Janis (Penélope Cruz) y Ana (Milena Smit) están a punto de dar a luz en una clínica madrileña. Aunque eso las asemeja, lo cierto es que las diferencias entre ambas abundan. En primer lugar, Janis es una mujer madura, fotógrafa de profesión que, ciertamente, no necesita la ayuda de un hombre para criar a su primer hijo.
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En el extremo opuesto parece estar Ana, una joven que apenas está por cumplir la mayoría de edad, y depende esencialmente de la ayuda de su madre, Teresa (Aitana Sánchez-Gijón) –una actriz amateur que siente ir contra el tiempo—y de su padre, un tipo desentendido de sus obligaciones como progenitor.
Sobre el cómo ambas llegaron a la maternidad, ambos casos también son distintos. Janis quedó embarazada tras una relación furtiva (y consentida) con Arturo (Israel Elejalde), un antropólogo que le prometió exhumar la fosa donde supuestamente descansan los restos de su abuelo, víctima de la Guerra Civil. Por su parte, Ana fue víctima de una violación grupal. Su caso resulta tan traumático que incluso ella luce completamente desinteresada por saber cuál de sus abusadores es el padre de su hija.
Hasta aquí hemos delineado a grandes rasgos a las protagonistas de “Madres paralelas”, la más reciente película del premiado cineasta español Pedro Almodóvar estrenada recientemente en Netflix. Estamos frente a un drama en el cual la gran variedad de temas y subtemas es, paradójicamente, un punto a favor y a la vez uno en contra si de balances hablamos.
Pero no desviemos la atención. Si tuviéramos que etiquetar este filme, lo primero que se nos viene a la mente es que estamos ante una propuesta eminentemente política. Hay una clara contraposición entre Janis y Ana. La primera, representando a una mujer al borde de los cuarenta que vive permanentemente con la idea de darle un entierro digno a su abuelo –víctima del Franquismo—para que descanse en paz y todos los miembros de la familia encuentren cierto sosiego. El caso opuesto claramente es Ana, una joven que parece concentrada en mirar hacia el futuro. Sea porque el pasado le remite al momento más traumático de su vida, o sea porque no tiene mucho de qué enorgullecerse.
España no es el único país que lucha por recuperar parte de su memoria histórica en medio de cierta resistencia de diversos sectores. En varios continentes se han reportado decenas de casos de desapariciones colectivas a causa de conflictos armados, ejecuciones extrajudiciales o revueltas políticas ocurridas el siglo pasado. Es así como, mientras un bando presiona al Estado buscando reparación (económica o simbólica), el otro prefiere –por distintos motivos-- no “reabrir” las heridas y priorizar proyectos de desarrollo a futuro.
En un momento de “Madres paralelas” Ana increpa a Janis por su “obsesión” con la fosa donde supuestamente yacen los restos de su abuelo. Esta le responde con contundencia: “¡Ya es hora de que te enteres en qué país vives!”. A un silencio breve, Ana reacciona con “A mí solo me importa estar a tu lado”. Surgen aquí algunas preguntas clave: ¿Pueden en una misma sociedad convivir sin mayores problemas ambos tipos de personas? ¿Una de estas posiciones ante el pasado resulta legítima y la otra no? ¿Quién es el llamado a decidirlo?
Hay, sin embargo, muchos más elementos visibles en la película de Almodóvar. A ese vaivén entre el regreso al pasado y el drama (muy del presente) de las protagonistas, podemos sumarle algo innegable: estamos ante una película sobre mujeres. Abuelas, madres e hijas se reparten casi en partes iguales algunos de los momentos de tensión más saltantes a lo largo de la trama. Otros puntos para el análisis, en una cinta que por momentos parece empeñada en abarcarlo todo, bien podrían ser la homosexualidad, el feminismo, la infidelidad y también la soledad.
Seguramente los seguidores del cine de este multi-premiado cineasta español podrán evaluar si “Madres paralelas” está entre sus mejores o peores películas. Vista de forma individual, la cinta es un drama que resalta (más allá de sus abundantes primeros planos, colores sumamente vivos, y de su --en ocasiones invasiva-- música de fondo) porque se apoya en la capacidad innegable de su estrella principal. Es Penélope Cruz –nominada con justicia al Oscar por su rol como Janis—quien sostiene las dos horas de historia que tenemos ante nuestros ojos. Solo un desempeño absolutamente convincente como este es capaz de opacar los excesos y carencias que presenta esta propuesta.
LA FICHA:
Sinopsis: Dos madres solteras se hacen amigas cuando dan a luz el mismo día en un hospital. Desde ese instante, la conexión que comparten transforma sus vidas.
Título original: “Madres paralelas”
Duración: 122 minutos
Clasificación: +13 años
Género: Drama
Calificación: ★★★
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