Los bomberos de Lima no la tienen fácil. En las últimas semanas los ciudadanos han sido testigos de agresiones contra voluntarios al querer apagar un incendio, e incluso de frases desafortunadas como “vinieron a hacer bulla y finta”, como la publicada por el subgerente de Saga Falabella tras los incidentes en el Jockey Plaza. Pero hay otra ingrata realidad la que se impone a la labor de estos héroes: la inaccesibilidad.
El Cuerpo de Bomberos advierte los riesgos del exceso de rejas que acuartelan grandes manzanas e impiden el ingreso libre pese a ser vía pública, y permanecen cerradas a toda hora.
“La mayoría de veces nadie tiene la llave y no sabemos cómo entrar. Damos vueltas para adivinar cuál es la reja disponible, mientras el fuego avanza. Nos hemos encontrado, incluso, con rejas que han sido soldadas para impedir que alguien las abra”, dice el comandante César García, miembro de la dirección de prevención de incendios del Cuerpo de Bomberos del Perú.
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Estos casos han sucedido en Santa Catalina (La Victoria), Los Olivos, Salamanca (San Luis), Mayorazgo (Ate), Santa Leonor y Los Cedros de Villa (Chorrillos), urbanización Pando, en el Cercado de Lima, La Molina y San Miguel.
Unas 1.500 rejas, aproximadamente, hay en Lima. Entre el 93% y 95% fueron instaladas sin autorización. Cabe indicar que la instalación de una reja vulnera el derecho al libre tránsito por el territorio nacional.
Pero además de las rejas, el diseño de algunas calles y los vehículos que invaden vías obstaculizan el paso de cualquier vehículo de bomberos en emergencias.
Un recorrido con los bomberos por Lima, desde San Isidro hasta las zonas más altas de Chorrillos, permitió comprobar esta realidad.
La estrecha calle Esperanza, en Miraflores, es una bomba de tiempo: tiene el carril izquierdo invadido por autos, y en ocasiones la vereda de la derecha también es usada para estacionar. Esta vía es comercial y alberga locales de comida, antigüedades y discotecas. Según César García, los bomberos no podrían acceder a ninguno de ellos en caso de incendio.
Algunas calles de San Isidro, como Agustín Torrre, Guanahani, Tellería y el pasaje Botteri, no tienen espacio para el paso una motobomba de bomberos, que mide de largo 12 metros y de ancho 2,60 metros. Ellos estarían impedidos de ingresar ante una emergencia y tampoco podrían voltear hacia los lados.
La calle Ecológica, en Chorrillos, próxima al patio taller del Metropolitano, está cerrada por una tranquera y bloqueada con vehículos abandonados.
En otros países como Brasil, Ecuador, México, Holanda y Alemania existen motos contra incendios, vehículos de intervención rápida que pueden acceder a cualquier lugar. El Perú aún no cuenta con ninguna.
Según el Cuerpo de Bomberos del Perú, las calles, cerros, y pasajes invadidos y los enrejados complican labor de rescate en el 30% de incendios y emergencias médicas.