La mayoría de las mujeres describen la etapa del embarazo como una de las más bonitas de su vida, por algo es conocida como “el periodo de la dulce espera”. En esos nueves meses, se suele formar una imagen idealizada de la maternidad, muchas veces influenciada por las películas, series o cualquier otra referencia, según un estudio realizado en 2017 por investigadores de la Universidad de Queensland en Australia.
En dicha investigación, se explica que la idealización de la maternidad puede incluir creencias sobre el amor incondicional que sentirán por su hijo, la facilidad del parto y la crianza, así como la felicidad que traerá al hogar el recién nacido.
Pese a que estos pensamientos pueden tener efectos positivos en el embarazo, como una mayor motivación para cuidar de la salud y el bienestar del feto, y una mayor confianza y optimismo durante el parto, no se debe dejar de lado que ser madre puede significar una experiencia difícil, agotadora y abrumadora en muchas ocasiones.
Cabe destacar que estas idealizaciones no son universales y que cada mujer experimenta el embarazo y la maternidad de manera única. Explicado esto, a continuación, te describiremos momentos que no te advirtieron antes sobre la crianza de tus hijos:
Primeros días con tu bebé
El estudio de la Universidad de Queensland entrevistó a más de 700 mujeres embarazadas en su primer trimestre. Las encuestas arrojaron que más del 80% de las mujeres informaron tener altas expectativas de ser buenas madres, mientras que el 75% dijo sentirse emocionada y feliz por la llegada de su hijo.
Sin embargo, estos sentimientos se vieron frustrados debido a la sensación de ignorancia y torpeza a la hora de atenderlo o socorrerlo. Las madres primerizas incluso sintieron desesperación a la hora de darle su primer baño a la criatura, al igual que cuando tocó sus primeros cambios de pañal.
Son estos momentos que pensabas simples y cotidianos los que se pueden convertir en un martirio hasta que agarres practica y acumules experiencia. Recuerda que nadie nació sabiendo.
Sentimiento de soledad
Tras superar la etapa en que tu bebé llora cada vez que te alejas de él, puedes experimentar mucha soledad. La soledad en la maternidad es un tema rara vez discutido, pero puede ser abrumador para muchos padres
Esta suele desarrollarse cuando sientes que tu bebé ya no te necesita para realizar actividades cotidianas, pero a la vez, no puedes dejarlo solo o sin supervisión por las constantes amenazas que hay en su entorno. Es importante buscar ayuda y apoyo cuando se sienta de esta manera para prevenir el estrés y la ansiedad.
Los terribles dos años
Esta etapa suele llegar entre los dos y tres primeros años de vida. Y llega a sorprender a los padres ya que justo se habían superado los problemas iniciales que se tuvieron con la crianza del bebé.
A esa edad, todo niño empieza a desenvolverse en su entorno para descubrir quiénes son en realidad, al punto de darse cuenta que no son una extensión de sus padres, sino personas completamente independientes.
Esto los impulsa a realizar actividades por si solos y sin consultarle a sus progenitores. Por más equivocados que estén, tratarán de desafiar los límites y mostrar su completo desacuerdo con las reglas establecidas.
Para sobrellevarlo, deberás analizar su comportamiento y entenderlo. Esta es la única forma de guiarlos respetuosamente.
Diferente a los demás
Cuando tu hijo no se comporta de forma “normal”, es imposible no sentir preocupación. Esto debido a que nos cuesta entender que cada ser humano se desarrolla diferente y va a su tiempo.
Prácticamente todos los padres pasamos por alguna de estas fases en algún momento de la crianza, lo que irremediablemente nos provoca una gran preocupación y desasosiego.
En lugar de sentirte frustrada o perturbada por la manera en que come, duerme, camina, interactúa o realiza sus necesidades fisiológicas, puedes enfocarte en no comparar y consultar cualquier duda con su pediatra.
La realidad de los cumpleaños
Cada año, junto a la llegada del cumpleaños de tu hijo, sentirás el golpe de realidad. Cada que tu bebé sople una vela, entenderás que los años vuelan y el tiempo no se detiene. Es por ello que debes atesorar cada momento clave en el crecimiento de tu pequeño, porque no volverán.
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