Para muchas personas un sobre con una carta es un objeto obsoleto en esta época donde internet es sinónimo de inmediatez en las comunicaciones. Para un filatelista, el mismo sobre es un preciado objeto que despierta un desmedido entusiasmo por la historia y el arte que aflora en cada pequeño sello postal. La filatelia es una experiencia cuya alegría se asemeja a la de los niños cuando encuentran una anhelada figurita del Mundial de Fútbol.
Mitsuko Makino Herrera, directora de Biblioteca y Difusión del Círculo Amigos de la Filatelia (CAF), cuenta que inició su colección desde niña. “Empecé en este hobby desde muy chiquita, pero de manera intermitente. Prácticamente eran momentos puntuales, como cuando llegaban cartas o cuando llegaban postales. No tenía una constancia en esta forma de coleccionismo”, explica.
Makino Herrera cuenta que esta actividad también la desarrollaba su familia. Conversaba entusiasmada con su madre y su tía sobre las estampillas que llegaban a sus manos. Era un tema que siempre generaba alegría. “En esas épocas de niñez acumulaba todo lo que llegaba. No tenía un orden o una manera de organizar mi colección”, cuenta.
El orden y la forma
Serpost (Servicios Postales del Perú) señala en su página web tres formas de coleccionar estampillas: la manera clásica, por temas y por tipos de correo.
La manera clásica de coleccionar estampillas considera características como el país de emisión o la fecha de circulación. La colección por temas considera la imagen de la estampillas (aviones, animales, personalidades, deportes, lugares históricos, eventos históricos, fechas, entre otros).
La colección por tipos de correo considera si se trata de un envío urgente, sobre tasa, entre otras características afines. Aunque estas son las formas que menciona Serpost en su página, los coleccionistas desarrollan diversas maneras para organizar sus estampillas. El orden es una característica primordial de la filatelia.
"A veces, cuando he viajado dentro del Perú o a otro país, he enviado una carta a mi propia dirección".
Mitsuko Makino Herrera , directora de Biblioteca y Difusión del Círculo Amigos de la Filatelia (CAF).
Mitsuko Makino dice que tiene medio millón de estampillas. Por lo general, organiza esta amplia colección por temáticas. Las que llevan imágenes del horóscopo chino son sus preferidas. Gran parte de su colección ha sido heredada de su familia. “También he recibido estampillas de regalo de un montón de gente”, comenta.
La coleccionista señala que fue en la época de pandemia del coronavirus cuando retomó este pasatiempo. Primero inició agrupando las estampillas por países, manera que consideró como la más sencilla para tener un orden.
“En el encierro que se vivió durante la pandemia no había muchas cosa que hacer. Ahí saqué todas las estampillas que tenía guardadas y empecé a ver el tema con mayor rigurosidad. Busqué información en internet y encontré el Círculo Amigos de la Filatelia. Me inscribí en uno de los cursos que dictaban y conocí a otros socios. Fue así como también me hice socia y me volví en una participante constante. Hice muchos amigos y empecé a intercambiar estampillas”, explica.
El precio de una estampilla puede variar dependiendo de una serie de factores que van desde la antigüedad, la rareza, la ilustración, el tema, el estado de conservación, entre otros.
La estampilla peruana más cara, en estos últimos años, es el Medio Peso Carmín o Medio Peso Rosa y está valorizada en 6500 dólares si es que el sello es nuevo, según detalla el Círculo Amigos de la Filatelia (CAF) en su página.
“Fue puesta en circulación el 1 de marzo de 1858 y confeccionadas localmente por la casa impresora de Emilio Pruge, sin embargo no estaba en plan de emisión; pues se trata de un error en la impresión no detectado a tiempo por la Dirección General de Correo”, indica el CAF en su reseña.
“El medio peso carmín (o rosa) se origina al incluirse por error en la composición de la plancha matriz de 1 peseta roja, cinco ejemplares del 1/2 peso amarillo; para reparar un daño en una sección de dicha matriz”, explica el CAF sobre el origen del color de esta estampilla.
Aunque 6500 dólares es el precio estimado, este puede variar. Puede costar más dependiendo de la subasta o del precio que decida el vendedor, entre otros factores.
Foto de la estampilla: Círculo Amigos de la Filatelia (CAF)
Envío de cartas
Para los filatelistas, los sobres de las cartas tienen un sentido especial que va por en encima de la inmediatez que puede brindar el internet en el tema de las comunicaciones. Mitsuko Makino cuenta que manda una carta a su domicilio cuando viaja a algún lugar del Perú o al extranjero.
“El tema de la filatelia se traslada a los viajes. Cuando uno está en otro lugar también averigua y busca tener alguna estampilla. Viajar es una oportunidad para acrecentar la colección. A veces, cuando he viajado dentro del Perú o a otro país, he enviado una carta a mi propia dirección. A veces, lo que hago es mandarle cartas a mi hijo. Algo así como saludándolo desde Cusco o de la ciudad donde esté“, explica Mitsuko Makino.
La única institución aprobada por el Estado Peruano para la emisión de estampillas es Serpost.
"Serpost está comprometido con la difusión del acervo de la cultura peruana a través Filatelia, donde hemos consignado acontecimientos trascendentes de la historia de nuestro país y del mundo. Entre las temáticas tenemos sellos postales sobre lugares turísticos, personajes históricos e ilustres, flora y fauna, deporte, música, ciencia, arte, entre otros", señala la institución postal en su página web.
Carlos Llerena Malpartida es filatelista y también se envía cartas cuando está de viaje. Incluso menciona que la filatelia genera una complicidad con otras personas. Tiene amigos coleccionistas en otros países con los que, de cuando en cuando, se envía cartas con la finalidad de tener nuevos sellos postales.
“Por ejemplo, tengo un amigo de la filatelia que vive en Colombia y un día me contó que estaba en una feria donde promocionaban el envío de postales. Me envió una postal colombiana con una estampilla de orquídeas. Esta afición genera un compañerismo que trasciende las fronteras”, dice Llerena Malpartida.
“La filatelia me conecta de una manera especial con mi abuelo Manuel. Él siempre fue una persona bastante disciplinada y detallista".
Carlos Llerena Malpartida , filatelista con una colección de al menos 8 mil estampillas.
El coleccionista y su abuelo
Carlos Llerena cuenta que la filatelia es parte del vínculo que tiene con su recordado abuelo Manuel. Fue él quien le regaló un cuaderno con estampillas en el 2010. Tras su fallecimiento, Carlos sintió una inmensa curiosidad por el significado de las estampillas. Fue así como buscando información en internet llegó al Círculo Amigos de la Filatelia (CAF) y descubrió un amplio camino por recorrer en este tipo de coleccionismo.
“La filatelia me conecta de una manera especial con mi abuelo Manuel. Él siempre fue una persona bastante disciplinada y detallista. Las estampillas me llevan a recordar mi niñez con él, sobre todo me llevan a los viajes a Huarmey, que era donde nosotros pasábamos los veranos. Ver las estampillas me hacen recordar a ese pedacito de historia a la que perteneció mi abuelo. Eso me hace sentir bien”, explica Llerena Malpartida.
Existen dos grupos que desarrollan una serie de actividades para los filatelistas peruanos:
- Asociación Filatélica Peruana (AFP). Fundada en 1949.
- Círculo Amigos de la Filatelia (CAF). Fundada en 1985.
Carlos Llerena dice que tiene al menos 8 mil estampillas y sus favoritas son las que llevan ilustraciones de café. Asegura que en las ferias y en los intercambios ha podido obtener estampillas bastante interesantes.
“Cuando empiezas en la filatelia notas que hay bastante información para mejorar como coleccionista. Desde cómo organizar las estampillas hasta cómo mantenerlas en buen estado, entre otras tantas recomendaciones. La filatelia es un mundo inacabable”, comenta Llerena.