Lo que se vive delante de una parrilla es –por sobre todas las sensaciones y calores posibles– pasión pura. De ahí que desconozca de temporadas, ingredientes, grado de expertise o equipamiento. Lo único que verdaderamente se necesita para empezar en este mundo son las ganas de vivir la experiencia. Hay algo primitivo, poderoso, en esa relación que se establece entre los humanos y el fuego una vez que se aprende a dominarlo.
Ni siquiera tiene que gustarnos la carne (hasta las rodajas de piña saben bien ‘grilleadas’; lo mismo va por vegetales o frutos del mar) pero digamos que tener un paladar inclinado a lo carnívoro juega un rol importante por aquí. Tal y como explica el parrillero argentino instalado en el Perú Valentín Dupuy, el avance que hemos tenido los peruanos en cuanto al consumo y aprovechamiento de los cortes de res –y del cerdo: no nos olvidemos del chanchito– ha sido bastante importante en los últimos años, de la mano del trabajo de los ganaderos. Pero falta seguir educando, enseñando, tanto a cocineros como al consumidor final.
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Con esa premisa nació en julio pasado la primera Federación Peruana de Fuegos y Parrillas (@federacionperuanadefuegosyp) que cuenta actualmente con 13 miembros, todos profesionales de las brasas y el carbón. La idea surgió a raíz de un encuentro en Medellín –la representación del país en distintos concursos suele ser parte de su agenda– y se consolidó en el gran crisol que son las redes sociales.
“Queremos que se siga sumando gente, y que cada persona sea especialista en algo diferente para que aporte más conocimiento”, continúa Dupuy. ¿El fin? Compartir la experiencia, no solo en la mesa, sino más bien fuera de ella. Talleres, capacitaciones y otras actividades forman parte del plan, tanto de manera presencial como virtual.
“La única forma de poder crecer es que enseñemos de la manera correcta: darle a la parrilla un sentido teórico, práctico y gastronómico”, explica por su parte Julio Geldres, otro de los miembros fundadores de la federación. La información relacionada con el mundo de las brasas pretende ser útil no solo para restauranteros, sino también para el peruano de a pie que disfruta de toda la vivencia, el ritual que viene a ser armar una parrilla en casa. Desde los cortes adecuados hasta los kamados, cajas chinas y otras maravillas de la cocción de la proteína.
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lnstagram se ha convertido en el centro de operaciones para este y otros grupos de apasionados de las carnes y parrillas –la pandemia despertó en muchos dicha vocación– y no son pocos los personajes que se han dado a conocer tanto por su estilo, como por los tips que comparten semanalmente con miles de seguidores.
Tal es el caso de Vanessa Muriher, originalmente licenciada en Marketing, hoy convertida en especialista de fuegos y kamados certificada por Le Cordon Bleu Perú. Vanessa es uno de los pocos –aunque cada vez sean más– rostros femeninos vinculados a este mundo. Sabe que no es tarea sencilla, pero precisamente ahí está la importancia de la representación.
“Somos muy pocas las que nos atrevemos. Yo he sido afortunada porque he tenido el apoyo de muchos parrilleros, tanto de la asociación como de la federación (en el Perú), y también a nivel internacional. En un país y en un sector donde es difícil abrirse camino como mujer, uno de los retos más importantes está en la capacitación y el conocimiento. La experiencia solo te la da la práctica”, sostiene Muriher. Nosotras podemos hacerlo, y muy bien, señala Vanessa. Quizá solo nos falte un poco más de confianza.
El carbón recién está calentándose, pero el menú que propone la recién fundada federación –abierta a la interacción entre las distintas asociaciones y personajes parrilleros que coexisten hoy por hoy– pinta bien. Para muestra, un vistazo a lo que se cocina entre el fuego y el juego mientras hacemos las fotos que abren esta nota: un wok con trozos de brazuelo de cerdo, chorizos, picaña, entraña, lomo fino, tomahawk, mollejas, empanadas… Al fin y al cabo, todos somos de carne y hueso.
Brasas, amistad y buenos momentos
Tal es la premisa de la Asociación Parrilleros Perú –no confundirlos con la Federación, aunque colaboran en algunas actividades–, organización sin fines de lucro compuesta principalmente por apasionados de las brasas. El grupo (@asociacionparrillerosperu) se fundó en agosto del año pasado por 13 parrilleros autodidactas, entre los que se encuentran ingenieros, administradores, economistas y marketeros. También brindan talleres y organizan eventos. Para ser asociado se debe compartir la afición por el fuego y pagar una cuota de ingreso de S/ 300.