(Foto: El Comercio)
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Angus Laurie

La Constitución de Estados Unidos es algo casi sagrado dentro de este país. Allí, los debates políticos se centran en la interpretación de este documento, pero evitan cualquier cuestionamiento del mismo. No solamente define un país a nivel legal, sino que se ha vuelto parte inseparable de su identidad, como un texto sagrado para una religión.

Pasó a ser ley en 1789, 13 años después de su declaración de independencia del Reino Unido. Sin embargo, la influencia quizás más importante en la formulación de este documento fue la Constitución Fundamental de las Carolinas, escrito irónicamente por la colonia del Reino Unido por el filósofo inglés, John Locke, más de un siglo atrás. A pesar de ser el documento más importante en definir la identidad de un país, la Constitución se basó en las experiencias e ideologías de otros.

Esto es relevante hoy en Lima en el contexto de dos declaraciones recientes que se relacionan con la idea de mirar y aprender de la experiencia de otros. En lo pragmático, el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, en su mensaje a la nación el día 28 de julio, resaltó el caso de aprender de los nuevos miembros asociados de la Alianza del Pacífico: Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Singapur, que han “logrado avances, de los cuales podemos aprender”. Esto tiene todo el sentido.

En cambio, en una entrevista con El Comercio publicada el día 4 de junio, el presidente de Serpar hablaba en contra de las centros de cultura, recreación y educación ambiental (CREA) que fueron construidos en algunos parques zonales en la periferia de Lima, con el reto de llevar equipamientos muy necesarios a las zonas que poseen un gran déficit de estos. El argumento en contra de los CREA, según el presidente actual de Serpar, fue, en parte, que son “una imitación colombiana, por lo tanto, no deberíamos perder nuestra identidad”.

Siempre podríamos aprender de los éxitos y fracasos de los demás. En Lima, se puede ver la influencia del urbanismo norteamericano, europeo, romano y precolombino. Por otro lado, la cuadrícula del Centro Histórico de Lima y la Ley de Indias de Carlos V de España fueron referentes para el plan de 1811 de Manhattan de John Randel. Aprendemos de otros, y otros aprenden de nosotros.

Hoy en día, Bogotá es un ejemplo internacional del buen planeamiento urbano y conocido en particular por sus logros en entregar equipamientos públicos como centros culturales, bibliotecas y centros deportivos en las zonas donde son más necesarios.

Que podamos “perder parte de nuestra identidad” por inspirarnos y aprender de las buenas prácticas de otros es una idea bastante descabellada, por decir lo menos.

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