Nunca imaginó que su exposición pudiera cobrar una dramática actualidad. Sus esculturas no solo representan a esa fauna en peligro de extinción, sino aluden también a esos árboles destruidos por la deforestación. Todos estos temas han sido recurrentes en estos días a propósito de los incendios que vienen consumiendo los bosques en la Amazonía, sobre todo en el suroeste brasileño.
En medio de este panorama desolador, Ana María Westphalen dice que sus obras —hechas con restos de maderas que iban a ser convertidas en leña, o con mármol, plata o acrílico—siempre trataron de llamar la atención sobre los efectos de la explotación indiscriminada de los recursos naturales. La exposición ¿Naturaleza en extinción? reúne una serie de esculturas que podrán verse en la galería Yvonne Sanguineti, en Barranco, del 4 al 25 de setiembre.
Resulta increíble la actualidad que cobra una exposición como la suya en medio de los incendios en la Amazonía. ¿Pensó que esto podía pasar?
Las esculturas más actuales son las de los árboles y las más antiguas, las de los animales. Como dice, debido a todo lo que está ocurriendo, tienen vigencia, pero a mí siempre me preocupó el tema ecológico. Parece que es algo que está en el limbo, pues la gente suele creer que no va a pasar nada. Pero lo de Brasil ha sido una catástrofe y ya hemos visto cómo el problema ha llegado también a Paraguay, Bolivia y el Perú. Ha sido terrible, y no solo por las personas que viven en las zonas de los incendios, sino también por el bosque y por los animales. Hace poco hubo incendios cerca de Kuélap y en Machu Picchu la gente está con la angustia de que se comiencen a incendiar los pastizales que rodean el santuario.
Esto nos está haciendo ver recién cómo estamos tratando a la naturaleza…
Cómo la estamos tratando y destruyendo… No nos olvidemos que en la época del incanato se respetaban los ciclos de la tierra: durante dos años se sembraban papas; luego de dos años, habas; y en los años subsiguientes, choclos. De esta manera, se mantenía el vigor de la tierra, se mantenían sus proteínas y aminoácidos y los alimentos no perdían su valor nutritivo como sucede ahora. Había una preocupación por la relación entre el ambiente y el ser humano; ninguno de los dos debía agredirse.
¿Cómo se representa todo esto en su obra?
Creo que el detalle está en los materiales que uso. Yo utilizo mármol intervenido en madera y madera intervenida en acrílico, para llamar la atención sobre cómo estamos interviniendo en la naturaleza.
¿Cuánto influye en su obra el arte prehispánico?
Creo que casi toda mi obra ha sido influida por nuestras raíces hispánicas y prehispánicas. Yo he hecho exposiciones con unas aves en plata, cuyos modelos eran tomados de los mantos, no solo de Paracas, sino también de la sierra y selva del Perú. Después, he hecho otras obras, en acrílico, de animales representados en los queros, en las narigueras, en los mantos. Siempre he tratado de integrar las tres regiones del país. Otro material con el que he trabajado ha sido la plata laminada. Un material muy frágil que me ha permitido hacer figuras sutiles, casi etéreas.
En la muestra hay dos tipos de piezas: por un lado, las hechas en madera; y, por otro, las más figurativas que representan animales.
Son siete piezas que representan árboles, que sería la flora; y luego está la fauna, representada por piezas de animales, en acrílico y plata, algunos en peligro de extinción como el sajino, al que cazan bastante debido a su carne; el cóndor; el pato pico de cuchara; el lagarto. Son dos estilos bastante diferentes, sí, y quizás en otro momento no hubieran sido reunidos, pero ahora me parece que existen problemas como la tala indiscriminada, la minería ilegal, los incendios que están haciendo desaparecer los bosques y la fauna. Y, como decía, la muestra por desgracia ha caído como anillo al dedo. Lo que hago es intervenir los materiales para que se vea cómo nosotros estamos interviniendo en la naturaleza, a veces de manera sutil, pero las consecuencias siempre son dramáticas.