Dos semanas antes del inicio de la cuarentena, el Jurado Nacional de Elecciones recibió a las últimas organizaciones que solicitaron su inscripción para las elecciones generales del 2021. En total, entre diciembre y marzo de este año, 137 agrupaciones que pretenden tener alcance nacional realizaron la reserva de denominación y fueron admitidas a trámite.
Desde la declaratoria de emergencia poco o nada han podido avanzar para cumplir los requisitos exigidos por la ley de organizaciones políticas: al menos 24.800 afiliados y 66 comités en 20 regiones. El tiempo que les queda es corto, pues deberían estar inscritas para el 15 de julio, fecha máxima de la convocatoria a elecciones, según explica el especialista en derecho electoral José Manuel Villalobos. “Eso no significa que puedan llegar ese mismo día con su solicitud; tendrían que haberlo hecho un mes y medio antes para pasar por todas las etapas [de verificación en el JNE]”, explica.
“La cuarentena nos paralizó todo”, señala el expresidente del Congreso e impulsor del partido Perú Firme, Daniel Salaverry. Según narra, su equipo había logrado afiliar a más de 10 mil personas y conformar 70 comités distritales, pero este proceso no avanzó en los últimos tres meses.
“¿Ahora cómo puedes llevar un proceso masivo de afiliación a nivel nacional? ¿Cómo logras tener contacto con una persona, explicarle el ideario, convencerlo de que este partido es el indicado para él? Es imposible. Necesitas una charla larga, no es como antes que iban por la calle sacando firmas a transeuntes”, señala con malestar el exparlamentario.
Algo similar le pasa al movimiento impulsado por el exministro Jorge Nieto, el Partido del Buen Gobierno. “Nosotros teníamos un plazo antes de la pandemia para cumplir los requisitos que nos pone la ley. Íbamos bastante bien”, se lamenta Nieto, antes de señalar que en marzo ellos ya habían superado la mitad del número de afiliados que necesitan.
La cuarentena también ha impedido que se centralicen las fichas de afiliación que estos grupos han acumulado a nivel nacional. El día anterior a la declaratoria de emergencia inicial, el Nuevo Perú había decidido hacer un balance de su avance a nivel nacional, pero no se pudo realizar, cuenta Ruth Luque, personera legal de la agrupación de Verónika Mendoza.
Ellos calculan que tendrán un número similar de afiliados que las otras dos organizaciones. Durante la cuarentena mantuvieron su campaña a través de sus redes sociales, con la esperanza de regularizar las firmas cuando la situación mejore.
Verónica Sifuentes, copresidenta de Hacer País, señala que ellos han creado un formato de inscripción no oficial a través de su página web para congregar a las personas que se les acercan. Ella cuenta que el 24 de junio pasado recibieron una carta del JNE en el que les especificaban que próximamente van a habilitar los medios alternos no presenciales de inscripción. “Pero es poco claro”, señala Sifuentes.
El 10 de junio, el pleno del JNE había aprobado el reglamento de la casilla electrónica que permitirá que las nuevas organizaciones envíen sus documentos de forma virtual. Pero no todo el proceso se ha digitalizado. “Lo único que han hecho virtual es la presentación de los documentos. Pero en la ficha de inscripción, tienes que poner tu firma, huella y foto; eso sigue siendo en físico”, explica José Manuel Villalobos.
Lo que estas agrupaciones solicitan es que el JNE establezca algún mecanismo de afiliación digital oficial. Aún así, el procedimiento a realizar deja dudas. “Tendría que ser entre JNE, ONPE y Reniec para establecer un procedimiento de inscripción virtual que permita un proceso de verificación. ¿Pero cómo fiscalizas los comités? ¿tendrías que fiscalizar reuniones en Zoom?”, se pregunta la representante del Nuevo Perú.
A criterio de Villalobos, es difícil que se establezca un mecanismo de este tipo no solo por los alcances de la ley, sino también porque hay poco tiempo para establecer el protocolo y los procedimientos.
“El JNE se ha demorado en tomar decisiones. Nosotros venimos pidiendo que aclaren cómo vamos a quedar los partidos que estamos en proceso de inscripción”, señala Salaverry. “El JNE sí se manejó de forma muy inmediata sobre las antiguas organizaciones”, complementa Sifuentes en referencia a la suspensión del plazo que tenían los partidos inscritos para adecuarse a la nueva ley.
Para Villalobos, la responsabilidad no recae tanto en el JNE, sino en el Congreso. Mientras que el plazo para las nuevas organizaciones está estipulada en la ley, los tiempos para que las antiguas se regularicen estaba en el reglamento, por lo que quedaba en potestad del JNE modificarlo.
En manos del Congreso
Todos estos partidos saben que con las normas actuales no tienen el tiempo suficiente para inscribirse para las próximas elecciones. La única salida sería que el Congreso modifique la legislación vigente y amplíe el plazo.
“Sería una inequidad que ante la pandemia se haya favorecido a los antiguos y no se les dé el mismo trato a los que quieren inscribirse. No es muy democrático cerrar la cancha así”, afirma Villalobos.
Uno de los caminos que proponen Nieto y Salaverry es que se rebajen los requisitos exigidos a las nuevas organizaciones, de tal forma que tengan las mismas exigencias que cumplen hoy las antiguas. El otro es que se prorrogue el plazo para que no se contabilice el tiempo pasado durante la emergencia sanitaria.
En el Congreso, la legisladora Carolina Lizárraga, del Partido Morado, ha presentado un proyecto para modificar la ley de organizaciones políticas. En él, propone que en caso de un régimen de excepción que disponga limitaciones a la libertad de tránsito, se adicione el equivalente a ese tiempo al plazo, y que la inscripción o renuncia se pueda hacer de forma virtual ante el Registro de Organizaciones Políticas.
En todo caso, Villalobos señala que el Congreso podría hacer esa modificación del plazo hasta setiembre de este año, plazo máximo que tiene el Legislativo para cambiar las normas electorales.
La ventaja que tiene el Nuevo Perú en este contexto es que ya participó en una alianza con un partido con inscripción, Juntos por el Perú. Las agrupaciones de Salaverry y Nieto se encuentran en conversaciones con otras organizaciones en caso no lleguen a inscribirse.
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