Marilia Pastor

Cálida, reconfortante y cremosa. Con un solo bocado, nos transporta a un mundo de sabores y nuevas experiencias para compartir. Se trata de la fondue, ese placer culpable que llega para abrigarnos en las noches del invierno limeño. ¿Y dónde la encontramos? Por supuesto, en el restaurante La Fondue (de Swissôtel Lima) cuya decoración recrea un típico chalet suizo, con paredes de pino y música típica. Aquí, solo en los meses de invierno, se vive la experiencia de los Alpes sin salir de Lima.

TAGS