Las manifestaciones políticas tienen a la minería en constante alerta a lo largo del Corredor Minero del Sur y la región Puno, pero la industria confía en que esta adversa coyuntura no se sostendrá por mucho tiempo, pues, si bien las empresas mineras pierden dinero debido a ello, también las regiones productoras de minerales.
Es el caso de Arequipa, ciudad que dinamiza su economía con la realización de cada Perumin, evento minero que abrirá nuevamente sus puertas en setiembre, en un contexto bastante desafiante. Al respecto, conversamos con el geólogo Miguel Cardozo, presidente del Comité Organizador.
LEE TAMBIÉN: Perumin 35: Convención minera generó más de S/ 80 millones para Arequipa
—¿La organización de Perumin 2023 ha tomado previsiones en caso de que las manifestaciones en el sur se prolonguen y dificulten el desarrollo del evento?
La población de Arequipa no va a permitir que eso suceda. Por otro lado, es posible que los problemas se resuelvan por otro camino. Es demasiado tiempo de acá hasta setiembre si hablamos de temas políticos. Estamos en Arequipa desde 1999 y, salvo la pandemia de COVID-19, nada ha impedido que celebremos Perumin.
"Estamos proponiendo que las inversiones mineras traigan progreso y bienestar al país"
—¿Cuál es la relación de Perumin con las nuevas autoridades electas de Arequipa?
Joel Sánchez, gobernador regional de Arequipa, fue rector de la Universidad Nacional de San Agustín las veces que realizamos Perumin en Arequipa. Nos conoce, lo conocemos, hemos trabajados juntos y él nos ha expresado su absoluto apoyo.
—¿Y en lo que respecta a los CEO de las grandes mineras globales, vendrán a Arequipa pese al clima político? ¿Ha tenido algún acercamiento con ellos?
El acercamiento ya está hecho y, curiosamente, me han llamado de Anglo American, de BHP y de varias empresas mineras de esas dimensiones para asegurar que sus CEO mundiales van a estar presentes en Perumin.
—¿Esta vez, a diferencia del último Perumin, habrá una nutrida presencia de ministros de Estado, incluyendo a la presidenta de la República?
Tenemos un plan para eso. Queremos tener a muchos miembros del gobierno y también queremos contar con el mayor número de gobernadores regionales.
—¿Cuál es la orientación de este Perumin, entendiendo que cada uno tiene un lema y un espíritu diferente?
El espíritu es el mismo. El lema es distinto, porque esta vez estamos hablando de desarrollo territorial. Estamos proponiendo que las inversiones mineras traigan progreso y bienestar al país. La diferencia con los años previos es que hemos avanzado bastante con el análisis y las propuestas concretas para discutir. Hoy, claramente decimos lo que tenemos que poner sobre la mesa. Son propuestas concretas.
—¿Qué propuestas concretas?
Estamos enfocados principalmente en lo que es desarrollo territorial. Necesitamos un cambio profundo de actitud. No solamente los mineros, sino todos los peruanos. En el último Rumbo a Perumin se repitió muchísimo una frase que a todos nos gustó bastante: “Si seguimos haciendo lo mismo, nada va a cambiar”. Entonces hemos desarrollado el lema: Inversión que genera bienestar y desarrollo sostenible.
"El mundo va a necesitar poner en producción tres Quellavecos cada año en las próximas dos décadas"
—¿Cómo piensan lograr este cometido?
Primero hay que conocer el territorio: que ventajas y desventajas tiene. Pero hay que pensar también en la necesidad de generar integraciones transversales bajo el concepto de macro región. Eso quiere decir cambiar el esquema de descentralización, que no fue tal porque no cambió nada. Y encima fue hecha sin ningún control porque ¿Cuántos gobernadores regionales están presos? Estamos hablando de muchísimo dinero en corrupción. Eso sin contar las obras mal ejecutadas y que no sirven para nada.
—Y encima tenemos los problemas socio-políticos en el sur del país.
Y, por otro lado, tenemos varias operaciones afectadas por las manifestaciones políticas, que nos están haciendo perder dinero, pero, sobre todo, están haciendo perder dinero a las regiones. Apurímac pierde más de S/5 millones diarios por el conflicto en Las Bambas, y Cusco pierde S/2,5 millones por los problemas en Antapaccay. Y a eso se suma la incapacidad de los gobiernos regionales para encausar los recursos que genera la minería hacia el desarrollo territorial, el cierre de brechas sociales y la mejora de los servicios básicos.
—¿Cómo impactará todo eso en la producción minera del Perú?
Lo más importante ahora para el Perú es el cobre. El mundo va a necesitar poner en producción tres Quellavecos cada año en las próximas dos décadas. Ese es el mensaje. Y eso significa una gran oportunidad para nosotros como segundo productor mundial de cobre y como país que tiene 47 proyectos en desarrollo que implican US$53 mil millones de inversión. Tenemos los proyectos para llevar nuestra producción de cobre por encima de 5 millones de toneladas al año. Ese es el tema.
—¿Qué podríamos hacer con este enorme volumen de producción?
Eso significa mucho para el país en términos de crecimiento del PBI y PBI per cápita. Y también en términos de contribución de todos los impuestos. Hablamos de S/85 mil millones adicionales, aparte de lo que ya tenemos como aporte. Y todo eso con precios altos del cobre, porque la carencia de oferta en el mundo significa que cada año el mercado va a buscar, sin poder encontrar, entre 1 y 1,6 millones de toneladas. La oportunidad está allí y de nosotros depende si la vamos a aprovechar o la vamos a perder.
Las empresas mineras van a invertir en mantener sus operaciones en mejor estado, en avanzar desde el punto de vista tecnológico, de innovación y de sostenibilidad. Eso es lo que va a haber [...]"
—Sin embargo, los analistas señalan que no existen las condiciones para construir nuevos proyectos mineros este año y el siguiente. ¿Eso significa que el Perú no podrá proveer los tres Quellavecos que el mundo necesita?
Absolutamente. La incertidumbre política es espantosa y no sabemos hacia dónde vamos ni cómo vamos. Una de nuestras falencias clarísimas ha sido la falta de autoridad. Pero también la falta de capacidad de dialogo, de visión de largo plazo y de voluntad política para lograr que el país se encamine hacia un desarrollo territorial en base a la minería y a las actividades económicas relacionadas con esta. Y no hay iniciativas del Estado en ese sentido.
—¿Estamos hablando, entonces, de una oportunidad perdida para el Perú?
Yo no veo grandes inversiones. Las empresas mineras van a invertir en mantener sus operaciones en mejor estado, en avanzar desde el punto de vista tecnológico, de innovación y de sostenibilidad. Eso es lo que va a haber, ¿pero, nuevos proyectos? Allí estamos en duda. Hasta ahora todo indica que podemos perder una gran oportunidad. Esperemos que se pueda hacer algo, pero no es tan fácil.
—¿Dada que la conflictividad social se concentra en el sur, habría una posibilidad para que los proyectos mineros se reactiven en el norte?
Estamos organizando un Rumbo a Perumin que se va a encargar de ver cuales son las posibilidades de incentivar la inversión en la macroregión norte. ¿Qué pasa si sacamos adelante los proyectos mineros de Cajamarca, Lambayeque y Piura? Todo eso lo vamos a discutir. El tema, al final, es que estamos preparándonos para Perumin. Estamos corriendo porque queremos organizar un evento memorable donde todos puedan tener una experiencia muy importante.
—¿Qué están preparando, en especial, para Perumin 2023?
Estamos mejorando muchas cosas, en temas de digitalización, de organización interna y de diseño del Cerro Juli [sede de Perumin]. Vamos a adicionar elementos para que el público se sienta más cómodo. Más espacios donde sentarse y con sombra, además de más comedores y restaurantes arequipeños que ya se están inscribiendo con mucho entusiasmo.
—Eso es un reto debido al poco tiempo que tienen para organizar Perumin. Sólo un año, cuando lo usual es que sean dos.
Queremos demostrar que sí se puede hacer. La única manera de saberlo es haciéndolo y en eso estamos.
—¿Por qué están organizando Perumin de forma anual y no bianual?
Hubo un acuerdo entre las diferentes instituciones de la minería para recuperar las posiciones en los años pares e impares que tenían cada uno de sus eventos antes de la pandemia, de manera que no se generen superposiciones. Por eso, al desarrollar Perumin en el 2023 [la edición anterior fue en 2022] ya estamos en el año impar, como siempre. Y de aquí en adelante lo desarrollaremos cada dos años.
—Usted señala que planean mejorar la logística del evento. ¿Piensan hacer lo mismo con el programa?
Estamos haciendo algunas correcciones. Por ejemplo, la Cumbre Minera ahora va a incluir lo relacionado con el uso del agua, las energías renovables y la inclusión de género, entre otros, para que más público los pueda presenciar. Vamos a tener, también, la mayor cantidad de CEO de empresas mineras. Ahora estamos confirmando la asistencia. Y vamos a tocar los temas más importantes para la minería, como el desarrollo territorial, que va a ser el punto central. Lo que queda claro, al final, es que queremos lograr el desarrollo sostenible.