Hubo una época no muy lejana donde los niños se entretenían viendo programas infantiles que demandaban un gran trabajo de producción: con castillos, globos y luces multicolores en sets de grabación que podían recibir a cientos de personas. Los juegos, dibujos animados y coreografías de baile eran la esencia del contenido. Y las conductoras que dirigían el show, las estrellas. Ejemplos hay varios. En el Perú y fuera del país. Pero hubo uno que marcó a toda una generación en Latinoamérica a inicios de los noventa: “El show de Xuxa”.
Xuxa, menos conocida como Maria da Graça Meneghel Flores, es una actriz y presentadora brasileña que se convirtió en todo un fenómeno televisivo en su país durante la década del ochenta. Antes de alcanzar la fama fue modelo y posó para la portada de diversas revistas, entre ellas Playboy. Tuvo, además, sonados romances con dos leyendas del deporte mundial: el automovilista Ayrton Senna y el futbolista Pelé.
En 1986 cobró notoriedad luego de ser fichada por la Rede Globo para conducir el “Xou da Xuxa”. El programa se emitía de lunes a viernes, de cinco a seis de la tarde. Tuvo un éxito sin precedentes. Al punto de que la joven presentadora brasileña fue considerada al año siguiente como una de las mujeres más destacadas del planeta, por el diario francés Libération, junto a la mismísima Margaret Thatcher.
Así, la internacionalización de Xuxa iba a llegar más pronto que tarde. En 1990 tuvo una presentación en el Festival Viña del Mar con la que hizo vibrar al monstruo de la Quinta Vergara al ritmo de su famoso estribillo “ilari lari le oh, oh, oh”, hoy tema indiscutido en cualquier “hora loca”. La cadena argentina Telefé compró el formato e hizo su propia versión en español. Con el tiempo, otras casas televisivas adquirieron los derechos del programa, llegando a transmitirse en 17 países de habla hispana desde Buenos Aires, ciudad donde se grababa. En Perú, este se vio por las pantallas de Frecuencia Latina.
COMO EN CASA
Quienes la vieron por televisión cuentan que su sola presencia en pantallas hacía que el mundo se detuviera. Su genuino carisma le permitía conectar con las audiencias sin dificultad. Desde el arranque, el programa enganchaba: Xuxa salía de una nave con un traje deslumbrante, cantando el tema de introducción, para luego saludar a la tribuna, a los “bajitos” que habían asistido al set de grabación para cumplir el sueño de conocerla.
Por esa época realizó giras a distintos de la región. Por esa época, además, el Perú vivía una de sus temporadas más convulsionadas: Alberto Fujimori había tomado el poder y el terrorismo y la hiperinflación nos había puesto contra las cuerdas. Xuxa no lo sabía, pero su show se había convertido en el escape de cientos de familias peruanas que por esos días lo veían todo gris.
La popularidad de la conductora brasileña se acrecentó por estas tierras cuando se anunció un concurso que buscaba a la “paquita peruana”. Entre las finalistas se encontraban adolescentes que hoy son figuras mediáticas, como Patty Wong, Rebeca Escribens y Sofía Franco. Finalmente, la ganadora del certamen fue una jovencísima Maricielo Effio, quien de esa manera inició una promisoria carrera en el baile y la actuación.
A propósito de los veinte años del concurso, Maricielo brindó una entrevista en la que contó detalles tras bambalinas del programa y cómo era su relación con Xuxa. “Siempre la admiré mucho. Además, estaba vigente mi deseo de trabajar en televisión. Me presenté al concurso porque quería ganar, porque quería tener la oportunidad de conocerla”, sostuvo la actriz.
DETRÁS DE ESCENA
Luego de tres años, uno de los programas infantiles más entrañables de todos los tiempos llegó a su fin un 31 de diciembre de 1993. Por estos días, medios brasileños han informado que se planea producir una película biográfica sobre la vida, obra y milagros de Xuxa. Aún no se sabe quién la interpretará, pero, por lo que significa en la cultura popular, promete ser un éxito.
Hace unos días, la presentadora brasileña estuvo de cumpleaños. Apagó 57 velas en medio de la cuarentena voluntaria que acata en Rio de Janeiro por la crisis sanitaria. En esta coyuntura, donó un millón de reales (US$ 200 mil) al sistema de salud público de Brasil para frenar el avance del coronavirus. También regaló 300 mil jabones de su marca Xuxinha a familias cariocas en situación vulnerable.
Para Xuxa es la hora, es la hora, pero de ayudar. //