Hay deportes que prácticamente no se conocen. Sin embargo, detrás de estas disciplinas hay peruanos que apenas rozan la mayoría de edad y están empezando a brillar. Estas son sus historias.
Lucio Vellutino
Cuando está a bordo de su bicicleta, bajando de las montañas a la velocidad del viento, Lucio Vellutino (18) dice que se siente más cerca del cielo. “Es como si estuvieras volando”, comenta el ciclista peruano. Una sensación que lo acompaña desde los 8 años, cuando ganó su primera carrera. “Fue en ese momento que pensé que podía dedicarme a esto”, revela.
A los 14 años, ya era uno de los mejores créditos peruanos del downhill, pero en 2021 un accidente estuvo a punto de truncar sus sueños. Ese año, mientras completaba un circuito a las afueras de Cusco, en el Valle Sagrado de los Incas, Lucio sufrió una aparatosa caída que trajo como consecuencia una fractura de la cuarta vértebra cervical. “No podía sostener mi cabeza”, relata.
En primera instancia, los médicos le dijeron que no iba a poder volver a manejar bicicleta. Pero Lucio no se resignó y fue a buscar una segunda opinión con especialistas de Estados Unidos, quienes encendieron una luz de esperanza. “El proceso de recuperación fue bastante duro. Por la vibración no podía subir a carros ni aviones”.
Pasaron ocho meses para regresar a las competencias. Desde entonces, la carrera del joven deportista ha ido en ascenso. El próximo 4 de agosto, representará al Perú en el Campeonato Mundial de Downhill, en Fort William, Escocia. “Estoy enfocado en poder estar entre los 10 mejores del mundo”, concluye Lucio, quien suele compartir sus aventuras en su cuenta de Instagram (@luciovellutino).
Salvador y Caleb Essenwanger
Son primos, pero parecen hermanos. No solo comparten su gusto por las artes marciales y, en especial, por el jiu-jitsu, sino también una serie de metas en común: en unos meses, se mudarán a México con el firme propósito de acercarse al sueño de competir en la Ultimate Fighting Championship (UFC).
Salvador (17) y Caleb Essenwanger (17) viven en Máncora y son deportistas desde que eran niños. Antes que técnicas de defensa, lo primero que aprendieron es a surfear. “El deporte es algo que siempre nos ha acompañado”, cuenta Salvador.
Motivados por el papá de Caleb, quien es aficionado al box, descubrieron su otra pasión. Empezaron practicando artes marciales en un gimnasio del balneario norteño, y poco tiempo después se convertirían en dos de las principales cartas nacionales del jiu-jitsu: el pasado mes de marzo, ambos obtuvieron la medalla de oro en el campeonato NAGA, en Los Ángeles.
“El objetivo es pelear en la UFC”, nos dice Caleb. “Tenemos muy claro que queremos dedicarnos a esto. Por eso, estamos yendo a perseguir nuestros sueños”.
Por lo pronto, el próximo mes competirán en el torneo nacional de jiu-jitsu Open 2023, donde esperan consolidarse y lograr buenos resultados antes de emigrar. No creen en golpes de destino. Confían más en su esfuerzo, sacrificio y dedicación.
Rafael Modenesi
Su afición por el automovilismo surgió por influencia de su padre, pero hubo un hecho que lo marcó para que decidiera ser piloto de carreras, una de esas hazañas que hace que los niños vean a los deportistas como héroes: el cuarto título consecutivo de Fórmula 1 que Sebastián Vettel coronó en el 2013. Al año siguiente, Rafael ModenesI (16) le pidió a su papá que le regalase un kart y, con apenas 7 años, empezó a correr en diferentes circuitos de kartismo.
Luego de conseguir buenos resultados en las categorías infantiles, el 2018 su vida dio un giro de timón: si quería crecer profesionalmente, tenía que continuar su carrera en el extranjero. Con el apoyo de sus padres, Rafael se mudó ese año a las afueras de Verona, en Italia, para seguir preparándose en su objetivo de llegar a la máxima competición del automovilismo.
“Estando acá he podido participar en importantes torneos en Francia, España, Dinamarca y Alemania”, nos dice el joven automovilista vía Zoom. “Sin duda, esto me ayuda mucho para llegar a la meta final, que es competir en la Fórmula 1″, añade.
Todo su esfuerzo, dice, está rindiendo sus primeros frutos: está a punto de debutar en la Fórmula 4, el primer escalón hacia la Fórmula 1. Su primera prueba será en la ciudad de Mugello, en la Toscana italiana, este 7 de julio. “Cuando estoy en un coche, me siento conectado a él. Cuando estoy yendo a velocidades altas, no me preocupa nada, estoy simplemente concentrado en manejar y en ir rápido. Me hace sentir feliz”, concluye Rafael.
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