El WiFi utiliza ondas de radio para transmitir datos en la frecuencia de 2,4 GHz o 5 GHz.
El WiFi utiliza ondas de radio para transmitir datos en la frecuencia de 2,4 GHz o 5 GHz.
Redacción EC

El cambió la forma en la que nos conectamos a al liberarnos de los cables. Sin embargo, a veces la señal puede fallar y no necesariamente por un problema del router. A veces podemos tener el mejor equipo, pero la conexión no es buena.

Y si bien no existe un solo factor que determina la calidad de la señal de internet -como la ubicación o la interferencia de otros dispositivos-, algo que no se suele considerar es el tipo de dispositivo que se conecta al router. Así, por ejemplo, los dispositivos antiguos pueden convertirse en nuestro peor enemigo. ¿Cuál es la razón?

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Lo primero que hay que entender es que el WiFi utiliza ondas de radio para transmitir datos en la frecuencia de 2,4 GHz o 5 GHz.

Para transmitir datos, el router cambia estas ondas en función de los datos que deben enviarse. Así, si se transmite un uno, se envían unas ondas diferentes en comparación a si se transmitiera un cero. Y para hacer esto, el WiFi usa diferentes protocolos.

Como explican desde Computer Hoy, estos protocolos definen diferentes técnicas de modulación que conducen a una diferencia en la cantidad de datos que se transmiten por el WiFi.

Entonces si tenemos un dispositivo antiguo que utiliza un protocolo antiguo, por más que el router sea de última generación, tendrá que cambiar su configuración para adaptarse a ese protocolo.

Tenemos, por ejemplo, el protocolo 802.11b. Es un protocolo antiguo que no puede entender los datos del protocolo moderno 802.11n. Por lo tanto, para resolver este problema, el router 802.11n utiliza el protocolo 802.11b para comunicarse con ese dispositivo, ralentizando la conexión.

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