Cinco motivos para dejar de ser una mujer pasiva en el trabajo - 2
Cinco motivos para dejar de ser una mujer pasiva en el trabajo - 2

Tal vez seas una mujer de una personalidad calmada o algo tímida, pero eso no debe significar que pases desapercibida por la vida. En el trabajo especialmente, es importante que hagas notar tu presencia para que tus compañeros y superiores te tomen en cuenta en las diferentes situaciones que deben enfrentar.

Ser pasiva en el podría significar que se te cierren las puertas para acceder a alguna buena oportunidad o que los demás crean que eres una persona sin iniciativa, pese a tener muchas ideas válidas rodándote la cabeza.

¿Qué aprenderás si dejas la pasividad atrás en tu trabajo? Te lo decimos:

1. Te darás cuenta de que tus necesidades sí importan

Minimizar lo que necesitas o pensar que son menos relevantes que el resto no te llevará a ningún lado. Tú tienes tanto derecho como los demás de participar de una reunión, competir por un ascenso o pedir un aumento por tu buen desempeño. Nunca pienses que no eres importante, porque lo eres.

 (Foto: Shutterstock)

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2. Dejarás de asumir todo

Imaginar que los demás ya sabes lo que piensas o creer que conoces lo que pasa por la cabeza del otro te estancará en el lugar donde estás. Lo mejor es siempre decir lo que necesitas o sientes, aunque a veces parezca muy obvio, para dejar claro el mensaje a los demás y cerciorarte de que saben qué terreno están pisando.

3. Lo implícito quedará atrás

Nada de indirectas. Anda directo al grano cuando se trate de exponer una necesidad o decir tu opinión. ¿Quieres un aumento? Díselo a tu jefe y justifícalo. ¿El reporte que te entregaron no sirve? Devuélvelo y explica a la persona que lo hizo lo que necesita mejorar. Te sentirás como si te quitaras un peso de encima.

 (Foto: Shutterstock)

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4. Te olvidarás del miedo

Enfrentarte a retos nuevos es siempre atemorizante, pero si eres una persona pasiva la responsabilidad podría superarte. Cuando estás frente a un problema, toma una decisión firme y pregúntate qué es lo peor que pueda pasar. Encuentra en tu fuerza la motivación para salir adelante.

5. Aprenderás a no ignorar los problemas

Dejar todo pasar no hará que las cosas se solucionen, solo que la bola de nieve se agrande aún más. Entre más rápido enfrentes una situación, menos probabilidades es que se salga de control en el futuro. Con las cosas claras desde el principio, estarás más tranquila.

 

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