En el nombre del padre: Keiko Fujimori apela al ‘tractor’, al ‘albertismo’ y al gobierno de los ‘90

El miércoles pasado, la lideresa de Fuerza Popular difundió una fotografía en blanco y negro en la que aparece a bordo de un tractor, y aseguró: “Nuestra historia vuelve a empezar. Recorriendo el país con mucha fe para derrotar a la izquierda y al populismo”.

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La imagen fue capturada un día antes en la provincia de Contumazá, en Cajamarca, a donde viajó con autorización judicial. Según la versión de fuentes de su campaña, sus simpatizantes le pidieron que subiera a la máquina y ella “aceptó feliz”.

Pero desde el año pasado, la lideresa del fujimorismo se apoya en la figura y el recuerdo de su padre como estrategia electoral.

“Así como Alberto Fujimori rescató al Perú en 1990, yo, Keiko Fujimori, estoy aquí 30 años después para decirles que no perdamos la esperanza”, aseguró la semana pasada en el debate electoral de la Cade 2021. Antes defendió el modelo económico que se instauró en los 90 y dijo que indultará a su padre si llega a Palacio.

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Además, en octubre Keiko Fujimori ya había anunciado que Alberto Fujimori se incorporaba a la llamada “escuela naranja”, plataforma virtual donde dicta un curso sobre su gobierno en la década de los noventa.

“Con una apelación al albertismo y al gobierno de los 90 buscan hacer un paralelo con la crisis de esa época [y la actual]”, señaló el politólogo Omar Awapara.

Como se recuerda, a finales de la década de 1980, la economía peruana sufría una severa crisis económica, con hiperinflación y desempleo. Hoy atraviesa una nueva crisis causada por la pandemia del COVID-19 y las medidas impuestas para desacelerar su propagación.

“Apelando a esa memoria podrían pretender conseguir un 7% o 10% [de intención de voto] adicional y con eso es suficiente para pasar a segunda vuelta. Ya tienen un 8% y saben que no necesitan mucho. No es un recurso inválido, vamos a ver cómo lo toma la ciudadanía”, agregó Awapara.

Keiko Fujimori se ubica tercera en las preferencias electorales, detrás de George Forsyth (11%), Yonhy Lescano (10%), y en empate con Verónika Mendoza (8%), según la última encuesta de El Comercio-Ipsos. Pero es la candidata con el segundo mayor antivoto (72%), solo superada por el expresidente y postulante a la presidencia con el Partido Nacionalista, Ollanta Humala (74%).

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Tractor por mototaxi

En las elecciones del 90, el tractor fue pieza clave de una campaña que llamó la atención por “original y amateur”, recuerda el periodista Luis Jochamowitz, autor del libro ‘Ciudadano Fujimori’. Con esa máquina, Fujimori buscó resaltar su profesión de ingeniero agrónomo ante su rival político, Mario Vargas Llosa.

Durante la campaña, Fujimori utilizó el tractor para movilizar una plataforma desde donde celebraba sus mítines. Solía llegar a reuniones en asentamientos humanos a bordo de su tractor, con su candidato a la primera vicepresidencia, Máximo San Román, detrás de él en un vehículo menos llamativo, recuerda la periodista Sally Bowen en el libro ‘El expediente Fujimori’.

Así llegó a Palacio. Su hija mayor, Keiko Fujimori, vivió esa campaña del 90, los dos gobiernos hasta el 2000 y su derrumbe.

En las elecciones del 2011 y 2016, Keiko Fujimori deslindó de él, se opuso públicamente a su indulto y marcó distancia del ala dura del fujimorismo. Pero su intento por renovar la imagen de su partido quedó golpeada por enfrentamientos políticos entre su bancada y el Ejecutivo de turno. La filtración del chat llamado Mototaxi confirmó la actitud confrontacional del nuevo fujimorismo.

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“Ella dilapidó la herencia electoral y la está tratando de recuperar. Para ella, hoy los votantes albertistas son importantes”, dijo Jochamowitz.

Este jueves, en diálogo con Canal N, se refirió al acercamiento con su padre, estrategia contraria a la que aplicó en las elecciones del 2016. “Mi reencuentro con mi padre es una decisión muy personal. Hemos superado nuestras diferencias. Ambos nos hemos perdonado y hoy estamos trabajando otra vez de la mano”, escribió.

De cara a las elecciones de abril, Keiko Fujimori se baja de la mototaxi que no la llevará a Palacio, para subirse a un tractor en busca de mejor suerte.

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