Los deportes en Estados Unidos suelen homenajear a sus más grandes deportistas con la inclusión en el Salón de la Fama, partidos de despedida o menciones en sus redes sociales para que los fans se despidan. La NBA va un paso más allá: cada franquicia inmortaliza a sus leyendas retirando sus camisetas. El siguiente en la lista, el poseedor del mejor movimiento en el basket según la única votación que organizó la liga, Emanuel David Ginóbili.
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Los deportistas argentinos más exitosos suelen poner en el mundo a sus ciudades o sus barrios: Juan Martín del Potro con Tandil, Diego Maradona con Villa Fiorito, ‘Manu’ Ginóbili con Bahía Blanca.
El hijo ilustre del sur de Argentina encontró en San Antonio, a 8452 km. de distancia, su lugar en el mundo. Noches memorables en el pabellón deportivo de los Spurs lo erigieron como una leyenda: triples sobre la bocina, volcadas con 40 años, incluso atrapó un murciélago (19 de marzo del 2009), se convirtió –junto a Tim Duncan y Tony Parker– en el héroe de la ciudad.
Manu saboreó el éxito en la segunda parte de su carrera. Su mayor característica siempre fue la competitividad, esa que forjó desde casa, cuando tuvo que luchar contra la voluntad de su madre, que quería convertirlo en profesional.
Descendió con el club de su padre, Bahiense del Norte, y se replanteó su vida en el deporte. “Por ahí no está en mí, no puedo ganar”. No pegó el estirón hasta los 19 años, por ello nunca pudo resaltar en las menores. Incluso, los scouts, señalaban a Juan Ignacio “Pepe” Sánchez (integrante del equipo de oro en Atenas 2004) como la promesa de la región.
En el Mundial Juvenil de Australia 1997 cambió todo bajo la conducción del estratega Julio Lamas. Otro duro revés en la semifinal frente a los locales sobre la bocina los dejó con un sinsabor, pero Manu mostró un juego formidable. BC. Buford, manager de los Spurs, lo apuntó como posible prospecto, sin que nadie lo sepa.
En 1998, con la Liga Nacional de Basket de Argentina dominada, partió hacia el Viola Reggio Calabria, en la segunda de Italia. Tras conseguir el ascenso y buenos desempeños, ocurrió un hecho poco común.
En 1999, Manu Ginóbili se encontraba en Macapá, preparándose para el Sudamericano en Bahía Blanca, cuando el jefe de equipo tocó la puerta: “Has sido elegido como el número 57 del NBA Draft, por los San Antonio Spurs”. El alero no lo creyó hasta que se enteró que Gregg Popovich, entrenador de los texanos, había llamado a su papá para contarle la noticia.
Sin embargo; el argentino acordó una prórroga para su arribo a la NBA, prefirió ir al Kinder Bolonia y pasar dos años más en Europa. ‘Manu’ emuló lo realizado por Diego Maradona en Nápoles, revolucionó la ciudad y los condujo al título de la Euroliga 2001, siendo el MVP del torneo.
En el 2002 encaró el Mundial Indianápolis, con una victoria histórica frente a USA en las semifinales. No obstante, cayeron en la final ante Serbia y Montenegro.
En Europa, Manu siempre utilizó la número 6. Sin embargo, en San Antonio esa fue utilizada por un gran jugador, Avery Johnson. En ese entonces, el anotador de la última canasta para conquistar el primer título en la historia de los Spurs.
El argentino eligió no confrontar con la hinchada y dejó su número habitual. Cuando se integró al equipo, eligió la 20. Al estilo de Manu y sin demasiadas vueltas explicó por qué lo escogió: "Puedo simplemente decir que me gusta cómo se ve".
Tras el Mundial, lesionado, se presentó con los Spurs. No conectó del todo con su entrenador, debido a su estilo de juego, pero la disciplina adquirida en Europa lo catapultó a la rotación principal del equipo.
Fue campeón en su temporada como rookie frente a los Nets, disfrutando de muchos minutos en cancha.
Popovich dijo lo siguiente: “Lo primero que vez en Manu, cuando lo conoces, es su capacidad para competir y lo buen jugador que es. Si perdía, aunque sea entrenamiento, no se iba feliz. Eso lo llevó a ser un gran atleta”.
Pese al temor que vuelva lesionado, el entrenador de los Spurs lo dejó ir a las Olimpiadas de Atenas 2004.
Tras la decepción en el Mundial, los albicelestes llegaron como candidatos para subirse al podio en Atenas 2004. Ellos lo encararon de esa manera, con la confianza de llegar lejos.
En el debut –en palabras de Ginóbili– convirtió el doble más importante de su carrera frente a Serbia y Montenegro: la ‘palomita’ en la última jugada para ganar el encuentro.
En la semifinal volvieron a vencer al dream team de USA y en la final superaron a Italia para colgarse la medalla de oro por primera vez en la historia del basket argentino.
Tras las olimpiadas, ‘Manu’ construyó una carrera de leyenda en la NBA. Con cuatro anillos –medalla de bronce en 2008 de por medio–, el argentino abrió el mercado estadounidense para que sus compatriotas puedan demostrar estar a la altura.
Disputó 1057 juegos, con 13.3 puntos de promedio, 3.8 asistencias, 3.5 rebotes y 1.32 robos. Es el máximo anotador de triples (1495) y robos (1392) en la historia de los Spurs y ocupa el tercer lugar en juegos disputados (1057), cuarto en asistencias (4001), cuarto en tiros libres realizados (3380) y quinto en puntos (14043). Además, Manu fue seleccionado para el tercer equipo All-NBA en 2008 y 2011 y fue un dos veces All-Star (2005 y 2011). Además ganó el premio a El Sexto Hombre del Año en 2008.
Junto a Bill Bradley, son los únicos en la historia en tener un anillo en la NBA, un trofeo en la Euroliga y una medalla de oro.
Incluso, disputó siempre los Playoffs, cosa que ni el propio LeBron James o Michael Jordan pueden alardear. Inspiró a James Harden y Giannis Antetokounmpo para que utilicen el euro-step como un movimiento en su arsenal ofensivo.
Es el séptimo jugador con más partidos de playoffs en toda la historia, con 218 juegos totales. Si solo se tienen en cuenta los atletas activos, los únicos que lo superan son el francés Tony Parker con 226 juegos y LeBron James con 239. Su última participación en la postemporada le permitió superar a Shaquille O'Neal (216) y quedar a dos partidos de Kobe Bryant (220).
La data seguirá indicando que 'Manu' Ginóbili fue uno de los mejores jugadores y competidores que llegaron a la NBA. El argentino revolucionó San Antonio y también la liga con su decisión para hacer las cosas y su pasión por el juego. Con la 20 en todo lo alto del AT&T Center, el buen basket estará siempre asegurado en texas.