
Escucha la noticia
“Ya no soy una diva; aquella chica que se comía el mundo a bocados ya no existe”: Coco Marusix revela su pasado y presente en su nuevo espectáculo
Resumen generado por Inteligencia Artificial
Accede a esta función exclusiva
Resume las noticias y mantente informado sin interrupciones.
Coco Marusix tuvo miedo de hacer un espectáculo sobre su vida. Volver a escena —así fuera solo para una aparición— implicaba abrir las cortinas del pasado y dejar que el público viera no solo al personaje, sino también a la persona. Volver a verse como una reina en su apogeo y aquel día en que todo cambió. Sin embargo, hoy se pone el vestido más brillante, da su sonrisa más firme y sale al escenario para reconquistar su historia.
LEE TAMBIÉN | La ruta de la ‘Bichota’: cómo Karol G convirtió Medellín en una ciudad que canta su historia y cuáles son los lugares imperdibles que todo fan debe conocer
Antes de ser Coco Marusix, sus primeros pasos recorrieron el Callao. Nació el 3 de diciembre de 1964 en La Perla, creciendo entre dos afectos: la televisión y su padre. “Él resalta entre todos, es una persona de gran valor en mi vida, la pieza clave de mi yo, de quien soy realmente”, afirma la artista, que fue descubriendo sus pasiones mientras afirmaba también su identidad. “Aceptarme fue difícil para el entorno donde me encontraba, pero yo seguí ese camino, luchando y perseverando, a pesar de ser tiempos más complicados para hacerlo. Pero es posible. Yo estoy aquí como prueba de ello”.
Newsletter exclusivo para suscriptores


En el transformismo encontró una forma de estar en el mundo. Actuó en cafés-teatro de Lima hasta que Efraín Aguilar la vio imitar a Marilyn Monroe y entendió que había algo más que un buen show. Luego a la televisión, donde fue forjando aquella figura inconfundible que resaltaba por su glamour. Así llegó a “Risas y Salsa”, donde Coco brilló con un número propio y se convirtió en un rostro inolvidable de la televisión.
La popularidad trajo reconocimiento, pero también exposición. Jaime Bayly la invitó a su programa y le coqueteó en vivo. Años después diría que Coco fue uno de los grandes amores de su vida. A pesar del revuelo mediático, lo que realmente importaba para ella no era el tiempo en pantalla, sino las personas que la rodeaban. “Aprendes a conocer a quienes te quieren de verdad, quiénes están solo en el momento y quiénes quisieras que se hubieran quedado. Así es la vida”, reflexiona. En esos años también llegó al cine, con películas como “Nunca más, lo juro” (1991) y “Baño de damas” (2002), donde interpretó a una mujer trans con una mezcla de honestidad y humanidad poco frecuentes en la pantalla.
En la cima de su carrera, una tarde de marzo del 2003, todo cambió. El dolor de cabeza era persistente, pero solía resolverse con una pastilla. Esa vez no. Entre el sueño y la lucidez, se levantó para apagar la televisión. El brazo no respondió. Caminó como pudo hasta el cuarto de su prima, quien decidió llevarla al médico. Luego, oscuridad. Al despertar, recibió el diagnóstico: accidente cerebrovascular y hemiplejia en el lado izquierdo. Palabras que marcaron un antes y un después. “Aprendí a ser más humana”, resalta.

Una nueva Coco
“Ya no soy una diva; aquella chica que se comía el mundo a bocados ya no existe -enfatiza Coco Marusix- Tampoco soy esa persona que se encuentra en una búsqueda de quién es. Yo sé quién soy, sé por lo que pasé y sé también que tiene valor el retratar ese camino que recorrí”. Y eso es lo que hace ahora en “Vedette, la historia de Coco Marusix”. Contar. Compartir. Inspirar.
Ya no hay desveladas innecesarias ni horarios de grabación extenuantes. Tampoco hay un nuevo El Perseo, La Gata Caliente o Palace Atenea. En su lugar, hay oración. Católica por convicción, no por obligación, Coco reza a la Virgen de la Puerta cuando cae la noche. Y aunque se mantiene lejos de las cámaras, no ha renunciado al glamour cotidiano: un perfume bien elegido, un esmalte discreto y una sonrisa que aparece cuando la ocasión lo merece.

Vive tranquila, sin apuros, pero no detenida. Está a la espera de un nuevo desafío, con la convicción de que aún puede hacer mucho más. Piensa en la posibilidad de llevar su historia al cine o simplemente en disfrutar lo que esta nueva generación de drag queens está creando. En cada ensayo de su espectáculo, observa con atención cómo se construye, paso a paso, el relato de sus 61 años de vida.
Aunque hoy es una pionera en el mundo drag peruano, un personaje entrañable y una sobreviviente, a Coco Marusix aún le cuesta asimilar su propia trayectoria: los años sobre el escenario, los tiempos en la televisión, sus aventuras cotidianas. Pero cuando el telón se levanta, aquella risueña figura de cabello dorado vuelve a brillar como siempre, dueña de su propia historia.
La dirección está a cargo de Mario Saldaña, creador del aclamado musical ¡Dragtástico! presentado en el Gran Teatro Nacional. En esta ocasión presenta más de ocho números musicales, luces vibrantes y canciones clásicas en español, para narra la historia de Marusix en tres partes. Serán solo tres funciones: 29, 30 y 31 de agosto en el Teatro NOS de San Isidro. Entradas disponibles a través de Joinnus.

La obra recorre momentos clave en la vida de Coco Marusix, desde sus años de vedette hasta sus inicios más íntimos. Sobre el escenario desfilan figuras que marcaron su camino, como Rafael Esquivel (Raúl Romero), Mario Carossi y Jaime Bayly (Diego Salinas), y Efraín Aguilar (Sergio Armasgo)











