Sonia Alva acaba de dejar el cargo de administradora de Universitario de Deportes, luego de haberlo gestionado desde agosto del 2020. Renunció debido a que “no se daban las condiciones” para continuar su labor en el club que, en la actualidad, tiene como presidente de la junta de acreedores a la constructora Gremco Corp.
En entrevista con Día 1, Alva hace un recuento de cómo entrega el club a Luis Sierralta, el nuevo administrador, y ahonda en otros campos, como los procesos judiciales en trámite de la “U”, la aplicación (y vacíos) de la ley concursal y otros.
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FINANZAS
— ¿Cuál es el balance de su gestión?
Tengo que empezar por mencionar que asumí este reto en un momento complicado para el club. Lo encontré sin liquidez, deudas de tres meses de remuneraciones, cuentas por cobrar no gestionadas, una contabilidad no actualizada y se había realizado una mala agrupación de las cuentas contables. Si analizas esa situación, el club estaba en UCI. Ante ello, tuve que renovar la confianza de los involucrados, demostrándoles que se tendría una administración responsable. Así logré fidelizar a los auspiciadores con los que ya teníamos un vínculo contractual, se sumaron cinco licenciatarios adicionales y se renovó el vínculo con Marathon, Caja Huancayo, SolBet e Inmunimed. En estas dos últimas se prorrogan los contratos. También conversé con el equipo y les extendí mi apoyo.
— ¿Cuál era la situación financiera?
Yo percibo que en el primer trimestre del 2020 hubo ingresos importantes por las taquillas de los partidos y premios por competencia internacionales. Pero, como decía, la caja del club estaba en cero cuando llego, pues los ingresos no necesariamente se dan en el 2020, sino que algunos fueron diferidos al 2021 por la segunda ola de la pandemia. Al hacer el balance anual, por esos ingresos la reducción fue solo de 10%.
— ¿Qué medida de urgencia aplicó para asegurar los pagos? ¿Facturas adelantadas?
El descuento de facturas siempre ha sido un mecanismo de financiación, aunque de costo elevado. Dado que se cuenta con un adelanto aproximado de doce meses de cada factura, se tiene que recurrir a ello [como ingreso]. Cuando llego, por la pandemia y la poca seguridad financiera frente al mercado, las tasas de descuento eran demasiado elevadas.
— ¿En cuánto?
Entre 23% y 24%. Era muy difícil bajar esas tasas de interés. Pero mi gestión no se basó en eso, porque hubiera sido más de lo mismo. Busqué puertas que estaban cerradas. Conversé con todos los auspiciadores para que ratificaran su confianza. Así, por ejemplo, con Caja Huancayo, con quien no se había suscrito el contrato, pero si había acercamiento, se llegó a completar el acuerdo.
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— ¿Provinieron, entonces, principalmente de nuevas alianzas comerciales estratégicas ?
Correcto. Se tuvo que ser bien creativo. Se desarrollaron nuevas ideas de negocios, apuntando más al ámbito digital. Se apostó por nuevos proyectos, ya no los podré implementar yo, dirigidos a licenciar nuevas marcas en EA Sports.
— ¿Al cierre de su gestión varió la cifra de facturas adelantadas?
Se ha mantenido ese plazo de un año.
— Sobre la deuda corriente, se supo que esta bordeaba los S/40 millones. ¿Cuál es la situación?
La tarea más difícil fue sincerar la contabilidad: estaban incompletas y habían errores en la reasignación de cuentas. Entonces, se tiene la sensación que hay un mayor gasto, pero es un sinceramiento. Hay una distorsión. Por ejemplo, en abril del 2020, la anterior gestión negoció con los jugadores una reducción del 50% de su sueldo. Pero serían acreedores al otro 50% dejado de percibir si clasificaban a una competición internacional. Ese otro 50% tuvo que cargarse a diciembre. El balance anual muestra una utilidad operativa negativa de S/4,5 millones.
Sin embargo, es importante mencionar que también nos abocamos a una reducción agresiva de costos. En el 2020, se logró un 50% de reducción de costos de servicios, un 30% en costos operativos y un 40% en costos de mantenimiento de sedes. Yo encuentro una plantilla deportiva por un determinado monto y yo tenía que respetarlo. En detalle, sobre la deuda corriente digamos que habremos cerrado en un promedio de S/40 millones.
— ¿El presupuesto de la plantilla del 2021 respecto al 2020 se termina reduciendo?
Sí. Establecimos un presupuesto que permita cumplir con los recursos que se tiene. No podemos pensar en el premio y gastar más de lo que se puede ofrecer. No puedo decirte la cifra por un tema de confidencialidad, pero digamos que un 20%, aproximadamente.
— ¿Qué sucedió con el anuncio de una sanción reciente por incumplimiento de pagos?
Marathon y Caja Huancayo, nuestros principales socios estratégicos, atravesaron momentos muy difíciles durante el primer trimestre del 2021. Y, en este diálogo, confianza mutua y reciprocidad por no ahorcar a un socio que se portó muy bien y renovó su confianza, nosotros tuvimos a bien esperar [los pagos] e, incluso, modificar el cronograma de pagos para el 2021 para ambas marcas. Por ello, en febrero, nos vimos en un escenario de iliquidez, pues en enero no habíamos percibido estos ingresos. En detalle, el 28 de febrero se logra pagar casi el 50% de todas las obligaciones y en los primeros 15 días de marzo recién pudimos ponernos al día. Hubo un atraso de cuatro días en una obligación, en otra igual. Pero, definitivamente, al mes siguiente todas las obligaciones estaban cubiertas.
— En la actualidad, ¿los sueldos están...?
Están al día.
— Sobre los US$3 millones por clasificar a la Copa Libertadores. ¿a qué se destinará?
Desde inicios del año hasta la fecha se recibieron dos resoluciones de cobranza coactiva de la Sunat, que fueron notificadas a la Federación Peruana de Fútbol (FPF). Existiendo este mandato, entiendo que la FPF va a detraer de ese ingreso los importes correspondientes a las cobranzas. Con ello, se estaría disminuyendo la deuda corriente.
— ¿A cuánto equivalen estas cobranzas?
Un poco más de S/3 millones. Ese ingreso de la Copa se canaliza por la FPF. Ahora, hasta que cesé del cargo, el club no había percibido ese ingreso, pero entiendo que la FPF ya lo recibió y, probablemente, ya debe haber cancelado esas cobranzas coactivas. Eso intuyo porque ellos publican un mandato de cancelar la cobranza coactiva.
— ¿Y el monto restante?
Es para pagar los premios a los jugadores, comando técnico y cumplir con los reembolsos sobre el pago de las remuneraciones que correspondían al 50% en los meses de abril y mayo del 2020. [Por esto último] se alcanzan lo más de S/7 millones que vienen a ser la diferencia considerando las cobranzas coactivas.
PLAN DE REESTRUTURACIÓN
— La “U” plantea saldar su deuda concursal vía la gestión de sus activos inmobiliarios. ¿En qué situación están?
A la fecha, nos encontramos en un segundo período del plan de reestructuración aprobado en febrero del 2017, al cual se pasó debido a que se incurrió en una causal [incumplimiento de una tarea en un plazo establecido]. Cuando ingreso a la “U” me aboco a presentar una propuesta de viabilidad del club, manteniendo la gestión de activos y creando valor en el corto y mediano plazo. Lo que más o menos se planteó fue agrupar estos activos en diferentes fideicomisos, de tal modo que se pueda aislar el ‘core’ deportivo de la gestión inmobiliaria propiamente dicha. Una separación de los dos negocios.
— En este ámbito, la principal desconfianza es que es más fácil la liquidación. ¿Qué comentario hacer al respecto?
Siempre va a haber la opción de que un acreedor pida la venta de los bienes. Pero creo que la figura del fideicomiso no está enfocada en ello, sino en dotar de seguridad a los inversionistas. Porque ninguno va a querer apostar por un activo que está dentro de una estructura que no solo tiene deuda concursal, sino también una corriente. Entonces, el mecanismo jurídico más eficiente para captar inversiones son los fideicomisos.
— ¿Es decir, acelerar la etapa financiera en la gestión de activos?
Correcto. Potenciar el panorama para que inversionistas puedan hacerse del activo y pagar una renta, mediante una concesión, alquiler o demás. El objetivo del fideicomiso era separar el riesgo de la actividad principal del club.
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— En una de las juntas de acreedores se presentó un nuevo proyecto: la marina deportiva ¿Cómo surge y por qué sumar uno cuando se sabe que hay otros tres donde, por decir lo menos, no avanzan al ritmo esperado?
Ese proyecto encontró cabida en la gestión anterior [de Carlos Moreno]. Yo lo encontré en una etapa bastante avanzada, había un estudio de factibilidad. Entonces, se presentó a la junta, pues mi responsabilidad es informar a todos los acreedores. No es algo que yo lo haya generado.
— ¿En cuánto oscila el gasto invertido en los trabajos de este nuevo proyecto?
Se hicieron estudios preliminares y me parece que se tenía un año para concluir los estudios. Pero justo allí culminó mi gestión.
— En este contexto de pandemia, ¿considera que se ha afectado la valorización de los activos? Estimaron ustedes que al concretar la gestión de activos y venderlos se recaudarían US$200 millones.
La pandemia ha causado un retraso en los trámites. Además, sí debemos reconocer que el tema inmobiliario en estos momentos está en ‘stand by’, incluso, las inversiones, por el momento político. Mi administración no proponía solo la gestión de activos vía la constitución de los fideicomisos, sino también planteaba la conversión a una sociedad anónima vía una oferta pública de acciones. Quiero agregar que también dejé todo encaminado para valorizar la marca “U”. Es importante saber cuánto vale la marca en el mercado.
— ¿Hay un aproximado?
Todavía no se culminaron esas acciones. Se celebró un contrato con una valorizadora.
MANEJO DE LOS ACREEDORES Y FUERO JUDICIAL
— Durante su gestión se presentaron dos propuestas de ampliación de plazos del plan de reestructuración. En la primera junta la traba fue que no había sido consensuada. En la segunda, los comentarios de la Sunat iban en línea de que no los llamaron para recoger sus aportes. ¿Por qué no se previó un segundo rechazo por la misma razón?
Lo hechos fácticos fueron que el 11 de agosto, un día después de mi nombramiento, yo heredé una propuesta de modificación del plan, que había sido elaborada por la anterior gestión. Solo porque yo tenía la representación del club, es que lo expongo. El detalle de si se negoció o no lo desconozco porque fue algo que no ocurrió en mi gestión.
— ¿Y la segunda junta que se trabó en noviembre?
Ahora bien, se dio una prórroga para que yo presente una nueva propuesta y te puedo afirmar que se recogieron todas las comunicaciones e ideas de los acreedores que tuvieron a bien trasladarlas. Se presentó una propuesta que, desde mi punto de vista, era seria, responsable y podía lograr la viabilidad del club. ¿Por qué no se aprobó? Creo yo que, en la junta, donde debieron discutirse los pros, los contras o traer a la mesa propuestas distintas de viabilidad, se perdió esa oportunidad.
— Para precisar, ¿en esta posición de estar dispuesta a recibir comentarios es que insta a presentar algo y ellos no lo hicieron?
El 11 de agosto, yo recibo en mi WhatsApp la propuesta de los acreedores laborales. Tuve varias reuniones con los acreedores tributarios y siempre estuve llana a recibir cualquier propuesta. Lo que veo acá es que hay que respetar los fueros y competencias. Si alguien tiene una opción o alternativa de viabilidad debía canalizarla, como corresponde, a través mío o de la junta de acreedores, pero no por una red social o entrevista.
— ¿Cuál fue la relación que mantuvo con Gremco, que preside la junta de acreedores?
En el proceso concreto, al comité de acreedores se le delegó un sinnúmero de funciones que yo tenía que respetar. Ahora bien, yo te reitero que soy respetuosa de los fueros y de las tareas de cada uno. Es decir, gestiono lo que me compete y no me meto en áreas que no me corresponden. Es así como espero lo mismo del resto.
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— En línea a lo que menciona, y sumado a su comunicado anunciando su renuncia, ¿podemos entender que en algún momento se dio o hubo intentos de injerencia deportiva/administrativa?
Creo que no debe interpretarse de esa manera. Simplemente, en general, yo he trabajado por la viabilidad del club. He hecho una gestión seria, transparente, eficiente y quisiera haber seguido en esa línea, pero hubo condiciones que no se daban. Es por ello que fue difícil para mí tomar la decisión de renunciar.
— ¿Condiciones relacionadas a la independencia de facultades?
No. Condiciones referidas a todo el manejo corporativo de la institución.
— ¿Cómo describiría la situación que se tiene en Universitario?
Creo que para que puedan darse los cambios necesarios, para corporativizar a Universitario, primero debemos respetar los fueros y discutir las opciones con altura y en los canales correspondientes. Cuando presenté la propuesta del plan de reestructuración a la junta, no encontré una contrapropuesta al mismo nivel, es decir, dirigida a lograr la viabilidad. Lo único que encontré fue rechazo y ningún análisis fundamentado sobre por qué esa propuesta no era conveniente para el club. Como te digo, me enfoqué en llegar y dar un cambio, un giro, ser clara y directa, poder demostrar que puede haber un cambio, pero ese cambio tiene que venir, no sé, desde la persona que riega el campo hasta del acreedor mayoritario. Creo que en Universitario hay mucho interés por mantener un status quo y no afrontar un cambio.
— ¿O no avanzar, podría decirse?
No avanzar, podría decirse. Yo entiendo que los acreedores tienen el legítimo interés en cobrar. Lo respeto y es la finalidad, pero tienen que llegar a acuerdos, consensos y hacer concesiones recíprocas. Si no están dispuestos a ello, creo que es ir contra la marea. Yo siento que fui contra la marea y que, al final, no se dieron las condiciones para continuar en el cargo.
— Pasemos al ámbito judicial. Su primera entrevista la ofreció justamente por una información que surgió respecto a un proceso del club en un juzgado comercial. ¿Podría explicar de manera detallada en qué consiste y su estatus?
Lo que te puedo decir sobre este tema es que, definitivamente, mi posición es respetar los fueros. Si alguna causa ha sido trasladada al Poder Judicial o al Indecopi, yo he prestado, me he comprometido y he realizado todas las actuaciones judiciales que se requerían para que sea el juzgador quien llegue a una opinión o una emisión de una sentencia. Ese compromiso lo he mantenido a lo largo de mi gestión. Si di alguna declaración fue porque siempre se señalaba que Sonia Alva no iba a continuar con esos procesos y, en realidad, era una percepción que no tenía sustento real o práctico. En todos los procesos que tiene Universitario nos hemos apersonado y hemos estado a disposición del juzgado para todas las actuaciones solicitadas. Eso es básicamente lo que puedo informar. En realidad, creo que dar un detalle ahora que estoy afuera de la gestión…
— ¿Pero sí podría precisarnos, para que el hincha sepa, cuántos procesos judiciales tiene Universitario en este momento?
Universitario tiene un sinnúmero de procesos, pero tenemos que diferenciar a qué proceso nos enfrentamos. Tenemos un sinnúmero de corte laboral porque se han generado muchas contingencias por despidos arbitrarios.
— Puntualmente sobre los procesos relacionados a la deuda concursal, a la validación de las acreencias. ¿Cuántos hay?
Hay dos procesos judiciales en curso con relación a la discusión de las acreencias.
— ¿Me podría precisar sus estados?
Bueno, uno está en la etapa de casación ante la Corte Suprema y el otro se encuentra ante el Juzgado Comercial.
MARCO CONCURSAL
— ¿Qué debería pasar en el caso de Universitario para que pueda salir a flote, además del ánimo de querer avanzar?
Ese es el paso más grande. Con querer avanzar, ya tienes el 50% del problema solucionado. Como te digo, se debe olvidar lo pasado y dar un paso adelante. Ese era mi objetivo, tratar de ser una bisagra real entre los acreedores. Pero vi que la junta en general no está orientada a llegar a un acuerdo. Las juntas más parecen discusiones de ideas subjetivas.
— El detalle sobre la actual ley concursal es que vemos, por decir lo menos, varios espacios por mejorar. ¿Qué comentarios tiene?
La ley concursal definitivamente necesita una mejora. De hecho, se viene trabajando a nivel del Indecopi con propuestas de modificación. Ha habido convocatorias a varios expertos concursales para que manifiesten su posición sobre el proyecto que existe. Ahora, obviamente, la ley concursal está pensada en un Indecopi que no interviene, sino que solo es árbitro. Entonces, decirte que vamos a dotar al Indecopi de mayores facultades para intervenir, no me parece que sea la solución. Yo creo que viene también por los operadores. En la entrega de cargos, por ejemplo, se estila mucho que los deudores, en general, se rehúsan a entregar los bienes y el acervo documentario siempre con el pretexto de que el nuevo no tiene la inscripción de los poderes registrados. Ese requisito es establecido por los deudores con el ánimo únicamente de aferrarse en el cargo. Y yo creo que las personas conocedoras del sistema no debemos permitir su mal uso.
— Es vista que la ley concursal no funciona al 100% en el caso de Universitario. ¿Esto es aislado o existen otros casos en el mercado que respalden la tesis de que se debe mejorar la ley?
Sí, definitivamente. Sí se han encontrado casos en distintos procesos donde hay falencias, pero creo que en el caso de la “U”, más allá de las falencias, hay un mal uso del sistema por parte de los diversos operadores [acreedores y administradores].
— ¿Qué opinión tiene sobre el proyecto de ley 6863, que busca “regular el procedimiento concursal” de los clubes?
Considero que una ley debe ser promulgada en base a todos los ciudadanos. Esto como un primer término. Un segundo aspecto es que, si bien estamos detectando que hay falencias en la norma concursal y que el Indecopi está trabajando una propuesta de modificación, por qué salirnos de esa norma y se crea un régimen especial. Por esto tampoco estoy de acuerdo. Lo que dice [la ley] es que el club que aplique a este proyecto ya no va a estar en este sistema, es decir, los efectos del concurso ya no aplicarán. ¿Qué va a pasar? Vas a quedarte en ‘stand by’ hasta que una comisión revisora establezca una nueva propuesta de ley. Entonces, primero que no sabemos cuánto tiempo se va a demorar esa comisión. Segundo, como te digo, si ya tienes al ente trabajando en una modificación, vas a duplicar funciones.
Asimismo, creo que la propuesta tiene falencias a partir de dos temas. Quedas en ‘stand by’, pero si no estás bajo los efectos del concurso, entonces. ¿Un acreedor puede ejecutarte? ¿Se podría pedir un nuevo concurso por obligaciones corrientes? O sea, son pequeños vacíos que no son tratados. Al momento de ponerlo en práctica, si se aprueba la norma tal como está, no va a poder implementarse.
— Sin enfocarse en el caso de Universitario, sino en el de una empresa X con una deuda de casi US$160 millones. ¿Le ve viabilidad?
Yo llevo 20 años viendo procesos concursales. Y bueno, no es un secreto que, en la actualidad, la mayoría de las empresas que se someten al concurso se liquidan y muy pocas se reestructuran.
— ¿Cuál es el porcentaje?
Era 80% y 20%. Pero muy pocas se reestructuran. A lo que quiero llegar es que el cronograma de pagos o la propuesta que aprueban los acreedores no es un cheque en blanco. Es una evaluación constante. Ahora, los planes establecen pagos a 20 años. En mi experiencia, cuando he visto que se ha concluido un plan de reestructuración, no ha sido necesariamente por el vencimiento del cronograma de pagos, habiendo pagado todas las acreencias, sino porque en el camino viene un inversionista. Así ha habido miles de propuestas en las que se ha logrado la reestructuración, pese a tener deudas millonarias.
— ¿Ese es el camino que debería esperarse en Universitario, la llegada de un inversionista?
Definitivamente, para que cualquier empresa pueda ofrecerse a un inversionista tiene que demostrar que el negocio rinde, que es viable y darles seguridad a las personas que querrán apostar por ese negocio.
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— Por esto, ¿entiendo que ratifica su sugerencia de separar el negocio deportivo del inmobiliario?
Sí. Además, no se logra la reestructuración de una empresa si no tienes capitales frescos de trabajo. Necesitas invertir. Ahora, si lo comparamos con otros clubes, Universitario tiene la ventaja de contar con un patrimonio inmobiliario, que otro no tienen. Pero ese patrimonio tal cual está no genera ningún retorno al club, más aún es puro costo: pagar arbitrios, predial, mantenimiento. Entonces, si los acreedores no quieren apostar por una rentabilidad vía concesión o cualquier tipo de esquema, se tiene que hacer algo con eso. No puedes seguir manteniendo una infraestructura ociosa con un costo anual elevado.
— Pero…
Hay muchas maneras de lograr la viabilidad del club, pero para ello no solo necesita asesorarse con expertos, en este caso, con una administración seria, responsable y de trayectoria, sino creer en esa propuesta. Querer realmente, no solo cobrar tus créditos, sino querer sanear el club. Mientras no exista ese ánimo, no se va a poder marcar una diferencia en el manejo del club. Y los hinchas y acreedores deben entender que, mientras no se trabaje de manera corporativa y honesta, ningún inversionista va a querer apostar por el club.
— Finalmente, ¿cuál es su autoanálisis?
Ha sido un reto demasiado grande, pero lo asumí con la mayor responsabilidad. Me quedo con que se trabajó a conciencia para lograr una propuesta viable. Entre los sinsabores, entiendo que cada persona pueda tener opiniones diferentes y puede comentarles, pero creo que al momento de discutir se tiene que hacer de manera alturada y con ideas. También creo que la mujer está dando un paso importante en muchos ámbitos. Un sector se aprovechó de la situación de que sea mujer para desmerecer mi trabajo. Yo feliz de escuchar todas las propuestas, pero lo que sí considero un ataque, por ejemplo, es circular fotos mías personales y tratar de desmerecerme, cuando creo que la mujer está tan o más capacitada para asumir cualquier reto profesional. En el camino les transmití esa confianza a las chicas del fútbol femenino. Yo me comí el pleito de que ellas también pudieran entrenar y asistir a la Copa Libertadores. Creo que es el momento de un cambio. Yo me quedo con lo mejor que es ser resiliente. Eso refleja mi paso por la “U”.
También me apenó bastante que no se pudiera cumplir con la promesa de donación a la ONG Juguete Pendiente. Pese a ser un club insolvente, siempre hay alguien que tiene menos que uno. Juguete Pendiente lleva alimentos a muchas familias y, que el club no haya participado finalmente de esta gran campaña, me apenó bastante. El Comité de Acreedores, finalmente, consideró que el club no debía efectuar esa donación. Sin embargo, Alva Legal decidió honrar esa palabra.
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