Tappoyo es una fintech de impacto social que tiene como principal propósito convertir mujeres invisibles en emprendedoras invencibles, cuenta Rennzo Contreras, cofounder y director Comercial de la compañía. Es justamente con el proyecto de ese nombre que ganaron el premio Creatividad Empresarial otorgado por la UPC en la categoría Espíritu Emprendedor y en la categoría Pequeña Empresa.
Contreras cuenta que, junto a su hermana Fiorella, cofundadora y CEO de Tappoyo, crearon este proyecto hace seis años tomando como referente a su madre, una mujer emprendedora que tuvo que sacar adelante a sus cuatro hijos, pero que no tuvo oportunidades para acceder a financiamiento por la informalidad de su negocio.
“Eso nos llevó a este propósito de ser motores de cambio en esta industria financiera”, dice Contreras. Esta red alcanza a seis regiones del país, siendo las principales Lima y Callao. Les siguen Ucayali, Huánuco, San Martín, Pasco, Junín y Cajamarca.
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Tappoyo busca llevar financiamiento a mujeres vulnerables de los sectores C, D y E, con préstamos grupales a través de su plataforma, que permite que personas sin acceso a crédito, puedan acceder a una evaluación en menos de cinco minutos.
Este sistema de crédito colectivo reúne entre ocho y 15 integrantes, personas que se conocen y viven en una misma zona geográfica y tienen algún vínculo comercial. Este grupo se registra en la plataforma y completa la información para ser evaluado.
Este paso, que en otras entidades tradicionales puede tomar entre siete y 14 días hábiles, se reduce considerablemente en Tappoyo. Entre el desembolso, el registro y la evaluación, hay solo cinco días. Y, de hecho, están buscando reducirlo a dos.
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“Somos una empresa de tecnología y logramos que muchas personas que hoy no tienen un historial crediticio accedan a financiamiento de forma grupal. Inclusive, somos esa segunda oportunidad para aquellas mujeres que en algún momento han tenido un problema de impago con otra entidad, siempre que el grupo indique y esté de acuerdo en poder ayudarlas”, dice Contreras.
Hoy han beneficiado a más de 4 mil mujeres a lo largo de dos años y, el 92% de estas, ha tenido una mejora en su condición de vida, luego de haber obtenido el préstamo grupal, comenta.
Competencia
El principal competidor de la compañía son los prestamistas informales, comenta Contreras. Este tipo de préstamos, que alcanzan a un 80% de la población peruana, registran tasas de entre 1.000% y 1.400%, lo que genera deudas insostenibles y sistemas de cobranza abusivos.
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Para poder llegar a más personas, Tappoyo se enfoca en desarrollar mejor tecnología y utiliza una red de mercadeo directo, la primera que existe en el Perú de productos financieros digitales.
“Por ejemplo, en esta red, las mujeres que hoy colaboran con nosotros, se han visto beneficiadas en un tema de empoderamiento a través del conocimiento financiero y han incrementado sus ingresos en un 30%. No queremos que trabajen para nosotros a tiempo completo, sino más bien que esto sume como un ingreso adicional que les permita cubrir alguna necesidad y en los espacios que puedan”, explica.
Sobre la tasa de morosidad, que bordea el 9,5% a la fecha, Contreras resalta que se trata de una cifra parcialmente eficiente, pues la competencia puede llegar a tener ratios de 15%.
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Reconocimiento y expansión
Ganar el premio Creatividad Empresarial en las dos categorías ha significado reconocer que son una empresa que no solo busca un impacto, sino que también puede ser rentable y que, además, crea innovación en una industria tan compleja como la financiera, detalla Contreras.
“Eso revaloriza que, con un equipo de 15 personas, podemos lograr grandes cambios. Hoy los empresarios tenemos que enfocarnos no solamente en la rentabilidad, sino en buscar impacto. Qué tanto nuestro producto puede cambiar la forma de vivir de las demás personas para bien”, dice.
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Este 2024, Tappoyo buscará consolidarse en nuestro país y estima impactar a 4.500 mujeres. Actualmente, se encuentran re-diseñando del negocio para sentar una base financiera sólida con un soporte de tecnología robusto. Todo ello, en aras de captar talento importante. Para el 2025, buscan participar en rondas de inversión con fondos que permitan escalar el negocio.
“Solo en las regiones que atendemos hay 3,5 millones de mujeres que tienen el perfil para nuestro producto. Lo que hacemos es todavía un número pequeño y hay un mercado gigante por atender”, agrega.
Finalmente, un próximo objetivo es la internacionalización, y ven al mercado colombiano como el primero en poder recibirlos, dadas las realidades y culturas similares con el Perú. En Colombia no existe un sistema colectivo financiero, anota Contreras, y cuentan con la regulación que les permitirá actuar sin problemas.
