Rogger Fernández

En el fútbol, como en la vida, las decisiones que se toman tienen consecuencias buenas o malas. Nadie está exento de eso y mucho menos Christian Cueva, quien ha pasado de los elogios por las gambetas que hacía en la cancha a las críticas por las denuncias de agresión que pesan en su contra. El futbolista que alguna vez fue ese Aladino hacedor de magia con los pies y paseó la 10 de la selección peruana por casi todo el mundo, hoy permanece alejado de sí mismo, señalado por el juicio público y ahogado en los escándalos extrafutbolísticos por culpa propia.