El Índice de Confianza del Consumidor para Lima Metropolitana de Apoyo Consultoría e IPSOS (Indicca) perdió impulso en el segundo mes del año. La recuperación observada desde el último tramo del 2022 encontró un nuevo descenso en febrero y se ubicó en 37 puntos: una pérdida de siete puntos frente a enero y profundizando su perspectiva pesimista.
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Según precisa Apoyo Consultoría, el resultado de febrero demuestra la vulnerabilidad de la recuperación de la confianza frente a la conflictividad política aún cuando la mayoría de indicadores advierten una recuperación de la dinámica económica en febrero. “Ello sería consecuencia de que se han diluido las posibilidades de un adelanto de elecciones en el corto plazo. El Congreso no aprobó ninguna iniciativa de adelanto de elecciones al 2023, pese a la demanda mayoritaria de la ciudadanía por una renovación de autoridades y en un contexto en el que la mayoría percibe que el Perú está retrocediendo”, sostiene Sergio Hinostroza, analista senior del SAE – Servicio de Asesoría Empresarial de Apoyo Consultoría.
Como se recuerda, una encuesta realizada por Ipsos en diciembre del 2022 reveló que el porcentaje de personas que considera que el Perú está retrocediendo se mantuvo en su máximo histórico de 67%. En línea con ello, el porcentaje de familias que cree que su situación económica empeorará en los próximos 12 meses aumentó de 19% en diciembre del 2022 a 36% en febrero de este año.
"Sería consecuencia de que se han diluido las posibilidades de un adelanto de elecciones en el corto plazo"
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Pesimismo se traslada al empleo
El pesimismo de los consumidores limeños también ha incidido en la percepción sobre lo difícil que resulta encontrar empleo. Dicha visión se ha dado pese a una recuperación del empleo en el primer mes del año. El crecimiento del empleo en Lima se aceleró en enero, impulsado por el empleo adecuado.
Es así que la perspectiva sobre la confianza para consumir en la capital no mostrará una recuperación durante el 2023. “En los próximos meses, la inflación se mantendría en niveles altos y lo más probable es que el ritmo de crecimiento del empleo formal se reduzca. Más aún, el resultado del último mes sugiere que la política podría ser un viento en contra adicional para la confianza del consumidor”, agrega Hinostroza.
"La elevada incertidumbre en el entorno social y político mantendrán en cautela a las empresas"
Jose Carlos Saavedra, economista jefe y socio de APOYO Consultoría, explica que el crecimiento del empleo formal se desacelerará ante el bajo crecimiento económico y la persistencia de la inflación. Las mismas que generarán las empresas la necesidad de limitar contrataciones. “Asimismo, la elevada incertidumbre en el entorno social y político mantendrán en cautela a las empresas. Además, el endurecimiento de la regulación laboral ha incrementado los costos de la formalidad, lo que desincentiva la creación de nuevos puestos de trabajo formales”, agregó.
El SAE espera que el consumo privado crezca a una tasa baja este año de 2,5%, menor al crecimiento de 4,4% en el 2022. Saavedra agrega que hasta antes del escalamiento de las protestas sociales, se esperaba que la economía creciera 2,1% en el primer trimestre del 2023. Sin embargo, en un escenario de riesgo, el crecimiento del año sería entre 0,5 y 0,75 puntos porcentuales menos, con los costos concentrados principalmente en la zona sur.
“Este entorno de elevada incertidumbre política y social afecta el crecimiento del empleo formal. Además, las protestas sociales han generado algunos problemas de abastecimiento de productos, lo que incrementa la inflación. Por eso, a pesar de que hemos visto cierta estabilización en la inflación en los últimos dos meses en la mayoría de las ciudades del país, la inflación en la zona sur se ha acelerado. Ambos factores (menor generación de empleo y mayor inflación) podrían deteriorar nuestras perspectivas para el crecimiento del consumo privado”, explicó.