¿Vacunas en adultos? Cuándo, por qué hacerlo y cuál es el esquema que deberías tener en cuenta

En un contexto donde los estilos de vida son cada vez más dinámicos y los adultos se enfrentan a múltiples demandas laborales y familiares, la vacunación puede parecer una prioridad lejana. Sin embargo, los expertos insisten: no se trata de un tema exclusivo de la niñez. “El esquema nacional de vacunación en el Perú también contempla recomendaciones específicas para adultos entre los 30 y 50 años”, recuerda la doctora Nandy Vega, subdirectora médica de Mapfre.

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Según el Ministerio de Salud del Perú (Minsa), entre las vacunas más relevantes para adultos destacan la de la hepatitis B, la influenza, el refuerzo de la DTPa (contra la difteria, el tétanos y la tosferina), la del neumococo y la fiebre amarilla.

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Estas últimas, específicamente, cobran especial relevancia si la persona vive con alguna comorbilidad como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, respiratorias o autoinmunes. En esa línea, el médico infectólogo y docente universitario de USIL John Cabrera-Enriquez añade que, además de las vacunas del Minsa, existen otras recomendaciones dadas por organismos como el CDC de Estados Unidos. “Según el contexto de cada paciente, se puede considerar también la vacuna contra el meningococo y la vacuna contra el VPH”, explica.

La prevención, en contextos donde la persona tiene enfermedades preexistentes o vive en zonas endémicas, es un no negociable.

Entre las recomendaciones comunes, se destaca la vacuna anual contra la influenza para todos los adultos, especialmente en aquellos que presentan enfermedades crónicas, como artritis, diabetes e hipertensión.

En la lista, destaca también una vacuna poco conocida por los adultos: el refuerzo de la DTPa, que lucha contra la difteria, el tétanos y la tosferina específicamente.

Esta dosis, debe ponerse cada diez años, y en casos particulares como haber sufrido una herida profunda o quemadura grave, en un intervalo de cinco años desde la última aplicación.

La vacuna de la hepatitis B y la de la fiebre amarilla también cobran relevancia en la adultez: la primera es prioritaria si nunca se completó el esquema durante la infancia, situación que sucede habitualmente entre los peruanos, según los expertos. En tanto, la segunda, es obligatoria antes de viajar a zonas endémicas, como islas en el Caribe.

Aunque actualmente ya no se pone tanto énfasis en el COVID-19, los expertos instan a no dejar atrás la protección contra este síndrome respiratorio: “Aunque la etapa crítica de la pandemia ya pasó, la protección contra el COVID-19 sigue siendo clave, sobre todo para adultos con enfermedades de base o adultos mayores”, dice Nandy Vega.

A partir de los 60 años, el cuerpo responde de manera distinta a ciertas enfermedades infecciosas. Por eso, la prevención es aún más importante. En este escenario, la dosis más importante es la que actúa contra la infección bacteriana del neumococo.

“Los adultos mayores son más susceptibles a las neumonías, por lo que se recomienda la vacuna neumocócica polisacárida (PPSV23), que protege contra 23 serotipos de bacterias”, explica el doctor John Cabrera.

Él, recomienda también no olvidar la vacuna contra la varicela zóster, que ayuda a prevenir el doloroso cuadro de “culebrilla”, frecuente en adultos mayores de 50 años, sobre todo en quienes tienen sistemas inmunitarios comprometidos y débiles.

Prevenir enfermedades contagiosas es una forma concreta de cuidar a nuestra familia, amigos y comunidad. En el Perú, muchas de estas vacunas están disponibles gratuitamente en los establecimientos de salud públicos. Otras, en tanto, se ofrecen en laboratorios privados si es que se trata de una emergencia. Solo hace falta acercarse, informarse y tomar acción por una vida más protegida, aún siendo adulto. //