El almirante y congresista Jorge Montoya, portavoz de Renovación Popular (RP) es un termómetro de la vacancia. Una ligera inflexión de voz, una imperceptible carraspera suya, nos dicen cómo va la apuesta. Por eso, tras la interpelación al ministro de Salud, Hernán Condori, cuando balbuceó consideraciones benévolas hacia este; la coalición vacadora dijo, ¡tate!. Se esperaba ese viernes 18 que, apenas terminara la interpelación, se activara una moción de censura, pero bien saben que no fue así. Ese iba a ser el ensayo final de la vacancia, pero se postergó. Lo que veremos el próximo lunes y martes será más improvisado e impredecible, si cabe.
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Condori y el ‘Chino’
Le pregunté a Montoya si una de las razones de su aparente giro del 18 —ya ha descartado que fuera el miedo al bluff de Aníbal Torres sobre un proyecto de adelanto de elecciones—1 fue que la bancada de Fuerza Popular (FP) se replegó porque no querían que nada hiciera peligrar el inminente fallo del TC a favor de Alberto Fujimori. “No, nadie me dijo nada, ni yo sabía nada de eso. Metí la pata, simplemente. Dije que había un tiempo, 30 días de plazo para censurar, y eso se interpretó mal”.
A favor de la tesis de la metida de pata, está el sentimiento mayoritario de la propia bancada de RP que, según una fuente cercana a ellos, pidió precisiones ese mismo día a su portavoz. El promotor del aclare fue Esdras Medina, el muy conservador presidente de la Comisión de Educación. Subrayo la onda pro vida de Medina, porque otra tesis sobre los motivos de la clemencia hacia Condori, fue que este hizo guiños coquetos a los conservadores. Sin embargo, tanto mis fuentes de RP como Hernando Guerra García, el portavoz de FP, me dicen que sus bancadas no se tragaron esos anzuelos en forma de ostias. Tampoco se tragaron, otro anzuelo, ese sí pagano, en forma de halago al fujimorista Alejandro Aguinaga, por el programa de esterilizaciones masivas durante el gobierno de Fujimori.
En realidad, hubo un desencuentro sobre la forma de arremeter contra Condori. En primer lugar, como me dicen fuentes de diversas bancadas, los fujimoristas no son asequibles para firmar mociones que no nazcan en su seno. Cargan con el trauma de haber sido acusados de obstruccionistas, repudiados y hasta disueltos por eso hace dos congresos. Les pesa la mano antes de firmar cualquier moción. Por eso, ante Condori, prefirieron ignorar las iniciativas ajenas para interpelarlo y lanzar su propia moción que, de frente, decidieron que fuera de censura.
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FP hizo una consideración laxa del reglamento del Congreso. Este, en su artículo 86 inciso A, dice que los congresistas pueden plantear la censura, “luego de la interpelación, de la concurrencia de los ministros para informar” y de otros supuestos que sí se daban en el caso de Condori. Pero la tradición es censurar luego de interpelar y Montoya objetó a FP que era mejor no saltarse esa etapa. FP asumió que, en efecto, era mejor interpelar primero, y retiró la moción de censura. Estas idas y venidas demuestran que la coordinación dentro de la coalición vacadora no es óptima ni armoniosa. Así se explicó que, por un impromptu de Patricia Chirinos se lanzaran, sin darle las vueltas necesarias, a la primera derrotada moción de diciembre.
Constantemente, las bancadas vacadoras se restriegan sus supuestos errores y se lanzan puyas. A pesar de tener una causa común, la relación es áspera. Por eso, una fuente de RP me dijo, para zanjar con el tema de Fujimori, que “el almirante [Montoya] no le debe nada a FP como para que le pidan un favor, incluso ellos no apoyaron su candidatura a la mesa directiva”. Pero, la propia bancada de FP, ¿por qué se replegó ante la posibilidad de activar una inmediata moción de censura contra Condori? En su caso, sí podemos presumir que estaban enterados del inminente fallo del TC a favor de su liberación y, para no ponerlo en peligro, prefirieron suspender cualquier decisión política. Se lo pregunté al portavoz Guerra García y niega ese cálculo del viernes 18 pero admite lo siguiente: “Hace unos días teníamos en el radar lo del TC, pero no lo sabíamos cuando decidimos las mociones de censura e interpelación a Condori”.
La suerte de Hernán Condori ya parece echada con la presentación de una nueva moción de censura promovida por Avanza País. Los fujimoristas, a través de distintas voces, ya han dicho que se plegarán; pero más importante que eso es la vacancia y le pregunté a Guerra García sí han tomado alguna previsión para que una eventual liberación de Fujimori no altere su decisión vacadora: “No tiene nada que ver. La bancada va a votar en bloque a favor de la vacancia como ya lo hemos dicho. Y como ya no hay nada que discutir al respecto, hemos decidido no reunirnos esta semana, sino hasta el próximo martes”. O sea, han acordado ponerse los audífonos con supresor de ruidos, para no distraerse con cantos de sirena ni con la bulla de la portátil albertista que espera la liberación de su líder.
Al cierre de estas líneas, el TC aún está recabando los votos singulares para tener su resolución completa y notificar a un juez, o directamente al INPE, el mandato de excarcelación del ‘Chino’. Este podría producirse en pleno debate de si Pedro Castillo va a o no va. El gobierno no tiene herramientas para impedirlo; ni razones, pues, por el contrario, podrían pensar que la distracción dificulte a la oposición la recolección de los 87 votos. Sin embargo, cuando pregunto a congresistas pro vacancia, sobre ese factor, no le dan importancia. Sobre cuánto tiempo se sostendrá la libertad de Fujimori, ese será un debate y una brega posterior entre ‘fujis’, ‘antis’ y las recomendaciones que hará la Corte IDH.
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¿Y el ‘Niño’ Bruno?
Una fuente de RP me dice, bromeando, que han pasado a todos sus congresistas por el polígrafo para detectar si hay un ‘niño’ encubierto. Guerra García niega la posibilidad de contar con uno y me dice que tendrán especial cuidado para evitar el ausentismo, que es la manera más simple y perversa de hacer una ‘niñería’ y romper un acuerdo de bancada. Un congresista de Avanza País me dice que se resiste a pensar que pueda haber un ‘Niño’ en sus filas. En las otras bancadas la recolección de votos para un lado u otro es incierta.
La figura de los ‘Niños’, los cinco acciopopulistas aconchabados con el gobierno para lucrar con obras viales, según reveló Karelim López en su declaración de aspirante a colaboradora eficaz, es la actualización de una práctica que se ha ido consolidando en el milenio. Los ‘avengers’ que Kenji recolectó para salvar a PPK de su primera moción de vacancia en el 2017 son, con ciertas distancias, los ‘Niños’ de hoy. Las investigaciones fiscales aún no son concluyentes, pero en ambos casos se imputa o se sospecha lo mismo: que, a cambio de respaldo político, los congresistas recibirían prebendas (o promesas de prebendas) que les permitirían nombrar a allegados o cobrar comisiones a alcaldes y contratistas.
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¿Cómo hacer la matemática de la vacancia si no tenemos el número exacto de ‘Niños’ encubiertos sumados a los 5 que mencionó Karelim? Lo que sí podemos hacer es establecer una regla no muy rígida (recuerden que hablamos de gente con moral relajada): congresista expuesto en cosas turbias es congresista que puede sumarse a la vacancia como una forma de lavarse la cara ante la justicia y la opinión pública. Ejemplos: los supuestos ‘Niños’ de AP estuvieron entre los 76 votos a favor de la admisión de la moción de vacancia y Enrique Wong de Podemos, denunciado en “Panorama” por haberse reunido con el ex ministro Juan Silva y, presuntamente, haber sido favorecido con el nombramiento de conocidos suyos; firmó la moción de censura a Condori. Por eso, un congresista, consciente de esa regla, me dijo que esperaba que la prensa expusiera más casos.
El ‘niño’ mayor en realidad está fuera del Congreso y fue expulsado de Palacio. El exsecretario Bruno Pacheco echó a andar la principal narrativa contra Pedro Castillo, aquella que lo asocia a corrupción e ‘incapacidad moral permanente’, cuando fue pillado por la fiscalía con $20 mil en un armario del baño de su despacho palaciego. Complementado ese hallazgo con información sobre su amistad con la lobista Karelim López, creció la expectativa por lo que ella pudiera revelar. Al conocer el testimonio de Karelim, que protege a Pacheco, se generó aún más curiosidad por saber lo que este pudiera decir sobre Castillo. Nakazaki, por lo pronto, ha contado que el presidente llamó a Karelim para que esta intercediera ante Bruno. No dijo más, pero de allí se desprenden dos ingredientes dramáticos en la narrativa: que habría un audio con la voz del presidente delatando sus miedos y, más grave que eso, que su relación con Pacheco es tirante y que, antes o después del resultado del debate de la vacancia, este podría hablar y delatarlo. Pacheco se ha ausentado de dos citaciones seguidas a declarar y, el jueves alegó que quiere colaborar con la justicia pero su proceso es irregular.
La respiración política de cada semana, es un como un jadeo entrecortado seguido de una gran aspiración antes de las revelaciones que suelen traer los periódicos y programas dominicales. Todos los personajes con los que conversé para esta crónica confirman esa idea de esperar el fin de semana algún destape que provoque lo que cada actor no puede provocar por sus propios medios, alguna revelación deus ex machina que nos saque del entrampe.
El presidente Castillo respira de la misma forma, por la herida y por la vaguedad de sus recuerdos cuando dijo el jueves: “A partir de mañana [hoy] hay una campaña demoledora al gobierno, sacando hasta el fin de semana algunos mensajes y montajes y algunos audios y videos” y, apeló a los “congresistas inmensamente responsables que sí entienden las necesidades del pueblo y no van a caer en esos chantajes”. El presidente, aunque la simple aritmética lo favorece, tiene la misma incertidumbre sobre los registros del pasado reciente que pudieran sellar su suerte. Lo demás, son pequeñas movidas y llamadas para asegurar votos, y ahí hacen causa común los dos entornos presidenciales peleados entre sí, el chotano y el cerronista.
Los ministros presionan por otros gestos correctivos, como sacar a Condori, arreglar el lío de Petro Perú o limpiar el despacho presidencial de funcionarios como Beder Camacho; que difícilmente se harán, pues hay también un entrampe dentro del castillismo. El Acuerdo Nacional tampoco le será de ninguna utilidad al presidente en este trance pues, como les conté la semana pasada (“El adelanto de elecciones que no fue”, 18/3/22), el AN solo se activa tras deliberación de sus integrantes y no porque el presidente lo convoque para salir de apuros. Los actores principales ya echaron sus dados sobre el tapete.
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