Jonás Ataucusi no aparece en público desde hace dos décadas. (Foto: Internet)
Jonás Ataucusi no aparece en público desde hace dos décadas. (Foto: Internet)
Paolo Benza

A la urbanización Las Delicias, en Chorrillos, todavía no llegó el asfalto. Del otro lado de la carretera están los pantanos, el mar y las exclusivas residencias de la pavimentada Encantada de Villa. Pero cruzando Prolongación Huaylas, el mundo cambia. Allí, frente a un antiguo taller de chatarreo y un local de alquiler de accesorios para eventos, debería vivir el presidente del tercer partido con más curules del nuevo Congreso, el . Desde hace muchos años, sin embargo, se sabe muy poco de él.

Jonás Ataucusi Molina consigna en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) la misma dirección de Las Delicias que su primo por parte de madre Wilfredo Tenorio Molina. Y los vecinos de la zona confirman que en aquella casa blanca de tres pisos vive, efectivamente, la familia cuyo apellido comparten. Pero el hombre que se asoma a la ventana parece no tener ninguna intención de refrendar esta información. Lleva la barba crecida al estilo israelita, aunque no tiene la contextura ni de Wilfredo ni de Jonás.

“Yo no sé nada”, dice al escuchar el apellido Ataucusi, y luego se esconde detrás de las cortinas a observar en la sombra. “No sé nada”, repite desde adentro. A media cuadra, la vecina que atiende el local de alquiler para eventos confirma que los Molina son conocidos residentes del barrio, pero que a Jonás desde hace mucho tiempo no se le ve por allí. “Se sabe que vivía en esa casa, pero ahora debe parar en Cieneguilla [donde la congregación tiene su sede central]”, asegura.

Entonces, una mujer se asoma doblando la esquina. Lleva un velo morado sobre la cabeza. “Ahí está. ¡Te buscan, familia Molina!”, le pasa la voz la vecina de los eventos. Pero ella le hace gestos con la cabeza mientras le responde, muy seria: “¿Cómo sabes que me buscan a mí?”. La vecina, entonces, cambia diametralmente su semblante. “Ah, no, verdad. Otra familia Molina. Es otra familia Molina", se corrige. La mujer del velo desaparece, a paso ligero, en dirección a la casa blanca.

LIMA, 21 DE JUNIO DEL 2000.  VELORIO DE EZEQUIEL ATAUCUSI FOTO: VERONICA SALEM / EL COMERCIO
LIMA, 21 DE JUNIO DEL 2000. VELORIO DE EZEQUIEL ATAUCUSI FOTO: VERONICA SALEM / EL COMERCIO
/ VERONICA SALEM

–Los misterios de Jonás–

En los últimos veinte años, Jonás Ataucusi ha sido apenas un acto de fe para casi todos los fieles israelitas. Según fuentes cercanas al Frepap, la mayoría de miembros de la congregación no puede acreditar haberlo visto en décadas. Y otros, simplemente, jamás. El último registro audiovisual que se tiene de él se remonta a junio del año 2000, cuando fue ungido como misionero general tras la muerte del profeta Ezequiel Ataucusi. Ese día se convirtió en el nuevo líder espiritual de los israelitas: una figura divina en la Tierra.

En el video de la ceremonia, Jonás escucha inexpresivo su nombramiento detrás de una barba incipiente y unos lentes al estilo John Lennon. A diferencia del carisma evangelizador de su padre, lee un discurso con la medianía de quien se reconoce insuficiente para el cargo que está asumiendo. A los 27 años, hasta entonces se había dedicado a un oficio comparativamente mucho más terrenal: conducir un taxi.

Jonás nunca quiso ser el líder. Él estaba tranquilo como chofer de taxi, pero no le quedó más remedio que aceptar por presión familiar", explicó a este Diario hace una semana el antropólogo Juan Ossio, quien estudió a los israelitas por más de tres décadas y entabló una amistad con el Ezequiel Ataucusi. Del reinado de su hijo, sin embargo, también dijo saber muy poco. “Nunca se presentaba en las ceremonias a las que yo iba. Es manejado por determinados grupos", detalló.

La siguiente huella pública de Jonás es de mayo del 2002, cuando fue detenido por tenencia ilegal de armas camino a Ayacucho. Junto a él viajaban tres personas –entre ellas, otro Molina: Marco Antonio–, dos revólveres, una pistola automática y dos carabinas de tiro múltiple, según reseña una nota de La República. La explicación que dieron a la policía fue que ese armamento servía para brindar seguridad al líder israelita. Jonás salió limpio de aquella detención, pero desde entonces desapareció.

Su ausencia ha pasado desapercibida fuera de la congregación porque ha coincidido con las dos décadas de sequía parlamentaria del Frepap. Los últimos dos congresistas que metió el partido terminaron su mandato con la caída del régimen fujimorista, a finales del 2000. Pero tras las recientes elecciones parlamentarias, más que nunca los focos de la prensa se han posado nuevamente sobre el ‘pescadito’ y su líder ausente.

En noviembre, el hermano mayor Juan Noé dijo a El Comercio que Jonás ahora se dedica a la venta de autos, y que no accedería a conversar con la prensa. En los últimos días, su hermana menor Raquel –quien ha postulado al Congreso con Gana Perú en el 2011, con Alianza para el Progreso en el 2016 y con Podemos Perú en la última elección– dijo en distintos canales de televisión que no veía a Jonás hace dos años, y que lo consideraba “desaparecido”.

En entrevista con Latina el miércoles, Yohn Jairo Campo, representante de la filial de la congregación en Colombia, aseguró que no tenía contacto con su líder espiritual desde el 2004. “Vienen comisiones a pedir audiencia con él, pero nunca está. Siempre está de viaje o no nos puede atender. Esa es la respuesta de la oficina central”, dijo. Jonás ni siquiera aparece en las celebraciones por su cumpleaños, en las que cientos de fieles se reúnen a cantarle alabanzas. ¿Dónde está, entonces, el heredero político de Ezequiel Ataucusi?

–El poder en la sombra–

Jonás –o 'Nacho’, como lo llaman en su círculo más íntimo– es hijo de Silveria Molina, la segunda esposa del fundador de la congregación israelita. Según varias personas cercanas al movimiento consultadas por este Diario, es esta rama de la familia la que hoy tiene el control fáctico del Frepap. En especial, todas las fuentes apuntan a un nombre: Wilfredo Tenorio Molina, el personero legal del partido.

La noche del 26 de enero, cuando se conoció que el Frepap tendría una de las minorías más nutridas del próximo Congreso, fue él quien deslindó del fujimorismo en declaraciones al portal Ojo Público. Horas antes, la cabeza de lista de Fuerza Popular, Martha Chávez, les había mandado un guiño diciendo que sus partidos se parecían mucho. Tenorio calificó esta afirmación como “temeraria” y agregó que tampoco tenían ningún vínculo político con el conductor de televisión Andrés Hurtado, conocido como ‘Chibolín’.

Las fuentes consultadas indican, además, que Tenorio supervisó la elección de las listas de candidatos muy de cerca. Este proceso se dio bajo la más estricta reserva en el local de Cieneguilla, y cuando El Comercio intentó confirmar de forma oficial que el Frepap ya tenía cerradas las candidaturas, en diciembre, los voceros del partido optaron por no declarar.

Este disciplinado hermetismo israelita ha vuelto a ponerse de manifiesto en los últimos días. Según las fuentes ––, el silencio que los futuros congresistas del Frepap hoy guardan responde a una directiva emitida por la alta dirección del partido, bajo pena de destierro político. El detonante: las declaraciones del virtual congresista Wilmer Cayllahua sobre la comunidad homosexual.

Única conferencia de prensa de miembros del Frepap, encabezada por Wilmer Cayllahua, tras las elecciones. [Foto: GEC]
Única conferencia de prensa de miembros del Frepap, encabezada por Wilmer Cayllahua, tras las elecciones. [Foto: GEC]
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > MARCO RAMON

Esta sería la misma razón por la que el Frepap no asistió a las reunión convocada por el presidente Martín Vizcarra. Enfrentar a la prensa a la salida es algo que la directiva no estaría todavía dispuesta a hacer. Fuentes cercanas al partido, además, explicaron que el martes –el día de la reunión– y el miércoles se llevó a cabo un “cónclave” cerrado en el que estuvieron los altos mandos religiosos junto a los futuros parlamentarios, incluidos los de provincia.

No se trataría, sin embargo, del primer encuentro estratégico de partido luego de las elecciones. Una fuente cercana –la única que dijo haber visto a Jonás recientemente– contó que pocos días después de la votación hubo una reunión de la cúpula israelita en Surco. Allí, describió a Jonás como un líder silencioso, acostumbrado a mandar a través de otros, pero al que sus fieles le guardan absoluto respeto.

A Tenorio, en cambio, lo pintó como “un embudo” de poder para el líder. Frente a la descripción del resto de fuentes, esta palabra refleja precisión. En medio del embate de facciones disidentes surgidas tras la muerte del patriarca fundador, Jonás habría recurrido a la familia de su madre para mantener el liderazgo de un partido y, sobre todo, de una congregación que no sabía cómo manejar.

Porque las rencillas familiares tienen, en realidad, más de dos décadas activas. Cuando el patriarca Ezequiel Ataucusi estaba vivo se distanció de sus hijos Juan Noé y Raquel por motivos familiares y espirituales. El primero, en represalia, incluso llegó a testificar en contra de la congregación por un caso de presunto asesinato que finalmente fue archivado.

Pero el liderazgo ausente de Jonás hoy se acerca a un punto de quiebre. Por más operadores políticos que tenga, la inminencia de la juramentación parlamentaria lo pone ante una decisión que será determinante de cara al discurso y la cohesión de su bancada. El hombre al que 15 futuros congresistas consideran una fuente de divinidad deberá decidir si se mantiene en la sombra o se enfrenta finalmente a quien le tocó ser.

–El dato–

Wilfredo Tenorio registra hoy dos propiedades. Ambas están lejos de la casa de tres pisos de Las Delicias en la que, según Reniec, comparte residencia con Jonás. Una está en Carabayllo y otra Santa Rosa.

Jonás, en cambio, solo registró previamente la propiedad del local en el que el Frepap opera hoy en Surco (Jr. Morro Solar). Este registro hoy ya aparece como inactivo.












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