El síndrome del impostor es una sensación de inseguridad relacionada, principalmente, con los logros laborales. Esta afecta tanto a hombres como a mujeres; sin embargo, es más frecuente en mujeres, pues a pesar de que día a día las mujeres toman mayor participación en altos cargos en diferentes ámbitos, siguen teniendo el reto de siempre tener “algo que demostrar” para validar su talento.
Pero, ¿por qué se dice que afecta más a las mujeres? En su libro “El síndrome de la impostora”, las autoras Élisabeth Cadoche y Anne de Montarlot señalan que se debe a la herencia histórica y social de las mujeres, quienes han sido criadas durante siglos en la fragilidad, bajo la dominación masculina.
Ellas argumentan que, como mujeres, hemos internalizado todos los estereotipos vinculados a esta herencia. Además, explican que este síndrome parece tener su origen en la infancia, pues los niños están ‘condicionados’ por buscar la aprobación de sus padres.
¿Estoy sufriendo de este síndrome?
Estos son algunos de los síntomas que te ayudarán a indicar si estás sufriendo de este síndrome:
- Sientes que has llegado a donde estás hoy por un golpe de suerte, y no por tus habilidades o capacidades.
- Sientes que necesitas ser perfeccionista para producir un trabajo satisfactorio.
- Sacrificas tu propio bienestar para realizar más trabajo.
- Tienes la necesidad de aislarte para que nadie descubra tu “secreto”.
- Deterioro de tu salud mental como resultado del exceso de trabajo y el agotamiento.
- Sientes que alguien se va a “dar cuenta” de que no eres tan competente como pareces ser, especialmente cuando no hay pruebas de que ese sea el caso.
¿Existen tipos de síndrome de la impostora?
- Perfeccionistas: Se caracterizan por tener altos niveles de autoexigencia. Nunca están satisfechas con el trabajo realizado porque consideran que siempre podrían hacerlo mejor.
- Súper-humana: Cada vez trabajan más y más duro, sin poner límite. Suele adoptar cargos que no deberían corresponderle.
- Genio natural: Son aquellas personas que se imponen hacer bien sus tareas en el primer intento, rápidamente y de forma fluída. Si falla, experimenta frustración.
- Individualista: No suelen pedir ayuda, ya que consideran que es un síntoma de debilidad.
- Experto: Dudan de sus capacidades en todo momento. Creen que no han sido sinceros con sus capacidades y tienen miedo a ser descubiertos.
¿Cómo afecta en nuestra vida?
- Dudas de ti misma y tienes miedo a no ser lo suficientemente buena.
- No eres capaz de evaluar de manera realista tus propias habilidades y competencias.
- Atribuyes tu éxito a factores externos, como la suerte. Sientes que no mereces tu éxito.
- Sabotear tu propio éxito.
- Exceso de trabajo y agotamiento.
- Baja autoestima y falta de autoconfianza.
- Sentir un miedo intenso al fracaso.
- El síndrome de burnout es una de las consecuencias habituales del síndrome del impostor.
¿Cómo superarlo?
Si bien no existe un tratamiento específico, uno de los primeros pasos para superarlo es reconocer y analizar los pensamientos de frustración. Asimismo, anotar en un cuaderno nuestros logros y éxitos nos ayudará a recordar todos nuestros pasos y a recuperar nuestra confianza.
No olvides que es importante acudir a un profesional especializado si sientes que no puedes sobrellevarlo, pues ellos te brindarán las herramientas que necesitas para poder superarlo.