Una buena concurrencia presenció en la noche de hoy el estreno de ese aparato justamente titulado “La maravilla de Edison”.
El vasto salón situado en los altos del Hotel Americano dio cabida, con tal motivo, a más de ochenta personas, entre las que se contaban, en su mayor parte, hombres de ciencia e inteligentes aficionados de la música y el canto, los cuales, pudieron oír clara y distintamente, las voces de los más afamados cantantes y escogidos trozos musicales de los más conocidos maestros. La primera sesión terminó poco antes de las diez, habiendo comenzado a los ocho y cuarto.
Con lo dicho, inútil nos parece añadir que los asistentes se retiraron plenamente satisfechos, y que no escasearon los aplausos al terminar las piezas mejor repetidas.