José Raúl  Vargas

El turismo es una piedra angular de nuestra economía. La llegada de cada viajero al Perú tiene un impacto en las localidades, promoviendo el empleo y trayendo mejoras en la infraestructura y en la calidad de vida de miles de peruanos, muchos de los que incluso han hecho de él su principal fuente de ingresos.

Durante el primer semestre de 2024, el sector ha mostrado signos de recuperación alentadores. Según cifras oficiales, entre enero y mayo, recibimos más de 1,2 millones de turistas internacionales, 52% más que en el mismo periodo del 2023. Pese a que estos números siguen estando debajo de los indicadores prepandémicos (1,4 millones de turistas en 2019), lo verdaderamente importante es que la industria parece haber retomado su camino hacia la recuperación.

No obstante, mantener y aumentar esta tendencia positiva requiere pensar nuestra oferta turística como un sistema, enfrentando desafíos a nivel de costos, infraestructura y servicios a lo largo de toda la cadena, desde que el viajero evalúa opciones de destinos, hasta que termina su experiencia de viaje y regresa a su país a contarlo.

Uno de los factores más importantes para atraer clientes en cualquier industria es el precio y el turismo no es la excepción. Los costos asociados a los tickets aéreos, como Impuesto General a las Ventas (IGV), el Impuesto al Turismo y la Tarifa Única de Uso de Aeropuerto (TUUA), pueden llegar a representar hasta el 50% del precio del pasaje, afectando nuestra competitividad.

La experiencia de Colombia, cuando redujo el IVA para boletos aéreos de 19% a 5% (hasta fines de 2022), es buen ejemplo para incentivar la llegada de más turistas, siendo que fue uno de los primeros en Latinoamérica en recuperar su capacidad prepandemia.

A ello se suma, la necesidad de buscar mayor estabilidad y seguridad en la infraestructura aeroportuaria, coordinando de manera efectiva y anticipada los trabajos de mantenimiento, para minimizar el impacto negativo en el flujo de turistas y la calidad de la experiencia de sus viajes, ante cierres intempestivos.

Desde abril del 2023, el aeropuerto de Jauja ha interrumpido sus operaciones en ocho oportunidades, debido a daños en la pista de aterrizaje, afectando los planes de viaje de miles de personas.

Mirando hacia el futuro, existe ya una meta trazada desde el Mincetur para posicionar al país como el mejor destino turístico de Latinoamérica para 2030. Las autoridades han proyectado un total 4,4 millones de llegadas en turismo receptivo, cifra cercana a la alcanzada en la prepandemia. Este crecimiento generará más empleo, un mayor aporte al PBI y aumentará las divisas, con una proyección de US$1.314 millones adicionales.

En este contexto, es momento de repensar el turismo y abordar temas estratégicos de nuestra propuesta de valor para el mercado internacional, como la infraestructura, seguridad y competitividad en precio. Y, en ese sentido, será clave que el mundo público y el privado trabajen en conjunto para lograr una industria más eficiente y próspera. En el corto y mediano plazo, nos aguarda un viaje emocionante hacia la plena recuperación y excelencia.