El pleno del Congreso de la República decidió por mayoría vacar este miércoles al ahora expresidente Pedro Castillo. La votación tuvo lugar pasado el mediodía, luego de que Castillo anunciara la disolución del Parlamento y la “reestructuración” de otras entidades del Estado, un decreto que fue rechazado y desatendido por contravenir la Constitución Política del Perú.
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En la sesión, 101 parlamentarios marcaron a favor de la vacancia presidencial por incapacidad moral permanente, mientras que 6 votaron en contra y 10 se abstuvieron. Los que respaldaron la permanencia de Castillo fueron Margot Palacios, Janet Rivas y Jaime Quito (los tres de Perú Libre), así como Elías Varas (Perú Bicentenario) y Hamlet Echevarría (Perú Democrático).
En tanto, los que optaron por la abstención fueron Guido Bellido (no agrupado); los congresistas de Perú Libre Silvana Robles, Elizabeth Taipe y, Alfredo Pariona; los legisladores del Bloque Magisterial Katy Ugarte, Lucinda Vásquez, Francis Paredes y Germán Tacuri; y los parlamentarios Jorge Coayla (Perú Bicentenario) y Roberto Sánchez (Cambio Democrático - Juntos por el Perú). Como se recuerda, Silvana Robles y Roberto Sánchez ocupaban las carteras ministeriales de Cultura y de Comercio Exterior, respectivamente. Tras el golpe de Estado de Castillo, ambos habían renunciado a sus sectores.
El debate y la votación sobre el pedido de vacancia presidencial se habían programado para este 7 de diciembre a las 3:00 p.m. No obstante, la decisión de Pedro Castillo de decretar la disolución ilegal del Parlamento condujo a un adelanto y simplificación de la cita, que terminó desarrollándose a partir de las 12:30 del día y sin ronda de oradores.
Cómo se partieron las bancadas aliadas del gobierno
Previo a los hechos del miércoles, la bancada de Perú Libre había anunciado que votaría en bloque contra la vacancia. Sin embargo, sus integrantes terminaron votando distinto entre sí. De sus 15 legisladores, seis apoyaron la destitución de Castillo, mientras que tres no emitieron postura. Otros seis marcaron en contra o en abstención.
Otros grupos parlamentarios que solían respaldar al gobierno en votaciones anteriores también se partieron. Perú Democrático presentó un solo voto en contra de la vacancia por parte del legislador Hamlet Echevarría. Guillermo Bermejo no emitió su voto y la ahora expresidenta del Consejo de Ministros, Betssy Chávez, tampoco votó por encontrarse con licencia oficial. Solo los congresistas Luis Kamiche y Nieves Limachi marcaron en verde por destituir a Castillo Terrones.
La bancada del Bloque Magisterial, conformada por congresistas del gremio docente, tuvo igualmente con posturas dispares. Solo votaron a favor Elizabeth Medina, Alex Paredes y Édgar Tello, mientras que Pasión Dávila no marcó su voto y Segundo Quiroz no estaba presente por licencia personal.
En el lado de Cambio Democrático - Juntos por el Perú, los congresistas Sigrid Bazán, Ruth Luque y Edgard Reymundo respaldaron la vacancia, mientras que Isabel Cortez no votó. Perú Bicentenario, otro grupo usualmente aliado, también tuvo votos diferentes a la interna. Solo Jorge Marticorena y Víctor Cutipa apoyaron la salida de Castillo, en tanto que José Balcázar no votó.
Relaciones precarias y la futura dinámica con Dina Boluarte
Cabe recordar que el pretendido cierre temporal del Legislativo estuvo precedido por otros eventos de los últimos días, enmarcados en las revelaciones de exfuncionarios –ahora colaboradores de la Justicia– sobre presuntos actos de corrupción cometidos por Castillo y su entorno.
En diálogo con El Comercio, el politólogo Paolo Sosa sostuvo que, de no haberse dado el anuncio radical de disolución del Congreso, el ahora exmandatario muy probablemente se habría librado de la destitución. Esto, porque las bancadas aliadas no se habrían fragmentado al punto de inclinar la balanza en su contra.
“Por lo menos, siguiendo los cálculos de personas entendidas en la dinámica parlamentaria, la oposición no tenía [en la previa] los 87 votos necesarios para vacar al presidente. De hecho, se esperaba que este fuera, más bien, un fracaso más de las bancadas opositoras que promovían la salida de Castillo. Sin embargo, el anuncio de hoy empujó a un escenario distinto, causado por el propio Castillo, quizá en su improvisación, en su mal cálculo, en su temor y en la sobredimensión de lo que podía llegarle tras las revelaciones de más indicios de corrupción en su gobierno. Por ello es que no solo pretendió decretar la disolución del Parlamento, sino también la suspensión, en la práctica, de todas las instituciones”, comentó.
Para la politóloga Kathy Zegarra, Castillo optó por una acción que precarizó aún más su situación política: en un escenario con alianzas débiles en el Parlamento, bajo apoyo ciudadano, y poco respaldo institucional desde las Fuerzas Armadas.
“Fue un presidente que buscó un golpe de Estado sin contar con los recursos mínimos para ello. Creo que Castillo tuvo un motivo aún poco claro, que más bien ha acabado perjudicándolo doblemente. Hasta cierto punto, contaba con un colchón de alianza mínima de sobrevivencia en el Congreso. Ahora, tampoco hay que decir que el desenlace [la vacancia de Castillo] sea una victoria generada por la oposición dentro del Congreso de la República. No es que podamos afirmar que los parlamentarios en este momento sean líderes de talante democrático”, refirió.
Dina Boluarte había roto nexos con Perú Libre de manera más accidentada que Castillo. En enero de este año, la Comisión de Disciplina del partido liderado por Vladimir Cerrón decidió expulsar a Boluarte, luego de que la militante declarara en una entrevista que nunca había “abrazado el ideario” de la organización política. El grupo adujo que la entonces vicepresidenta de la República incurría en “falta grave” y promovía la desunión partidaria. Poco después, Boluarte diría públicamente que ya se la buscaba expulsar tiempo antes “por el solo hecho de no pensar conforme al secretario general del partido [Cerrón]”.
La especialista Kathy Zegarra estimó que la nueva mandataria del país tendrá una relación posiblemente más tirante que la que Castillo tuvo con el Congreso, donde el ahora expresidente mantenía alianzas precarias. Sostuvo que Boluarte deberá encontrar nuevos puentes de sobrevivencia política, con bancadas que no necesariamente le darán apertura de diálogo desde un inicio.
“Creo que la nueva presidenta Dina Boluarte va a tener una relación mucho más complicada con el Congreso. Pedro Castillo ya tenía una dinámica compleja con Perú Libre y con cierta fragmentación oficialista. Tomando en cuenta que Perú Libre rompió con ella y que aún no está claro el panorama con las otras bancadas aliadas, todo va a depender de su habilidad política. Va a tener que negociar su supervivencia temporal con diversos partidos”, dijo.
Paolo Sosa, por su parte, estima que el ambiente puede resultar más parejo entre Boluarte y algunos otros sectores del Congreso. Esto, porque Boluarte ya tenía una postura distanciada del gobierno de Castillo tras dejar la vocería activa y anunciar que no formaría parte del gabinete que presidió Betssy Chávez, lo que puede haberle dado un poco de oxígeno a su imagen política frente a la oposición congresal. Además, advirtió que cierta cantidad de parlamentarios puede haber analizado que la salida a la permanente crisis política pasaba por una sucesión en la presidencia de la República y no por otros escenarios, como el adelanto de elecciones.
“Creo que desde un sector del Congreso se produjo una moderación en ese sentido y que Boluarte puede tener un poco de aire. Sin embargo, no podemos perder de vista que este intento de autogolpe de Castillo de alguna manera legitima a algunos sectores radicales dentro de la oposición, que en su momento mantenían el discurso y la denuncia sobre una potencial dictadura. Ha cedido un empoderamiento a algunos de estos sectores opositores y eso puede generar aún algunas relaciones tensas entre parte del Congreso frente al Poder Ejecutivo”, respondió.
Sosa explicó que Dina Boluarte buscará legitimarse también en cuanto a aprobación y respaldo popular con la condena pública a los actos de Castillo. Probablemente, estima, con eso pueda armonizar al menos temporalmente con la mayoría de oposición del Congreso, al menos en los siguientes meses o semanas.