Robert Lewandowski, con un pase de gol y una diana, y el meta Wojciech Szczesny, al detener un penalti a Salem Al-Dawsari al borde del descanso, otorgaron una victoria imprescindible a Polonia (2-0), que baja de la nube en la que estaba la selección de Arabia Saudí desde que venció a Argentina.
Pudo por fin romper el maleficio mundialista el delantero del Barcelona. Era algo impropio de un goleador de su reputación. Aún no sabía lo que era marcar en una cita universal. Por fin el hechizo se desvaneció. Suyo fue el recorte al meta Mohammed Al-Owais y el pase a Piotr Zielinski para que el jugador del Nápoles desatascara el partido, y la diana que sentenció el triunfo tras aprovechar una indecisión de Al-Malki.
El resto lo hizo Szczesny. Estuvo providencial, primero al despejar un potente disparo de Mohammed Kanno a los trece minutos y al borde del descanso al detener un penalti a Al-Dawsari decretado tras acudir al vídeo el colegiado Wilton Sampaio por falta de Bielik sobre Al-Shehri. Incluso despejó el inmediato disparo deAl-Burayk.
Fue demasiado castigo para un conjunto asiático que fue mejor que el polaco durante prácticamente todo el encuentro. Los pupilos del ‘mago blanco’ Herve Renard, con intensidad, presión y una tremenda confianza en sí mismos, ahogaron al conjunto centroeuropeo y merecieron un mejor resultado.
Ni Bielik ni el exsevillista Grzegorz Krychowiak lograron manejar el partido en el centro del campo. El equipo de Czeslaw Michniewicz necesitado del triunfo tras su empate frente a México y a la vista del último encuentro contra Argentina, se mostró impotente, cometió numerosos errores en el pase y apenas pudo conectar con Lewandowski, apresado por los centrales Al-Amri y Al-Bulayhi.
Arabia Saudí tenía la posibilidad de certificar su clasificación para octavos por la vía rápida. La buscó con más que decoro, pero los errores en el gol de Zielinski y en el lanzamiento de penalti le condenaron en esta ocasión.