Descubrieron uno a uno los vehículos, pero solo el auto de hidrógeno atrajo la mirada de los jóvenes que apresuraron el paso para ver cada detalle, cada mecanismo, cada monitor y dispositivo de una tecnología que no verán (por lo menos en un futuro próximo) circulando en las calles de nuestro país.
Se trata de una de las más prometedoras alternativas para hacer que el transporte sea mucho más amigable con el medio ambiente. Reemplaza el combustible fósil por hidrógeno y, después de un procedimiento interno, en lugar de emitir el peligroso CO2 al aire, lo que sale por el tubo de escape es vapor de agua.
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Los alumnos de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) continuaron inspeccionado el MIRAI, el vehículo de hidrógeno que Toyota ha traído al Perú para acercar esta tecnología a los estudiantes. Fue presentado también en la Universidad Nacional de Ingeniería, Pontificia Universidad Católica del Perú y Senati, junto a otros modelos eléctricos e híbridos.
Desde afuera se trata de un auto común, con todas sus características habituales. Sin embargo, cuenta con algunas piezas que lo hacen diferente, sobre todo en su funcionamiento: celda de combustible (parte principal del vehículo), batería, unidad de control, tanque de H2 y motor eléctrico.
“Hablando del hidrógeno, es una energía limpia e inagotable. Las emisiones son cero en estos vehículos y la carga también es rápida, muy similar a un auto convencional, y ayuda a recorrer grandes distancias”, explicó Héctor Chuquín, jefe de producto de Toyota del Perú. Estas características hacen la diferencia respecto a los vehículos híbridos (que sí emiten CO2) y los full eléctricos (cuya recarga es más lenta y tienen menos autonomía).
¿Cómo funciona? El vehículo cuenta con balones donde se almacena el hidrógeno, y se recarga como si fuera gas o gasolina. Luego, el proceso sigue dentro de una celda en donde se hace la magia.
“El oxígeno lo captura del medioambiente, del aire, e ingresa a esta celda. También a esta celda ingresa el hidrógeno que se carga en los tanques. Aquí, al mezclar el hidrógeno con el oxígeno el producto es energía eléctrica y también (vapor de) agua. El agua va hacia los tubos de escape y la electricidad generada va hacia las baterías”, explicó a El Comercio.
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Luego de que se consigue la energía, el siguiente proceso es como el de un auto eléctrico. Incluso la batería se encuentra en la parte inferior del vehículo. “Aquí se almacena la energía eléctrica que alimenta al motor eléctrico para poder mover el vehículo”, indicó.
¿Llegará al Perú?
A nivel mundial, muchos países han iniciado un cambio en sus fuentes de energía para tener un transporte más limpio. Nuestro país se encuentra muy retrasado, aun con el uso de vehículos full eléctricos o híbridos. Entonces, ¿veremos un vehículo de hidrógeno circulando en estas calles?
Héctor Chuquín nos explica que la fabricación de estos autos es un poco más costosa que el resto. Por el momento solo circulan en Japón, Estados Unidos o Australia. Y en lo que respecta a Perú, no se cuenta con producción de hidrógeno.
“Básicamente en nuestro país, y en la región, no hay una fuerte industria que se encargue para producir hidrógeno de este tipo, y sobre todo por la presión que necesita”, comentó Chuquín. En este caso la unidad de presión es denominada bar, y la presión de trabajo de este vehículo es de 700 bares. Solo en Chile se encontró una presión de 200 bares. Por eso se llenó la sexta parte de la capacidad del vehículo, puesto que no cumplimos con la presión necesaria.
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El precio de este vehículo puede llegar a los 90 mil dólares, en Estados Unidos. No está a la venta en Perú; sin embargo, Toyota ha decidido apostar por sus vehículos híbridos que se adaptan mejor a nuestro contexto y reducen la contaminación.
Y qué tal la seguridad
Cuando se habla de hidrógeno, uno de los antecedentes que viene a la mente es el accidente del Hindenburg, un zeppelin que se incendió en 1937, en Nueva Jersey. ¿Qué pasó? Para elevar el zeppelin se usó hidrógeno, que es un elemento altamente volátil, inflamable. En total, 36 personas murieron.
Héctor Chuquín nos explica que en la actualidad se trabaja bajo normas internacionales, ya sea de Europa o de las Naciones Unidas. “Al trabajar de acuerdo a normas, se tienen que cumplir con ciertos estándares de seguridad para evitar este tipo de problemas”, indicó. Según el diseño, los tanques de hidrógeno se encuentran en la parte inferior, como si fueran de combustible.
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La otra duda es sobre la forma de generación de hidrógeno. Hoy en día existen hasta tres variantes a las que se les asigna un color: gris, azul y verde. El primero, el hidrógeno gris, sí implica emisiones de CO2 y contaminación. La segunda opción produce CO2 que es capturado y recirculado para otros procesos. El tercer tipo es el que se considera más limpio y se genera mediante electrólisis.
Es decir, se trata de una alternativa prometedora para reducir las emisiones de gases contaminantes. Frente a un eléctrico puro ofrece mayor autonomía y su tiempo de recarga es muy reducido; sin embargo, por lo pronto es una tecnología costosa. Incluso para instalar servicios de recarga. Pero cada vez hay más opciones saludables en el transporte.
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