Rogger Fernández

Mientras la cabeza de Paolo Guerrero está enfocada en cumplir los objetivos deportivos de Alianza Lima, su corazón parece una montaña rusa de emociones. Firmar su primer contrato profesional con el club de sus amores, pisar el césped de un Matute totalmente lleno y recibir el cariño de la hinchada son huellas tatuadas en la piel para la eternidad. El ‘Depredador’ asimila lo que le toca vivir desde que se instaló en La Victoria; y si bien cada instante es un recuerdo grabado en su memoria, nada se compara con la ilusión que le genera debutar con la blanquiazul en el Torneo Clausura, un estreno que llegará 22 años después y dos intentos frustrados. ¿Por qué?