Durante la última fecha de la eliminatoria para Qatar 2022, el periodista argentino Juan Pablo Varksy difundió las conclusiones de un paper del profesor de la Universidad de Alicante, Carlos Cueva, sobre la influencia del público en los equipos de fútbol y el arbitraje.
En “Espíritus animales en este hermoso juego. Poniendo a prueba la presión social en el fútbol profesional durante el COVID-19”, Cueva señala que la ausencia de aficionados en los estadios disminuye la ventaja de los equipos que juegan en casa. “El efecto es más dramático en el caso de los árbitros, donde la ventaja del local desaparece por completo”.
Sí, el famoso jugador número 12 no es un mito. El aliento del público puede influir en favor del cuadro de casa y en las decisiones del árbitro. Ya Jaime Cordero y Hugo Ñopo habían dado cuenta de investigaciones en el mismo sentido en “La fórmula del gol”, un interesantísimo libro publicado hace dos años. El trabajo de Cueva, sin embargo, tiene una enorme diferencia: se realizó durante un período de confinamiento sin precedentes.
La Federación Peruana de Fútbol pretende que el partido ante Argentina, programado para este 17 de noviembre en el Estadio Nacional, se juegue con un aforo de 5.000 espectadores. Ya hubo una reunión con representantes del Gobierno y en la Videna se encuentran a la espera de una respuesta oficial.
El interés de esta iniciativa, sin embargo, no sería impulsar el reencuentro del sufrido hincha con su selección a fin de que esta sienta el aliento desde las gradas. Según ha trascendido, la exigencia vendría de la tesorería de la federación, que anda escasa de fondos por los efectos de la pandemia.
El regreso del público a los estadios es una realidad en algunos países, aunque los rebrotes han frustrado varios planes en marcha. Pese a que por estos lares el virus pareciera estar en retroceso, las cifras siguen siendo altas (al menos 50 personas mueren al día) y la probabilidad de una segunda ola de contagios no está descartada.
El comportamiento que suelen tener los aficionados obliga a estudiar esta propuesta con cuidado. En la tribuna, los hinchas gritan y se abrazan. Aguardar que usen mascarillas durante todo el partido y mantengan el distanciamiento social –en un partido de eliminatorias ante la Argentina de Messi- suena poco menos que imposible.
El fútbol necesita dinero para sobrevivir, pero la salud está primero. Permitir que asista público al Nacional sería un riesgo inclasificable.