No necesito un currículum vitae
La mayoría de profesionales asocia preparar su currículum vitae (CV) o el tenerlo listo con una situación de riesgo. Es decir, cuando enfrenta la posibilidad de perder su trabajo o la necesidad de búsqueda de una nueva posición.
Para muchos es casi un orgullo decir “nunca he tenido que hacer uno”, para demostrar que nunca han requerido buscar trabajo. Para otros, hacer un CV es una mala profecía. Es más, muchos lo archivan por años. El CV, sin embargo, es la herramienta ideal para monitorear nuestra carrera y registrar sus avances, nuestro crecimiento, desarrollo laboral y académico y, fundamentalmente, los logros que vamos sumando. Es decir, el valor que vamos agregando a nuestras “empresas-clientes” y a nuestras carreras.Mucha gente no es lúcida frente al valor que agrega o el que se espera que agregue a su labor profesional, y luego, cuando por ejemplo pide o es pera una promoción, no tiene cómo justificar el valor que ha generado, pues no lo ha registrado, analizado ni valorizado.
Las empresas nos pagan por aportar: por desarrollar, ahorrar, dirigir, innovar, crear e implementar. Por eso debemos generar resultados día a día.
Los expertos aconsejan registrar semanalmente los aportes. Claro, hay días que sentimos que no hemos contribuido, pero si pasan una o dos semanas sin aportes concretos -por pequeños que sean-, quizá estemos “vendiendo” un servicio que no brindamos apropiadamente… ¿Acaso eso no equivale a “estafar” a alguien?
Siempre hay que tener un CV “vivo”, al día. Esto es, medir nuestros resultados y establecer una relación directa entre nuestra gestión y el impacto que esta tiene en la organización. Así, cuando una persona busca trabajo o promoción, no solo tiene la ventaja de no tener que “bucear” en información de hace años, pues ya ha adquirido una visión empresarial de su propia carrera.
Eso la hace mucho más empleable respecto a quienes no han trabajado orientados a logros y resultados. La experiencia debe ser sustentada con resultados cuantificables o por los menos medibles.
Un CV debe entonces registrar no solo nuestras posiciones y responsabilidades, sino nuestros logros: las acciones tomadas frente a los retos u oportunidades y sus consecuencias.
Es crítico mostrar claramente qué servicio ofrecemos, cuál es nuestra ventaja competitiva y cómo contribuimos a lograr las metas y los resultados.
Perdamos el miedo a tener un CV siempre vigente. ¡Hacerlo no trae “mala suerte”!
Monitoreemos nuestra carrera para saber si crecemos como deseamos o como nuestra empresa/cliente espera que lo hagamos; si estamos desarrollando nuevas destrezas profesionales y si estamos desarrollando habilidades competitivas y de liderazgo. Debemos ser los primeros en saber si estamos creciendo o no. Registrando y analizando nuestro avance, sabremos si estamos desarrollando nuestro perfil y, por lo tanto, qué tan empleables somos. El mercado no espera.