En solo un día, el último jueves, el pleno del Congreso aprobó seis mociones para interpelar a los ministros Jorge Chávez (Defensa) y Óscar Becerra (Educación). Estas se sumaron a una moción de censura contra el titular del Interior, Vicente Romero, que está pendiente de evaluación.
El pleno respaldó tres propuestas para interpelar a Chávez, presentadas por Renovación Popular, Fuerza Popular y Perú Libre, por el fallecimiento de seis soldados que intentaron cruzar el río Ilave, en Puno, a inicios de marzo, durante protestas contra el gobierno de Dina Boluarte y el Congreso.
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Por ello, el titular de Defensa tendrá que responder 54 preguntas distribuidas en tres pliegos interpelatorios. Lo hará el 4 de abril desde las 4 p.m..
Mociones para interpelar al ministro de Defensa | Votos a favor | En contra | Abstenciones |
---|---|---|---|
N° 5756, presentada por Renovación Popular | 107 | 4 | 2 |
N° 5755, presentada por Fuerza Popular | 104 | 141 | |
N° 5761, presentada por Perú Libre | 85 | 20 | 2 |
En tanto, las mociones para interpelar a Becerra fueron impulsadas por Cambio Democrático - Juntos por el Perú, Perú Libre y el Bloque Magisterial, por sus expresiones contra mujeres aimaras que, cargando a sus pequeños hijos, participaron en protestas reprimidas por la policía con gases lacrimógenos.
El titular de Educación tendrá que responder 42 preguntas distribuidas en tres pliegos interpelatorios. Será citado para el 30 de marzo desde las 10 a.m..
Mociones para interpelar al ministro de Educación | A favor | En contra | En abstención |
---|---|---|---|
N° 5762, presentada por Cambio Democrático- Juntos por el Perú | 45 | 69 | 2 |
N° 5764, presentada por Perú Libre | 52 | 65 | 0 |
N° 5767, presentada por el Bloque Magisterial | 51 | 49 | 2 |
Recientemente, el mismo Congreso rechazó una moción para interpelar al primer ministro Alberto Otárola por las acciones tomadas por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional durante las protestas. Esa propuesta solo recibió 31 votos a favor, hubo 59 en contra y siete abstenciones.
Cambio de actitud
En opinión de la politóloga Katherine Zegarra, desde la llegada de Dina Boluarte a la Presidencia en diciembre pasado, vimos una relación “demasiado armoniosa” entre los congresistas y el Ejecutivo, “casi eliminando la tarea fundamental de la generación del balance entre poderes y la fiscalización del Congreso hacia el gobierno”. Pero ahora estamos ante un cambio de actitud del Parlamento, más enfocado en su rol fiscalizador.
Zegarra añadió que el cambio se da “en un momento en que no para de subir la desaprobación del Congreso y al frente está una presidenta que también es altamente impopular”.
En tanto, el analista político Jeffrey Radzinsky, director de GFP, precisó que entre el Congreso y el Ejecutivo existe aún un elemento cohesionador: el interés de continuar en el poder.
No obstante, Radzinsky destacó que el gobierno de Boluarte no tiene partido ni bancada parlamentaria, solo “alianzas endebles, que no son ni políticas ni programáticas ni ideológicas, sino circunstanciales para mantenerse en sus cargos”. Por ello, “cuando trastabilla la posibilidad de uno, se complica la del otro”.
La alianza entre el Parlamento y el Ejecutivo para sostenerse mutuamente es muy frágil. La voluntad de ambas partes de quedarse en el poder es evidente, pero la fragilidad también.
Jeffrey Radzinsky, analista político y director de GFP
Zegarra coincide en que los “pequeños acuerdos o coaliciones” que genera el gobierno dentro del Congreso son débiles. Además, los partidos y bancadas de derecha especialmente afines a ella no son disciplinados ni tienen una vocación especial para respaldarla.
El analista político Gonzalo Banda añade que Boluarte representó “una figura que podía darle algún tipo de estabilidad a cierta parte del establishment y a ciertos partidos de centro derecha”, pero ni la presidenta ni los bloques parlamentarios que la apoyan “tuvieron en plan una alianza programática, sino una circunstancial”.
Por ello, explica Banda, “cuando algunas cosas pudieran cambiar, cambiaría evidentemente el tono del Congreso”.
El analista político señaló que si las elecciones generales finalmente se adelantan al 2024, los partidos tienen que prepararse para ese momento, y estimarán que no les conviene apoyar a una presidenta impopular.
“Los partidos quieren ganar elecciones. El cálculo puede haber sido: [Presidenta,] déjanos permanecer un poco más [en el poder], pero no eres del todo popular para garantizarnos estabilidad, así que entonces vamos a comenzar a censurar aquellos temas que parezcan que te afectan más”, señaló.
"No les va a convenir mantener a la presidenta y a un primer ministro cuestionados. Tendrían que mantenerla en el poder tres años y eso me parece muy difícil".
Gonzalo Banda, analista político
Además, Boluarte, quien “optó por la supervivencia política haciendo alianzas”, podría responder apelando a la vieja estrategia de la confrontación con el Congreso, afirma Banda.
“Cuando vea caer a alguno de sus ministros, tal vez su estrategia de diálogo y el tono con el mismo Congreso pueda cambiar y se convierta en uno más beligerante y hostil. Aunque esta estrategia solo funcionaba cuando el presidente tenía algún tipo de simpatía con la opinión pública, tal vez le garantice algún tipo de popularidad en el corto plazo”, aseveró.
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