Las bebidas altas en azúcar han sido relacionadas con el incremento de enfermedades crónicas no transmisibles, y las bebidas sin calorías y sin azúcar se convirtieron en una alternativa para quienes desean seguir tomando gaseosas. Una de las preguntas que muchas personas se hacen es si realmente son saludables o podrían generar algún daño a largo plazo.
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Una gaseosa sin azúcar, light, de dieta o cero azúcar está compuesta por agua carbonatada, ácido fosfórico, colorantes, saborizantes, edulcorantes (como aspartame, sucralosa y acesulfame), preservantes (como benzoato de sodio y sorbato de potasio), cafeína, entre otros.
¿Qué dice la evidencia?
Las gaseosas son bebidas que no aportan ningún tipo de nutriente, no cuentan con proteína, carbohidratos, fibra, grasas saludables o vitaminas; entonces son consideran nulas en nutrientes. Al contrario, contienen una gran cantidad aditivos sintéticos como colorantes, saborizantes, sodio y edulcorantes artificiales.
Estudios científicos afirman que es mejor beber agua que refrescos o gaseosas con o sin azúcar. Un estudio, publicado en la revista JAMAL Internal Medicine, que evaluó a más de 450 000 personas europeas a lo largo de dieciséis años revela que tanto las personas que prefieren bebidas azucaradas como aquellos que gustan de las versiones con sustitutos de azúcar tienen mayor riesgo de mortalidad por todas las causas.
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Además, se encontró que quienes toman esas bebidas con edulcorantes artificialmente con mayor frecuencia tienen una probabilidad 26 por ciento mayor de morir prematuramente que las personas que rara vez beben gaseosas sin azúcar. Sin embargo, el estudio no determina si es por los edulcorantes o porque las personas que las consumen ya tenían una salud deteriorada debido a sus hábitos, y el beberlas no ayuda a mejorar hábitos alimenticios.
Otro estudio, pero esta vez en Estados Unidos, indica que una mayor ingesta de bebidas gaseosas con edulcorantes artificiales se asoció con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, particularmente del subtipo de oclusión de arterias pequeñas, enfermedad coronaria y mortalidad por todas las causas.
Edulcorantes artificiales
Las gaseosas sin azúcar, de dieta o cero suelen contener edulcorantes artificiales como aspartame, sacarina, acesulfame o sucralosa para dar sabor dulce sin calorías. Hasta el momento, la evidencia científica sobre los efectos a largo plazo de estos edulcorantes es mixta y se encuentra en constante evolución.
Algunas personas pueden ser sensibles a estos edulcorantes artificiales y sentir efectos secundarios al consumirlos como dolores de cabeza o problemas gastrointestinales.
Algunos estudios sugieren que el consumo de edulcorantes artificiales, como el aspartame o la sacarina, podría estar asociado con cambios en el metabolismo y una mayor resistencia a la insulina, lo que podría aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Sin embargo, se necesita más investigación a largo plazo.
Es necesario, consultar con el médico o nutricionista tratante para saber si puede o no —según su estado de salud— consumir este tipo de bebidas con edulcorantes artificiales. Debido que algunos de estos insumos podrían afectar la composición de la microbiota intestinal, lo que podría tener implicaciones en la salud digestiva.
Colorantes artificiales
Si bien los colorantes que se utilizan en la industria alimentaria son aprobados y regulados por distintas organizaciones de seguridad alimentaria, es importante saber que existen condiciones que deben ser evitados por ejemplo, en caso de alergias o sensibilidad. Además, se sugiere que los niños no consuman colorantes porque podrían aumentar la hiperactividad en niños.
Efectos en la salud a largo plazo
Las bebidas gaseosas, con o sin azúcar, contienen ácido fosfórico, el cual es un agente acidificante; y su consumo excesivo a través de las bebidas gaseosas pueden disminuir los niveles de calcio en el cuerpo y aumentar la eliminación del calcio a través de la orina, generando que las personas puedan tener enfermedades como osteopenia y osteoporosis. Asimismo, con el tiempo, puede dañar el esmalte dental, lo que provocaría problemas dentales.
Si bien muchas personas jóvenes no sienten síntomas de enfermedades crónicas no transmisible, el consumo excesivo de estas bebidas se ha realizado con un mayor riesgo de afecciones como la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2 debido a los cambios en el metabolismo y el apetito.
Además, algunas de las gaseosas de dieta o cero contienen el doble de sodio que las que contienen azúcar, y el alto consumo de sodio está relacionado con enfermedades cardiovasculares e hipertensión.
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