“Contento por mi amigo, el ‘Flaco’”. Al otro lado de la línea está Estaban González, goleador de aquel Vélez campeón del Clausura 93 cortando una sequía de 25 años. El ‘Gallego’ no duda en hablar de Ricardo Gareca y la gran amistad que nació en el barrio de Liniers, allá por 1992 cuando coincidieron en el ‘Fortín’ y se mantiene intacta hasta estos días. Esteban, que hoy trabaja como comentarista en Radio La Red de Buenos Aires, es quizá una de las personas que más conoce al técnico de la selección peruana que hoy cumple 7 años desde su bendita presentación como entrenador nuestro.
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—¿Cómo nace tu amistad con Ricardo Gareca?
Jugamos juntos en Vélez en 1992 con Óscar Ruggeri también. Las tres familias somos muy amigas. En ese 92 perdimos el campeonato por un punto, ellos se fueron y yo me quedé. En el 93 salí campeón con Vélez cortando una mala racha del club de 25 años. Pero con Ricardo teníamos una amistad de toda la vida. Él fue uno de mis referentes. Yo tenía dos delanteros que observaba mucho: Leopoldo Jacinto Luque y el ‘Flaco’ Gareca. Jugaban los dos en mi puesto y sacaba cosas de ellos. Con el tiempo nos hicimos muy amigos con Ricardo y luego tuve la suerte de trabajar en Perú con la selección antes del Mundial de Rusia yendo a ver a la selección de Francia, uno de los rivales, contra Colombia y Rusia, y ayudándolo cuando me necesitó.
—¿En su etapa de futbolista ya daba destellos de ser el técnico que es?
Él siempre fue un jugador muy importante. Hombre de área, referente y jugador de selección. Un tipo con mucha capacidad para manejar los grupos. Siempre tenía la palabra justa en cada situación. Todo eso lo trasladó de futbolista a técnico. Entiende al jugador porque también lo fue y sabe bien qué decirle, qué implementar. Siempre digo que enseñarle a un jugador es difícil, pero sí se puede corregir algunas cosas. Él tiene eso: corrige. El ‘Flaco’ hace siete años que está en Perú, los metió entre los mejores de América. También los resultados se fueron dando, pero no por suerte sino por lo que él brindó, por lo que hizo en la selección y por los jugadores que supieron entenderlo. Creo que el jugador peruano aprendió a entender a Gareca y él a ellos.
—¿Cómo es el profesor como persona, fuera de las canchas?
Es un gran amigo. Una gran persona que está atenta a que lo llamen porque si necesitas algo, al minuto te lo soluciona o trata de ayudar. Un tipo que es un gran compañero y mejor padre. Bueno, ¡qué puedo decir yo! Es una persona que quiero mucho, que me ayuda siempre, lo respeto y me alegro de todo lo bueno que le está pasando.
—¿Y como técnico?
Es un técnico con una capacidad muy importante, aparte, como te dije, es una gran persona y eso se refleja. Cuando el futbolista tiene un técnico que es una buena persona, le habla de frente, le corrige cosas y le saca lo mejor de sí, ¿qué puedes decir? Tienes que escuchar y hacer caso. Puede cometer errores, pero casi siempre corrigió rápido y sacó el equipo adelante.
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—¿Es muy paternalista con sus jugadores, no?
Es un tipo que te observa, te ve y, como fue jugador, se da cuenta de muchas cosas. Sabe cuando el jugador está bien, cuando lo mira a la cara o baja la cabeza, cuando está fuerte y quiere entrenar. Todo eso él lo ve. Además, tiene un cuerpo técnico muy bueno también. El profesor Néstor Bonillo (preparador físico) es un fenómeno, tiene una capacidad para saber el momento en el que se le puede exigir al fútbol o darle una pausa. Otra cosa que resalto es esa confianza con el jugador, saben encontrarle los momentos. A veces el jugador no tiene onda con el técnico y no encuentran la forma de llegar, quieren contar algo y no lo hacen, no dicen cómo se sienten. Por eso él es bien paternal. Es un tipo que ha tenido muchas batallas y un entrenador bien preparado. Ve tres o cuatro veces los partidos, conversa con sus dirigidos, los hace mirar sus partidos y les pregunta cómo se vieron. Todas esas cosas son de un adelantado.
—¿Cuál es el secreto de Ricardo Gareca para ser un técnico tan exitoso?
Le va muy bien porque se prepara para eso. Tiene la capacidad para dirigir en cualquier parte del mundo y tiene al lado un gran grupo de trabajo que lo acompaña. Recuerdo que un tiempo se dijo que se iba de Perú y nunca fue así. Perú siempre tuvo la prioridad y él respetó eso. Todo lo que hace, todo lo que dice, lo cumple. Eso también lo hace tan grande.
—¿Cómo se dio tu llegada a la selección peruana para trabajar viendo y analizando rivales en el Mundial Rusia 2018?
En San Lorenzo había hecho algo similar cuando estuve trabajando como veedor del club con Óscar Ruggeri y nos íbamos a todas las canchas de acá, Argentina, a ver partidos. Entonces el ‘Flaco’ quiso probarme, a ver si estaba preparado. Fue un desafío importante. Cuando fui a ver a Francia contra Colombia y Rusia, le dije que los franceses eran uno de los candidatos y que Kylian Mbappé iba a ser uno de los mejores jugadores del Mundial. Bueno, Francia salió campeón del mundo y Mbappé fue una de las figuras, así que tan mal no me fue, eh. Pero más allá de eso, él me quiso dar una mano como amigo y yo lo hice seriamente. Viajé solo, no conocía ningún idioma y estuve en varios países sin saber hablar. Fue difícil la verdad. Realmente lo hice porque es mi amigo, no sé si lo volvería a hacer.
—Viajar sin conocer otro idioma que no sea el castellano… ¿cómo hacías para comunicarte?
Mi mujer tiene una empleada que es de Rusia. Cuando iba a los restaurantes, allá en el Mundial, la llamaba por teléfono y ella pedía la comida, ja ja ja. Me la tuve que rebuscar. Espero de todo corazón no haberle fallado y haber hecho un trabajo bueno.
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—Esa confianza en su círculo, su entorno, también refleja cómo es Ricardo Gareca, ¿no? Lo ha hecho a la hora de convocar jugadores también…
Así es. Te voy a decir algo que para mí es fundamental y habla de lo que significa Ricardo Gareca. Cuando un equipo hace un gol y se van a abrazar con su entrenador, te das cuenta de lo que es el entrenador con los jugadores. No le des más vueltas. Yo como jugador lo viví y lo hice. Ese es el mejor reflejo de la confianza, del respeto y demuestra lo que van a hacer por el técnico, por su país. Yo he visto como él se metía en la práctica y abrazaba a los jugadores. Son cosas importantes que a veces no se ven desde afuera. Por ejemplo, nunca he visto a un jugador ponerle mala cara a Ricardo cuando fue cambiado, siempre fueron respetuosos con el que ingresa.
—Volviendo a tu experiencia en Rusia 2018, ¿cómo estuvo Gareca después de la dura derrota ante Dinamarca en la primera fecha?
A veces el dolor se le notaba. Uno lo mira a la cara y se da cuenta que estaba triste. Pero cuando terminaba el partido, sacaba las conclusiones, hablaba con su cuerpo técnico, se lo reflejaba a sus jugadores y a seguir de nuevo porque al otro día había que jugar. No había tiempo de caerse. Para él, la derrota no es una caída, es un ejemplo para mejorar y saber por qué se perdió. Por eso es que en estás Eliminatorias supo salir adelante y meter a Perú de nuevo en la pelea después de haber tenido algunos partidos en los que el equipo no jugó bien.
—¿Qué tan cerca estuvo de dejar la selección peruana para dirigir a Argentina después de Rusia 2018?
No sé si hablaron o no. Sería un mentiroso si te digo que no tiene ganas de dirigir a la selección argentina, pero la prioridad la tenía Perú. Eso es lo que dijo. A él le gusta Perú, lo tratan de la manera en que lo tratan. Yo estuve allá con él y viví cómo lo quieren. Paraban los autos de policía para saludarlo. Entramos a un restaurante donde habían cien personas y todos aplaudían, se sacaban fotos y él atendía a todo el mundo. No es fácil lograr todo eso siendo extranjero. Él está feliz en Perú y la gente le demuestra que lo quiere día a día.
—¿El profesor era tan cabulero como futbolista?
Como jugador no fue un tipo cabulero. Él fue muy profesional, muy respetuoso. Te voy a contar una historia. En el 92, el técnico de Vélez era Eduardo Luján Manera y el ‘Flaco’ era el capitán. En un partido contra Unión, el técnico lo mandó al banco y a mí me dieron la cinta. En el segundo tiempo entró Gareca y ganamos 1-0 con su gol. Al siguiente encuentro nos tocó de local y Manera lo puso de titular de nuevo, pero cuando le llevaron la cinta, me la dio y me dijo: lo estás haciendo muy bien, el capitán ahora eres tú. Eso lo hacen los grandes tipos, grandes líderes como él.
—¿Recuerdas alguna anécdota que grafique la personalidad de Ricardo Gareca?
Él era muy de mirar todo y hablar en el momento justo. Una persona muy preparada para ser entrenador, con una capacidad muy grande. Lo bueno de esto es que encima escucha, ve y saca cosas de otros equipos que capaz que le gusta y trata de incorporar en lo suyo.
—¿Cómo ven a la selección peruana de Ricardo Gareca?
Argentina y Brasil están afuera, escalones arriba. Pero después, de todas las selecciones que vienen atrás, Perú no es menos que ninguna. Al contrario, está para clasificar a Qatar, para pelear. A los jugadores se les nota con ganas de ir al Mundial, de ganar los partidos y eso no me deja dudas de que harán todo por lograrlo.
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