores de esta iniciativa legislativa es el congresista Luis Carlos Simeón Hurtado, presidente de la Comisión de Transportes, quien además asistió a la movilización de colectiveros a inicios de diciembre.
Lea también: El choque de un taxi colectivo que revela todos los defectos de la ley que los formaliza
Según informó la Policía Nacional del Perú (PNP), el impacto entre la unidad de placa B4O-522 y su similar con matrícula F4U-485, fue lateral. Una de ellas habría estado desplazándose en dirección contraria al tránsito. El propietario del auto de placa F4U-485, Jesús Huamaní, registra un historial de 23 papeletas, de las cuales 14 son consideradas graves, según en el Reglamento Nacional de Tránsito. Una de estas infracciones tiene el código R02, que sanciona a los choferes que realizan el servicio de transporte sin autorización con una multa de S/1.925.
Ese mismo vehículo, además, registra una deuda por papeletas sin pagar de S/2.241 por circular, interrumpir y/o impedir el tránsito, en situaciones de desastre (M41) y por circular con lunas o vidrios polarizados sin autorización (G17). La otra unidad, de placa B4O-522, era conducido por Heimer Marlon Cochachi Ñaupari, de 27 años, quien falleció tras el impacto.
La enfermera fallecida fue identificada como Milagros Liliana Churampi Pérez (33). El oficial de la policía, identificado como Diego Hermiño Moreno (41) era instructor de agentes en Pasco. Los restos de los siete ocupantes fallecidos fueron internados en la Morgue Judicial de La Oroya, a fin de que se practique la prueba de descarte de características compatibles al COVID-19, para luego ser trasladados a la Morgue Judicial del Distrito de Hualhuas, Provincia de Huancayo, a efectos de que se les practique la necropsia de ley.
Agentes de la Policía de Carreteras llegaron al lugar para evacuar a los heridos, entre ellos otro menor de edad, quien fue trasladado de emergencia hasta el hospital de EsSalud La Oroya. Al parecer, la alta velocidad y la lluvia habrían sido los factores que originaron el accidente. En imágenes registradas, ambas unidades resultaron con severos daños.
REVISA AQUÍ | Junín: río se desborda, destruye puente de 60 años y afecta a 80 familias
Uno de los paraderos informales principales del servicio de colectivo desde Lima hacia el centro del país está ubicado en el sector de Huaycán, ubicado en el distrito de Ate. Como informó El Comercio en el marco de la formalización de este servicio en el Congreso, los choferes utilizan paraderos cercanos a las carreteras para evitar ser controlados.
La formalización del caos
Como se recuerda, un sector del Congreso de la República aprobó la formalización del taxi colectivo en vías nacionales en vehículos de categoría M1 (sedán, station wagon, miniván) en todo el país, a excepción de Lima y Callao, autorizándolos para recoger o dejar pasajeros en carreteras, sin paraderos definidos ni protocolos de higiene, a pesar de que el Ministerio de Transportes (MTC) haya declarado sobre los riesgos de esta actividad para dicho tipo de vehículo.
Los vehículos livianos de categoría M1 no estaban permitidos anteriormente por ser inseguros para el transporte interprovincial de pasajeros, según lo ha declarado el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) a El Comercio en diversas oportunidades.
Una estadística de la policía revela que estos vehículos livianos son responsables de casi el doble de siniestros viales en carreteras a comparación de los vehículos más grandes de categoría M2 o M3, como los buses. Estos últimos, debido a su robustez, eran los únicos permitidos por el Gobierno para estas vías. Incluso, actualmente están obligados a circular con GPS, control de velocidad, cinturón de seguridad de dos puntos, además de estar respaldados por una empresa de transportes, algo que no ocurre con los colectivos. Muchos modelos de colectivos tienen asientos rebatibles, que no están soldados a la carrocería.
Las estadísticas de la PNP indican que, entre el 2005 y el 2015, el 69% de las muertes en carreteras fueron de personas a bordo de unidades de categoría M1 o menores, y el 39% en buses categoría M2 o M3. En promedio, por cada 3.000 vehículos que sufrieron accidentes en vías nacionales, cerca de 1.500 son modelos sedán o camionetas. El resto son buses, microbuses, camiones o mototaxis.
Otro de los riesgos de este servicio son las posibilidades de contagiarse del COVID-19. Pese a estar viviendo una pandemia, ninguno de los congresistas que argumentó a favor de esta formalización consideró el riesgo de contraer el virus en estos vehículos. El negocio del colectivero es ocupar todos los asientos antes de partir, lo que impide que los pasajeros mantengan el distanciamiento social.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Lambayeque: declaran prórroga del estado de emergencia en Pacora por contaminación del agua
- Amazonas está preparada para una segunda ola del COVID-19, asegura gobernador regional
- EsSalud advierte que el sedentarismo infantil durante la pandemia aumenta el riesgo de sobrepeso u obesidad
- Región Junín cuenta con el primer laboratorio de biología molecular para detectar nueva cepa del coronavirus