La fachada y logotipo característico de este gigante sanisidrino. (Foto: Antonio Melgarejo)
Camino Real

Por Kenyi Coba

Su enorme letrero que podía verse desde el Golf de San Isidro, sus paredes como murallas de guerra, el lujo que suponía la presencia de Varig, Scala Gigante, Galax, Hogar o Carsa. El símbolo de una época que ya no está. La enorme mole de concreto que pasó de ser el lugar de moda y exclusivo de la década de los años 80 y comienzos de los 90, a convertirse en un lugar casi olvidado.

Para saber qué pasó con este espacio que tiene gran cantidad de tiendas vacías y empolvadas pero pasadizos impecables, escaleras recién lustradas y vidrios que parecen espejos, fuimos a recorrer sus instalaciones y descubrir cómo está hoy.

Sus principales visitantes hoy en día son ejecutivos que se dirigen a las oficinas ubicadas en las dos torres del centro comercial. En el lugar aún se luce un "H" roja de la recordada tienda Hogar que hasta mediados de los 90, se encargó de decorar las casas limeñas.

La tienda Hogar es, hasta la fecha, cuidada y limpiada como antaño. (Foto: Antonio Melgarejo)
La tienda Hogar es, hasta la fecha, cuidada y limpiada como antaño. (Foto: Antonio Melgarejo)
Su logotipo continúa inacto en la fachado como pidiendo que no lo olviden. (Foto: Antonio Melgarejo)
Su logotipo continúa inacto en la fachado como pidiendo que no lo olviden. (Foto: Antonio Melgarejo)

-LUZ EN EL CAMINO-
Los desolados pasadizos están alumbrados por pequeñas luces amarillas las cuales sirven de preludio de una acogedora cafetería.

“Las horas de entrada, refrigerio y salida de los oficinistas son las más movidas, luego todo está tranquilo. Parece un desierto”, cuenta entre risas Johana, la mesera, mientras nos sirve un café.

Ella comenta que los oficinistas y sus compañeros de algunas tiendas vecinas, son los únicos que le dan vida al olvidado centro comercial donde muchos treintañeros acuden a remembrar esos momentos felices que vivieron en su niñez.

“Es curioso ver cómo vienen algunas personas a tomarse fotos o a grabar, parece que Camino Real fue algo importante para ellos. Estoy llegando a pensar que es un atractivo turístico”, agrega la muchacha.

Pisos relucientes, vidrios brillantes y pasadizos vacíos encontramos por montones. (Foto: Antonio Melgarejo)
Pisos relucientes, vidrios brillantes y pasadizos vacíos encontramos por montones. (Foto: Antonio Melgarejo)

-EL CINE REAL-
Esa descripción de “atractivo turístico” nos motivó a buscar uno de los locales insignias de este recordado centro comercial, el cual se caracterizó por revolucionar la manera de ver una película allá en los años 80. El primer multicine del Perú.

Así que al final del pasillo y sobre unas gradas estaban las puertas del mítico Real 1 y 2. El único cine de aquella época que tenía dos salas para su público, donde los cinéfilos disfrutaron de la saga de Volver al Futuro, E.T., las primeras entregas de La Guerra de las Galaxias, entre otros clásicos del séptimo arte.

El mítico cine con sus dos salas, Real 1 y Real 2, continúan ahí. (Foto: Antonio Melgarejo)
El mítico cine con sus dos salas, Real 1 y Real 2, continúan ahí. (Foto: Antonio Melgarejo)

“Venir a este cine era un premio. La pantalla enorme, el sonido envolvente y la canchita lo hacían espectacular. Se añora disfrutar una película en cualquiera de las salas del Real”, cuenta Gustavo un oficinista que pasó por la puerta del cine para dirigirse a su centro de trabajo.

Aunque no lo creas, hasta el momento los logotipos del cine continúan impecables junto a la boletería que parece invitarnos a comprar una entrada y disfrutar de un largometraje.

-VEN A CAMINO REAL-
Un detalle que destaca desde los balcones del segundo piso de Camino Real, es la vista que se tiene de sus escaleras mecánicas cruzadas, las cuales fueron las protagonistas de distintos spots comerciales que se pasaban por los canales de televisión y que tenían un jingle muy pegajoso.

“Ven a comprar, aquí, ven a Camino Real”, era la letra de la música que motivaba a grandes y chicos a visitar este centro comercial donde podías encontrar ropa, restaurantes, supermercados, juegos y todo lo que te puedas imaginar.

Aquellos visitantes que disfrutaron del esplendor del centro comercial Camino Real cuentan que varios maceteros, con frondosos helechos, colgaban imponentes dándole un aire tropical al lugar. 

Algo que también quedó en el recuerdo es la pileta que está al centro del primer piso y que hoy luce seca pero brillante.

Y es aquí donde encontramos vestigios ochenteros como el puesto de venta de helados El Tigre, uno de los más deliciosos de aquellos años; el espacio de juegos infantiles que hasta la fecha mantiene las paredes pintadas con dibujos para niños y más tiendas vacías. Incluso algunos locales presentan carteles de embargo por parte de la Sunat.

La zona de niños tiene, hasta el momento, los dibujos que fueron pintados allá en los años 80. (Foto: Antonio Melgarejo)
La zona de niños tiene, hasta el momento, los dibujos que fueron pintados allá en los años 80. (Foto: Antonio Melgarejo)

-Camino sangriento-
Si eres de aquellos que no gozó de las bondades de Camino Real, te contamos que fue inaugurado en noviembre de 1980 y que también fue testigo de trágicas escenas como un ataque terrorista.

Este ocurrió el 8 de octubre de 1992, cuando Sendero Luminoso dejó un coche bomba en el cruce de la avenida Camino Real y Víctor Andrés Belaúnde: afectó al bingo y supermercado del establecimiento. 

El atentado terrorista se registró en 1992, el cual marcó el declive de Camino Real. (Foto: Archivo histórico El Comercio) 
El atentado terrorista se registró en 1992, el cual marcó el declive de Camino Real. (Foto: Archivo histórico El Comercio) 

No se registraron heridos de consideración pero si un gran incendio que movilizó varias unidades de bomberos y desde ese momento, comenzó su declive hasta la fecha.

Años después, en marzo de 2015, otro hecho de sangre manchó el camino. Esta vez una muchacha de 34 años decidió suicidarse al lanzarse del 14 piso de la Torre 1, acto que le provocó la muerte instantánea.

-La historia detrás del diseño-
Para conocer detalles detrás de la construcción de este elefante blanco sanisidrino, buscamos al arquitecto Manuel Kaufman para que nos explique cuál es el estilo arquitectónico en el que se inspiró su construcción.

“Tiene un estilo posmoderno, dentro de un pensamiento formalista y que está plasmado en una gran masa volumétrica horizontal con grandes arcos que están en su fachada, los cuales recuerdan a los ventanales coloniales”, indica el también docente de arquitectura de interiores y diseño de interiores del instituto Toulouse Lautrec.

El experto detalla que el acabado de cemento tarrajeado que tiene en sus paredes estaba muy de moda en los 80. Esta tendencia, sumada al uso de pisos cerámicos y de mármol (en algunos espacios), además de un patio bien iluminado en donde destacan pequeños arcos, eran una característica de las casas de la época.

Balcones, arcos y un techo abierto se lucen en su interior. (Foto: Antonio Melgarejo)
Balcones, arcos y un techo abierto se lucen en su interior. (Foto: Antonio Melgarejo)

Desde inicios del 2015, un rumor se instaló en Lima: su relanzamiento. Mientras eso ocurre, quedan las fotos de las tiendas, los videos en YouTube y la sensación de que es un edificio que necesita vida, pronto.  

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