Tenía apenas 16 años cuando la mexicana Consuelo Velázquez -albergada por la curiosidad del primer beso- escribió ‘Bésame Mucho’, el bolero que la inmortalizó como artista. La fama; sin embargo, llegó durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) gracias a una costumbre: los soldados cantaban o dedicaban esa canción antes de partir a los frentes de batalla, convirtiéndola en un símbolo para las parejas separadas. El éxito, claro, fue abrumador. El músico francés Tino Rossi decidió grabar ese sencillo el año que finalizó la guerra a manera de homenaje. Lo que nadie vaticinó es que, décadas después, sea precisamente la versión de Rossi la que acompañe -y explique tan bien- la escena clave en la tercera temporada de Ozark, que la llevó al Emmy 2020: el secuestro de Marty Byrde (Jason Bateman) a México.
Bésame, bésame mucho
Como si fuera esta noche
La última vez
Bésame, bésame mucho
Que tengo miedo a perderte
Perderte después
Piensa que tal vez mañana
Yo ya estaré lejos
Muy lejos de aquí
Resulta hasta irónico cómo las estrofas de arriba, cuyo contexto es totalmente ajeno a la serie creada por Bill Dubuque y Mark Williams, describen con exactitud la jugada (y prueba de lealtad) por parte de Omar Navarro -quien está en guerra con otro cartel mexicano- a Marty, que, atormentado por la idea de no volver a ver a sus hijos, idea un plan para recuperar el control y continuar lavando dinero. No se ha visto inicio de capítulo más épico desde que Vince Gilligan, allá por el 2009, usó el narcocorrido ‘Negro y Azul’, de Los Cuates de Sinaloa, en la segunda temporada (episodio 7) de Breaking Bad. Y ese no es el único símil entre ambas ficciones.
En esta nueva entrega, ya disponible en Netflix, la familia desciende cada vez más a la oscuridad por acuerdos -a futuro, no tan convenientes- por parte de uno de sus integrantes. Si en Breaking Bad, Walter White arrastró a sus seres queridos a lo (más) ilícito; en Ozark, quien quiere construir el imperio no es Marty, sino Wendy. El personaje interpretado por Laura Linney es uno de los que más ha progresado en comparación a las temporadas anteriores. Ahora es ella quien negocia directamente con el dueño el circo. Su nominación a los premios Emmy de este año era más que evidente.
Una de las sorpresas -quizás- más grandes de la temporada fue el ingreso fugaz de Ben Davis, el hermano bipolar de Wendy. El muchacho, interpretado por Tom Pelphrey, ayuda a los Byrde cuando las cosas se complican e incluso entabla una adorable relación con Ruth Langmore, pero pone en peligro a todos cuando se niega a tomar su medicación. La esposa y socia de Marty toma una devastadora decisión -cuya escena tiene de fondo a The Daily Mail, de Radiohead- cuando se ve obligada a velar por la vida de sus hijos.
A nivel de guion, en esta temporada se ha notado la genialidad del desarrollo de subtramas hasta llevarnos a un explosivo clímax. Mientras que el conflicto principal es entre Marty, Wendy y Helen con Navarro pisando sus talones, no se olvidan de personajes como Darlene, Wyatt o la agente del FBI que está tras los pasos de los Byrde. Es aquí donde hay una cambio importante: si en la primera temporada, Marty era el protagonista y en la segunda, las personas que estaban a su alrededor (Wendy, Ruth y Helen); en esta entrega -por lejos, la mejor de todas- el espectador deja de enfocarse en los personajes como tal, sino que empieza a centrarse en la historia y sus giros sorpresivos.
Es precisamente bajo esa lectura que puedo afirmar que se ha desprendido de la fórmula de Breaking Bad. Recuerde que hasta el final, todo se reduce a Walter y Jesse. Ozark, por su parte, se ha enfocado en presentar y expresar las tensiones que el crimen puede causar en una familia de una manera real y desgarradora. La última escena, además, refuerza la idea (sobre todo en el mundo de las mafias) que nadie está a salvo y todos son reemplazables. Ahora los Byrde son la gran -y única- apuesta de Navarro, y jugarán un rol importante en el camino que tiene Navarro para ellos. //
DATO:
La serie de Bill Dubuque y Mark Williams ha sido nominada a los premios Emmy en las categorías de: Mejor serie dramática, Mejor Actor Principal por Jason Bateman (Marty Byrde), Mejor Actriz Principal por Laura Linney (Wendy Byrde) y Mejor Actriz Secundaria por Julia Garner (Ruth Langmore).