Apareció en un instante de necesidad, cuando la selección peruana urgía de un delantero en el equipo ante el ocaso de la figura de Paolo Guerrero, golpeado constantemente por una lesión a la rodilla que se le inflamaba cada vez que jugaba un partido. Nació en Italia, aunque por sus venas siempre recorrió sangre peruana gracias a doña Blanca. Apenas hablaba el español y lo poco decía enamoraba al hincha. Gianluca Lapadula fue aquel rostro de la ilusión camino a Qatar 2022 y ocupó ese lugar que el ‘Depredador’ dejaba ausente. Convenció con su entrega, desde su sacrificio y a punta de goles combinado con ese ‘chocolate’ que identificó a la Bicolor. Parecía un guerrero incansable. Pero hoy ese recuerdo parece lejano: el ‘Bambino’ afronta un momento futbolístico difícil que lo mantiene alejado de su mejor nivel y ha opacado ese monumento de héroe construido con sus pies.
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