Vista general de la ciudadela Inca de Machu Picchu en Cuzco, Perú, 23 de junio de 2007. Machu Picchu se encuentra entre los principales aspirantes a ser las nuevas siete maravillas del mundo. Los siete ganadores serán anunciados el 7 de julio de 2007 en Lisboa, Portugal.





AFP PHOTO/Eitan ABRAMOVICH
Vista general de la ciudadela Inca de Machu Picchu en Cuzco, Perú, 23 de junio de 2007. Machu Picchu se encuentra entre los principales aspirantes a ser las nuevas siete maravillas del mundo. Los siete ganadores serán anunciados el 7 de julio de 2007 en Lisboa, Portugal. AFP PHOTO/Eitan ABRAMOVICH
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Renzo Guerrero

En medio de la multitud, ella salta y todos gritan. Abril tiene un año de edad y pese a que no entiende bien lo que ocurre, sabe que Guillermina, su madre, está feliz. Sonríe. Cuando crezca le contarán que en hombros de su madre vivió uno de los momentos más importantes en la historia de una ciudad, de un país: Machu Picchu, la ciudad inca tantas veces visitada —y a la que ella irá cuando sea más grande— se convirtió en una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo.

La cuenta regresiva encontró a la Plaza de Armas del Cusco llena de entusiastas. Desde muy temprano fueron llegando los cusqueños y los turistas. Ninguno se quería perder aquel instante eterno, bañado de gloria. Un escenario al costado de la catedral recibía a todos con mucha ilusión. Música, baile y una serie de vivas por Machu Picchu fueron alargando el momento decisivo, ese que se inició cuando el reloj marcó las 5:09 de la tarde.

Minutos inacabables comenzaron a transcurrir desde que apareció en la pantalla gigante Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la luna, y comunicó al mundo cuál era la primera maravilla moderna: la Muralla China. Más de uno juntó las manos y elevó una oración al cielo. Doña Rosa se maltrataba los dedos de angustia. Su nieta, a un costado, buscaba una respuesta en la voz del presentador animoso que exacerbaba al gentío con frases como: “Sí se puede”.

Y se pudo. Tras una falla en la transmisión, casi diez minutos después de que comenzara la ceremonia, apareció Machu Picchu y la alcaldesa del Cusco, Marina Sequeiros, recibiendo el aplauso del público que llegó a Lisboa para escuchar el veredicto final de los cibernautas.

La plaza estalló de algarabía. Unos a otros se agruparon en un solo abrazo. Más de uno lloró de alegría. Autoridades dejaron atrás las etiquetas y se desbordaron apasionados lanzando cánticos y agradecimientos. Por el altavoz, el Himno Nacional recordaba que este era el triunfo de toda una nación que se juntó para lograr la máxima distinción.

Nicky, una francesa aferrada a las manos de uno de los danzarines de una escuela cusqueña, bailaba y se sentía parte del todo. “Yo voté por Machu Picchu y ahora estoy feliz”, comentó en un español a medias. Una amiga suya no podía más con su cuerpo de tanto alboroto, pero acompañaba a los demás regalando sonrisas. Así son las fiestas y así es la pasión que despierta la ciudadela en aquellos que mantienen un romance con ella, siempre a primera vista.

La bandera del Tahuantinsuyo se izó. El presidente regional, Hugo Gonzales Sayán, acompañado por distintas autoridades, encabezó el acto. A un costado, con el sol agonizando, muchos continuaban bailando y lo hicieron hasta que las piernas aguantaron. Lo mismo ocurrió en el poblado de Aguas Calientes y en el propio Machu Picchu. La postal, comentan Sergio Vilela y Jenny Varillas, está más radiante que nunca. Y seguirá así por el resto de los días, ya que este reconocimiento mundial coloca al Cerro Viejo en el peldaño que se merece, en ese que los peruanos siempre lo hemos colocado y que ahora el mundo se rinde a sus pies.

América alberga tres maravillas

Lisboa [EFE/El Comercio]. Luego de meses de febril votación, ayer fueron proclamadas en la capital portuguesa las Siete Nuevas Maravillas del Mundo. De oriente a occidente, las elegidas fueron la Muralla China, el Taj Mahal de la India, la ciudad de Petra en Jordania, el Coliseo Romano de Italia, el Cristo Redentor de Río de Janeiro y la ciudad maya de Chichén Itzá de México. Además, claro está, de nuestro Machu Picchu.

En una fastuosa ceremonia, que incluyó la presentación de famosos, como el tenor español José Carreras, la cantante Jennifer López y el bailarín español Joaquín Cortés, fueron presentados uno a uno los lugares elegidos por más de 100 millones de votos.

La iniciativa, impulsada por el suizo Bernard Weber, tuvo por objetivo completar la lista de las Siete Maravillas de la Antigüedad, designadas cerca del año 200 a.C.: los jardines colgantes de Babilonia, el templo de Artemisa en Efeso, el mausoleo de Halicarnaso, el coloso de Rodas, el faro de Alejandría, la estatua de Zeus en Olimpia y la pirámide Gizeh de Egipto. Esta última es la única maravilla antigua que sigue en pie y fue declarada por los organizadores fuera de concurso, al ostentar ya el título de maravilla honorífica del mundo.

Filosofemas: Maravilloso Machu Picchu (13 de julio de 2007)

Francisco Miró Quesada C. (filósofo)

La elección de Machu Picchu entre las Siete Nuevas Maravillas del Mundo ha producido un vibrante júbilo en todo el territorio nacional. Y es que el patriotismo es un sentimiento sumamente fuerte. El patriotismo puede tener muchas expresiones, según sean las circunstancias. La que ha tenido ahora ha sido de triunfo y de alegría, porque su elección como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo ha sido un triunfo.

Ha ganado una batalla de opiniones en la que había rivales dignos de alta calificación, como, además de las seleccionadas, la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad. Y nuestro país necesita triunfos porque, en su historia, ha sufrido muchas derrotas, como en la guerra con Chile, lo que no significa que en ella no haya brillado el heroísmo de un Grau, de un Bolognesi y de un Cáceres, uno de los escasos héroes que no murió en la guerra. Y hace más de veinte años que no solo perdemos en fútbol (con excepción de Cienciano, dirigido por Ternero, sobre Boca Juniors), sino que acabamos de hacer el ridículo frente al equipo argentino en el campeonato americano de fútbol que se está llevando a cabo en Venezuela.

Por eso, necesitábamos triunfar en algo y la elección de Machu Picchu como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo ha sido una victoria que requeríamos a fondo. Pero, además de la gran sensación de triunfo, que se ha vivido en todo el país, y en el Cusco más que en ninguna parte, hemos sentido alegría, una verdadera ebriedad de alegría. Hemos gritado a todo pulmón cuando salió la imagen de Machu Picchu en la pantalla de nuestro televisor, y algunos hasta derramaron lágrimas.

Porque, sin duda, el monumento más impresionante del Perú es de una majestad superior a la de los seis restantes. El Taj Mahal es, seguramente, así lo creemos, el más bello, pero no tiene la misma majestad. Se hace difícil entender cómo fue posible su construcción. ¿Cómo pudieron subir los incas las grandes piedras que fueron necesarias para hacerlo? Es un misterio, pero es, además, algo que revela lo avanzada que fue la civilización incaica.

En Machu Picchu hay, por otra parte, un ambiente de hondo misticismo, que ha sido corroborado por todos los líderes religiosos que lo han visitado. ¿Qué es lo que hay allí, en la ciudadela inca y en el Wayna Picchu? Nadie puede explicarlo, porque la vida espiritual no tiene explicación.

Así es Machu Picchu, un formidable monumento, una verdadera gloria para el Perú. Por eso debemos cuidarlo y nos parece muy acertada la medida que ha tomado la jefatura del Inrena, con la debida anticipación (22/10/1998), para que el número de personas que lo visiten no pase de 2.500 por día, incluyendo a los guías, y en forma ordenada. Porque después del triunfo obtenido, es seguro que vendrán muchísimos más turistas.

¿Quiénes emitieron sus votos a favor de Machu Picchu? Porque los que votamos en el Perú fuimos muy pocos. Seguramente fueron los miles de turistas que lo han visitado desde hace muchos años. Y cuando algún amigo les preguntaba qué lugar crees que debo visitar, ahora que me voy de vacaciones, la respuesta era unánime: Machu Picchu. Esta debe la razón de la enorme cantidad de votos que obtuvo nuestro primer y más famoso monumento. Machu Picchu es una gloria para el Perú. Por eso, debemos cuidarlo y protegerlo.



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