No será el primero, ni tampoco será el último documental que salga sobre la enredada y tóxica relación entre Britney, la querida ‘Princesa del pop’, y su padre, Jamie Spears. Pero “Britney vs. Jamie: Juicios de familia”, sin duda, es uno de los intentos más acertados por retratar el antes, durante y después de una tutela legal cuyos estragos serán, lamentablemente, permanentes.
Dirigido por Marcus English, este documental –estrenado originalmente hace unos meses en Discovery Plus—consta de dos episodios en los que se reparte una misma cantidad de minutos a la posición de cada uno de los involucrados. En ese sentido, empezamos con una especie de defensa en torno al papel que Jaime Spears tuvo como tutor legal de su famosa hija, y terminamos con una terrible descripción sobre el daño que Britney denuncia haber sufrido a lo largo de trece años sin poder decidir por sí misma.
En la parte vinculada a la posición de Jamie Spears, el documental de HBO Max arranca describiéndonos la dura infancia que tuvo este personaje. Se cuenta como fue testigo del suicidio de su madre, quien no soportó ver morir a su último hijo. Esto, según refiere uno de los participantes en el documental, creó en Jamie un innegable “instinto sobre protector” que luego ejercería sobre su propia familia.
Entre las principales fortalezas del documental es que está totalmente alejado de una idea estática. La producción ha recorrido no solo los lugares donde nació y vivió Britney sus primeros años, sino además aquellas localidades donde se formó su padre, un hombre muy bien visto por vecinos que en ningún momento escatiman elogios hacia él. Todos coinciden en que el personaje sería incapaz de buscar dañar a cualquiera de los suyos.
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Pero en la misma línea, y salteándonos por momentos a lo que vendrá en el segundo episodio de “Britney vs. Jamie: Juicios de familia”, toca decir que la trama de esta producción no evade temas sensibles, como los problemas del progenitor de Britney para sostener a su familia, para conseguir un trabajo estable, para lograr éxito en sus emprendimientos comerciales y, por último, para superar sus problemas con el alcohol.
Una buena forma de juzgar la lista de documentales en torno a la historia personal y artística de Britney Spears puede ser señalando a cada una de las voces que en ellos participan. El caso de “Juicios de familia”, sin duda, es un ejemplo inmejorable, con periodistas, vecinos, maestros de escuela, abogados, maquilladores y hasta integrantes del staff de las giras de Britney intentando aportar su propio conocimiento en torno al tormentoso vínculo entre padre e hija.
Pero hay un elemento que flota a lo largo de ambos episodios, y es el vinculado a una gran pregunta: ¿Acaso la relación entre Britney y su padre es complicada desde el inicio de la tutela? La respuesta, claramente, es no. Según dejan ver testimonios de conocidos de ambos lados, el nexo entre papá sobreprotector y niña aspirante a estrella fue complejo siempre. “Lo trágico es que cuando era niña la trataban como adulta y de adulta la infantilizaron”, dice acertadamente el primer abogado de la artista en el epílogo del documental de HBO Max.
Como bien deja en claro esta última línea, una vez que Jamie y su esposa Lynne vieron potencial artístico en su hija no pararon hasta explotarlo de todas las formas posibles. En la versión pro-padre queda claro que los inicios fueron muy complicados y fue Jamie quien se puso la familia al hombro para que las cosas salgan adelante. Pero del otro lado, se pinta una historia en la que, desde la adolescencia, Britney no pudo si quiera tener voz en las decisiones con respecto a su futuro profesional.
La fama mundial, la sobre explotación de su imagen, una agenda recargada al extremo, la imposibilidad de decidir en cosas absolutamente básicas, propiciaron un terrible ‘distanciamiento’ entre Britney y Jamie, el cual tal vez encontró un receso cuando la joven artista “encontró” el amor. El documental, eso sí, menciona no a los más mediáticos, pero sí a los romances que estuvieron en los momentos más aciagos de la vida pública de la ‘Princesa del pop’. En esa línea, aparecen Jason Alexander, Kevin Federline y, finalmente, Sam Asghari. Con todos ellos la relación tuvo un inicio veloz y final estrepitoso.
Pero hay uno de estos tres que quizás resalta mucho más. Se trata de Kevin Federline, el bailarín del cual Britney se enamoró al punto de tener dos hijos. La relación terminaría no solo con un divorcio a cuestas sino, peor aún, con una batalla legal por la custodia de los niños, tal vez el talón de Aquiles de la cantante. Cuando esta perdió la posibilidad de compartir a diario con sus engreídos, todo se vendría abajo con una velocidad inusitada.
Dos elementos resultan impostergables al comentar el documental. El primero, el trabajo de la prensa amarilla rodeando, hostigando permanentemente a la cantante. Desde su surgimiento como ‘Princesa del pop’ hasta sus internamientos en centros psiquiátricos y de rehabilitación, siempre hubo paparazis detrás suyo. Paradójicamente, cuando ellos decían “preocuparse” por el estado de salud mental de Spears, en realidad le hacían más daño, porque cada fotografía de ella exponiendo su vida o la de sus hijos al peligro era una prueba más en favor de la posición legal de Federline durante la batalla legal por la custodia de los menores.
“Britney vs. Jamie: Juicios de familia” no se ahorra nada y muestra los peores momentos de la cantante. Tropezando al salir de una tienda, rapándose para evitar que le arranquen un pelo en el juicio por la custodia de sus hijos (y así no dar motivos para que un resultado toxicológico la aleje de sus engreídos), golpeando con un paraguas a dos paparazis, y quejándose en pleno show de que “está mal y tiene 40 grados de fiebre”.
Como último elemento, aunque no necesariamente el menos importante, toca mencionar que entre el inicio de la tutela y el final de la misma (fines del año 2021) un nuevo factor se hizo presente: las redes sociales. Britney Spears hoy parece decidida a descargar todos sus traumas de trece años “sometida” por su padre, y cada cierto tiempo publica un nuevo testimonio contando su amarga experiencia. “Incluso a los condenados a muerte los dejan fumarse un cigarro. Ni siquiera eso podía yo”, dice en uno de los posteos.
Si esta especie de desfogue le permitirá sanar sus heridas o si, por lo contrario, ahondará más en su crisis emocional, seguramente será un tema de un próximo documental. Por lo pronto, “Britney vs. Jamie: Juicios de familia” es una magnífica oportunidad para ver cómo absolutamente nadie está preparado para las consecuencias de la fama en un mundo agitado, insensible y deseoso de estrellas a las que precisa exprimir hasta la última gota. Peor aún si quienes las rodean, deciden con la excusa de ‘cuidarlas’-- aislarlas de cualquiera que busque decirles la verdad.
“Britney vs. Jamie: Juicios de familia” / HBO MAX
Director: Marcus English
Sinopsis: Después de trece años, Britney Spears se libra por fin de la tutela de su padre. ¿Jamie quería realmente salvar a su hija o era todo un plan para controlar todas las esferas de la vida de la estrella del pop?
Duración: 2 episodios
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