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“No tiene que luchar más, se terminaron sus batallas. Ahora camina hacia la luz, hacia el panteón de las leyendas. Kobe Bryant termina su carrera en la NBA y de qué manera”, improvisa Álvaro Martín. El narrador puertorriqueño que le daba vida a los partidos de la NBA a través de ESPN trasladó a los televidentes la emoción vivida en el Staples Center, en donde Kobe se despidió aquel no tan lejano 13 de abril del 2016.
Utah Jazz fue la última víctima del escolta, quien dijo adiós en un partido con un guion que lo retrataba: 60 puntos acumulados, compitiendo con todo lo que tenía y luchando hasta darle el triunfo a Los Angeles Lakers.
La vida, la más frágil de las cuestiones, acabó para el eterno ‘24’ el último domingo en un inesperado accidente de helicóptero en el que murieron otras nueve personas, entre ellas su hija Gianna de 13 años, quien había heredado sus dotes para jugar al básquet y que, precisamente, se dirigía a un partido.
Con solo 41 años, Kobe Bryant dejó un legado que va mucho más allá de los cinco anillos logrados con Los Angeles Lakers o las dos medallas de oro con Estados Unidos en Juegos Olímpicos.
El hombre nacido en Filadelfia brillaba dentro del campo y fuera. Con la pelota entre sus manos fue lo más parecido y cercano al mítico Michael Jordan. Sin ella, una amplia sonrisa era su mejor carta de presentación como un tipo normal, que siempre tenía la humildad, paciencia y chispa para atender a los fanáticos, así como a los periodistas deportivos.
Hace unas semanas en la localidad de Newport Beach, Kobe presenció un accidente automovilístico. Con ese liderazgo innato que lo caracterizaba, permaneció en el lugar de los hechos, ayudó a los afectados y dirigió el tránsito hasta que las autoridades llegaran.
Un líder positivo que desde su condición de estrella siempre intentó sumar. “Este país necesita la unión que tú trajiste a los Lakers durante 20 años”, indicó Earvin ‘Magic’ Johnson, el otro astro que tuvieron los Lakers, el día que se retiraron las camisetas ‘8’ y ‘24’ que usó Kobe Bryant como jugador angelino. Un homenaje que hoy, sin duda, cobra más valor.
Se fue un ídolo amado en inglés y español. Los Ángeles es una de las ciudades con mayor población latina, y esta adoraba a ‘Black Mamba’. Se sentían respaldados por una estrella que en el día de su despedida lo hizo hablando castellano.
“Ellos significan todo para mí”, aseguró Bryant, un astro del básquet dueño de increíbles e inolvidables gestas. La figura del deporte de los anillos vivió cada momento al máximo, con errores pero siempre con los pies bien puestos en la tierra.
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