Miguel Villegas

En los 90 e incluso hasta los primeros 2000, había que discar la línea internacional, colocar el prefijo 0021 y ver si, en horario de oficina, un periodista podía comunicarse con las oficinas de Conmebol en Asunción. Así se buscaban confirmaciones, se cruzaban datos y se esperaba respuesta: con la lentitud previa a las redes sociales, socios vitales hoy de los cierres de edición.