¿Qué hago si mi amigo del colegio me dice que sufre violencia familiar? Corresponsales escolares lo consultan con psicólogos

¿Te has preguntado si algún compañero de clase está pasando por algo difícil en casa? A veces, nos dicen con su silencio, desgano o miradas pálidas, en lugar de palabras, que regresar a su hogar es una tortura. Cada día, miles de niños y adolescentes viven situaciones de maltrato en sus hogares. El 2024, 46 mil casos de violencia a menores fueron registrados por los Centros Emergencia Mujer (CEM), indican cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP).

La siguiente nota, escrita por niños y adolescentes entre 13 y 16 años de edad del Colegio Mater Christi de Santiago de Surco, parte de una investigación iniciada desde el desconocimiento propio. No sabíamos qué hacer y a dónde recurrir cuando descubrimos que un amigo o amiga es víctima de violencia familiar y buscamos respuestas en dos especialistas en salud mental.

Muchas veces se piensa que la violencia solamente se da en un plano físico, como un golpe en el rostro de nuestros compañeros. Según el psicólogo clínico de la Clínica Tandem y la Universidad Peruana de Ciencia Aplicadas (UPC), especialista en casos de maltratos de niños y adolescentes, Daniel Trujillo, hay varias formas de violencia y algunas de estas se manifiestan en gritos, amenazas, insultos, humillaciones o en ignorar a la persona por completo.

“Existe mucha desinformación de parte de los padres y poca práctica en habilidades de crianza desde temprana edad. Quiero aclarar que no es justificación de su comportamiento con los hijos, pero nos ayuda a entender los porqués. Porque tener hijos también es una labor ardua”, dice el especialista.

“Más allá de ello, hay muy poca concientización de la salud mental en el país: padres que tienen hijos y no reciben esta ayuda, porque ellos tampoco intuyen si existe algún diagnóstico de salud mental. Entonces, quizás la crianza suya, negativa, se termina repitiendo y pasa de generación en generación. Por otro lado, hay factores económicos y sociales. Vienen la ansiedad y el estrés, que pueden tener estas personas y, de no saber cómo manejarlas en sí mismos, terminan cometiendo exabruptos u otras conductas negativas”, agrega.

En el Perú, se reportaron más de 60 mil casos de violencia familiar mediante el Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMV) en el 2024, de acuerdo con Daniel Trujillo, y agregó que “la cifra real podría ser aún más”.

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¿Cómo actuar ante un caso de violencia familiar si eres menor de edad?

Ante la pregunta sobre cómo pueden actuar los compañeros de clase ante un caso de violencia familiar, la psicóloga del Colegio Mater Christi, Rossana Pacheco, enfatiza la importancia de la empatía y el acompañamiento a los niños y adolescentes. “No se trata de ver al compañero como una víctima, sino de brindarle espacios de bienestar y escucha. Tal vez no puedan aconsejar por su edad, pero sí pueden convertirse en un soporte emocional muy valioso”, explica.

A veces, una persona no dice “me están haciendo daño”, pero su forma de actuar lo grita. A continuación, estas son las señales que deben generar alerta sobre un caso de violencia familiar.

• Un niño o adolescente deja de hablar con sus compañeros o se aísla.
• Este ya no desea regresar a su casa o, viceversa, se resiste a ir al colegio.
• Notamos señales de violencia física, como moretones o marcas en el cuerpo.
• Notamos que sus calificaciones han bajado de un momento a otro.
• Expresa frases como “no quiero seguir viviendo” o “mi vida no tiene sentido”.

Según los especialistas consultados, en caso de notar cambios de humor o de conducta en un compañero, una acción de apoyo puede ser acercarse con empatía, conversar e indagar cómo va el día de la persona de quien, se sospecha, sufre algún tipo de violencia.

Si hay señales claras de violencia familiar, hablar con un adulto de confianza en el colegio o en la familia es el siguiente paso, pero la ayuda emocional de un menor de edad no pasa por una responsabilidad mayor en el entorno familiar del otro compañero.

Prevención de la violencia en el colegio

En medio de contextos familiares marcados por la violencia, la escuela emerge como un refugio seguro, donde docentes y psicólogos se convierten en aliados clave para proteger, escuchar y acompañar a los estudiantes más vulnerables.

Según Rossana Pacheco, el proceso de intervención comienza desde el momento en que se recibe una notificación —ya sea de un alumno, padre de familia o docente— sobre un posible caso de violencia. “Primero evaluamos quién trae la información y luego entrevistamos al alumno, sin abordar directamente el tema. Le preguntamos cómo están las cosas en casa, si hay alguna situación difícil. Y consultamos con profesores o tutores para detectar posibles indicadores”, explica la psicóloga.

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Durante las llamadas “semanas de gestión” o períodos en los que los alumnos están de vacaciones, los docentes aún en horario laboral reciben capacitaciones sobre cómo abordar casos de violencia familiar, abuso sexual y retos en salud emocional. “Estos espacios aseguran que todo el equipo educativo esté capacitado para detectar, actuar y apoyar a los estudiantes”, afirma Pacheco.

“Si un alumno empieza a bajar su rendimiento, muestra actitudes agresivas o retraídas, sabemos que algo ocurre. Iniciamos entonces el protocolo: entrevistas, citaciones a los padres de parte de los tutores de aula y, si es necesario, derivaciones a especialistas en terapia familiar”, añade la psicóloga.

Más que un salón con carpetas, la escuela debe ser un lugar donde el niño o adolescente no está solo. Sin embargo, sabemos lo difícil que es denunciar. Si tú o alguien que conoces necesita ayuda, no tengas miedo de pedir consejo.

Protocolos oficiales

En cuanto a las medidas institucionales en casos graves, los colegios están habilitados para seguir los protocolos respectivos del Ministerio de Educación (MINEDU). Estos incluyen la notificación de los casos de violencia a entidades como DEMUNA o la Fiscalía de la Nación.

Estos son algunos canales que las personas naturales pueden usar si desean denuncia casos de violencia a niños y adolescentes:

• Línea 100 y línea 1810: son gratuitas y gestionadas por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Están habilitadas las 24 horas. Se puede llamar desde cualquier teléfono.
• Defensoría Municipal del Niño y Adolescente (DEMUNA): existen centros de atención en todos los distritos del Perú. Para mayor información, llamar al 01 626 1600, anexo 7241.

En un entorno donde el hogar debería ser sinónimo de seguridad, muchos niños y adolescentes enfrentan una realidad distinta. Como corresponsales escolares, rechazamos todo tipo de violencia familiar y de cualquier índole y buscamos que se cree más conciencia, no solo entre los adultos, sino entre los menores de edad para que puedan informarse más sobre el tema. Si tienes nuestra edad y estás viviendo violencia en casa, lo más importante es que sepas que no tienes que quedarte callado o callada, hay formas de resolver esta situación.