Raúl, de aproximadamente 10 años de edad, era un niño que se encontraba físicamente normal y estable, pero tenía un pequeño problema: no pronunciaba bien los sonidos del habla, debido a que no había tenido un tratamiento de pequeño. Raúl, a la edad que tenía, no podía pronunciar bien los sonidos del habla y sentía mucha vergüenza en el colegio al hablar en público o con sus compañeros, cuando tenía que pronunciar alguna palabra complicada, bajaba el tono de su voz para que no lo escuchen bien.
Con el apoyo de su familia, Raúl asistió a terapia del habla y tuvo mucha motivación, porque él quería mejorar y pronunciar bien los sonidos. En la medida que la terapia fue avanzando, pudo expresarse mucho mejor y elevar su autoconfianza. Actualmente, es un niño conversador, tiene muchos amigos y lo más importante es que podía expresar todo lo que podía sentir o quería decir.
Este es uno de los casos que trató la especialista en terapia del habla y motricidad orofacial, Cathy Hermenegildo, quien día a día trata de ayudar a los niños que poseen problemas de habla y lenguaje. Bienestar del Diario El Comercio conversó con ella y nos explicó más sobre el tema.
Diferencia entre terapia del habla y de lenguaje
Las primeras palabras de los niños deberían darse al año, ya que al año y medio esas deberían incrementarse, es decir, van nombrando lo que van viendo a su alrededor. A los dos años debería haber un incremento muy grande, por ello la cantidad de palabras deben aumentar según la edad que cumplen.
“Si su vocabulario sigue quedándose en una sola palabra y no aumenta el nivel de una frase, entonces vemos que se está empezando a retrasar, entonces cuanto antes se pueda se tiene que realizar una evaluación como prevención para ver qué está originando esto. Muchas cosas pueden estimularlo, como cuando los padres no utilizan frases o palabras de acuerdo a la edad del niño, puede también darse a nivel neurológico del cerebro que no permite que se pueda desarrollar mejor”, afirma la especialista.
Cuándo hay niños que se demoran en hablar, los papás tienen que empezar a preocuparse y los niños tienen que pasar por una evaluación de terapia de lenguaje y terapia de habla.
- Terapia de lenguaje: Se debe observar por qué el niño no está hablando, por qué no está formando palabras ni formando oraciones, si es que tiene que ver con la parte comprensiva o expresiva.
- Terapia de habla: Se tiene que ver si hay algo en las estructuras de su boca, ya sea labios, lengua, paladar o algo que pueda estar influyendo que no le permita al niño a pronunciar las palabras.
“Ambas cosas tienen que ser evaluadas para ver qué es lo que está impidiendo desarrollar un lenguaje y desarrollar habla adecuada”, comenta Hermenegildo.
Consecuencias si es que no se llega a tratar
Esto puede generar a la larga muchos problemas en el niño.
- Se puede retrasar en el desarrollo de su lenguaje, ya sea expresivo o comprensivo, dependiendo de qué área esté afectada.
- El niño no podrá comunicar todo aquello que quiere, que necesita o lo que le está afectando, empieza a llorar, a renegar, puede llegar a frustrarse mucho, porque no puede expresarse la gente no lo entiende y puede terminar en problemas de conducta.
- Puede generar en el niño sentimientos de baja autoestima, porque quiere hablar, los demás lo escuchan, no lo entienden y pueden llegar a burlarse de él, desarrollándose así posible bullying.
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