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El histórico inicio del nuevo Jorge Chávez y los desafíos logísticos después del primer día
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A la 1:00 p.m. de este domingo se iniciaron las operaciones en el nuevo aeropuerto Jorge Chávez, luego de 12 horas de un histórico apagón aeronáutico y cientos de vuelos suspendidos. Pasado el mediodía, los controladores aéreos y trabajadores del aeropuerto presenciaron el aterrizaje de un avión procedente de Madrid, España, de la aerolínea Iberia, con 334 pasajeros a bordo. Minutos después despegó un avión de LATAM con destino a Atlanta, Estados Unidos, con 233 personas.

Nueve aviones del extranjero aterrizaron en su primera hora de funcionamiento y otros once despegaron hacia otros destinos nacionales e internacionales. De acuerdo con Lima Airport Partners (LAP), aproximadamente 250 vuelos se realizaron en el terminal aéreo, permitiendo el viaje de alrededor de 30.000 pasajeros.
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Carlos Salas Abusada desglosa con rigor las noticias clave del día de lunes a viernes.
Desde la puerta de llegadas, y ante la atenta mirada de familiares y amigos que esperaban con ansias, los pasajeros del primer vuelo manifestaron a la prensa su alegría y brindaron elogios al flamante terminal.
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“Vengo de España, de Madrid, y regreso al Perú después de 10 años. El nuevo aeropuerto no tiene nada que envidiar al resto de aeropuertos del mundo, porque es totalmente moderno. No hay nada que envidiarle a los demás países. Está cumpliendo todo lo que debe tener un aeropuerto: buena capacidad, ambientes amplios, los pasillos, la señalización, todo muy bien”, declaró Antonio Romero.
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Tan solo la madrugada de ayer, tras 65 años de funcionamiento, el antiguo terminal cerró definitivamente sus puertas, luego de haber recibido y despedido a más de 400 millones de personas. Entre lágrimas y gritos de emoción, cientos de pasajeros y trabajadores dijeron adiós al viejo Jorge Chávez para dar paso a una nueva etapa. La jornada concluyó con un acto simbólico de apagado de luces, liderado por el gerente general de LAP, Juan José Salmón, desde la sala de embarque.
“Moderno, increíble. Mi primera vez en Perú. Vengo de turismo por dos semanas”, fueron las cortas pero significativas palabras de Enzo, ciudadano italiano que llegó para visitar Machu Picchu. “Está todo señalizado. No hemos tenido ningún problema para recoger las maletas ni para salir. Aparte, hay mucho personal que nos ha cuidado”, expresó Rosario Castañón, que regresó con su esposo.
Aglomeraciones y poca señalización
Tras los primeros vuelos en el nuevo terminal ubicado en Morales Duárez, las demoras fueron evidentes. Algunos pasajeros se quejaron por la aglomeración en las puertas de salidas nacionales e internacionales, mientras otros caminaban desorientados tratando de ubicarse en el nuevo espacio que cuenta con un área de 270.000 metros cuadrados, es decir, tres veces más grande que el antiguo terminal.

En el área de control de seguridad hacia las puertas de embarque, las colas eran interminables. Hasta antes de la llegada del primer avión, se habían programado 248 vuelos en el nuevo terminal, entre salidas y llegadas nacionales e internacionales. Si bien los procesos eran lentos, esto se debía a la acumulación de vuelos y a la necesidad de que los usuarios se familiarizaran con las nuevas instalaciones.
Al mediodía, los estacionamientos de corta y larga estancia estaban llenos. Asimismo, en el tercer nivel —espacio destinado al check-in, despacho de maletas de bodega y acceso a las salas de embarque— hubo una gran aglomeración entre la 1 y 3 p.m.
“Está viajando mi esposa con mi suegra y una prima de mi esposa a Ayacucho. La primera impresión que tengo es que ha habido mucha aglomeración. Creo que falta orientación. El anterior aeropuerto era mucho más práctico, se hacían las cosas más rápido. Debe ser por su primer día que hay bastante aglomeración”, dijo Gonzalo Díaz, quien tardó 20 minutos para llegar al aeropuerto desde el distrito de Comas.
La Defensoría del Pueblo alertó sobre deficiencias en los servicios higiénicos, además precisó a este Diario que recibió reclamos de los primeros usuarios entre las 8:00 a.m. y 2:00 p.m. Asimismo, un equipo de El Comercio constató que algunos ascensores estaban fuera de servicio, generando colas para usar los que funcionaban correctamente.

“Hemos encontrado algunas falencias en cuanto a la señalización para ingresar al aeropuerto. Por ejemplo, en establecer cuál es la ruta clara para ingresar desde las avenidas Faucett y Morales Duárez y Faucett. Falta señalización para que los usuarios y los vehículos ingresen al aeropuerto. Una vez dentro, encontramos una fuerte deficiencia en cuanto a la señalización porque los vehículos privados y los taxis no sabían si es la zona de estacionamiento temporal o de larga estancia. Hay bastante confusión en cuanto al estacionamiento”, declaró José Luis Agüero , adjunto de Administración Estatal de la Defensoría del Pueblo.
Conductores desorientados
Hacia las 3:30 p.m., la congestión vehicular se apoderó de las vías que rodean el nuevo aeropuerto. Los taxistas, aún poco familiarizados con las nuevas rutas de acceso y los procedimientos para dejar o recoger pasajeros, optaron por vías alternas a la avenida Faucett, ingresando por Morales Duárez y cruzando el puente que conecta el aeropuerto con la ciudad.
Una de las rutas más utilizadas fue la conformada por las avenidas Nuevo Aeropuerto y Santa Rosa. La primera, que enlaza con otras arterias importantes del Callao como la avenida El Sol, fue calificada como peligrosa por varios conductores. Aunque había presencia policial en las inmediaciones del aeropuerto, en las rutas alternas la vigilancia era escasa, generando preocupación por la inseguridad, especialmente de noche.
Dentro del terminal, la confusión era evidente. Al tratarse de las primeras horas de operación, algunas zonas estaban abarrotadas de personas sorprendidas por la colosal estructura, pero también desorientadas. Aunque hay señalización, la gran cantidad de comercios y stands dificulta la visibilidad de las indicaciones para desplazarse.
Los pasajeros se apresuraban; algunos llevaban niños en brazos, otros hablaban por teléfono con el celular en la mano. En los accesos, los vehículos se detenían en plena pista, algunos buses retrocedían, y minivans invadían carriles indebidos. Muchos conductores no tenían claro cuál era la ruta interna que debían seguir.

“Hemos venido a conocerlo. Los taxistas están tomando rutas alternas para evitar el cruce de Morales Duárez con Faucett. Intentamos llegar a salidas nacionales guiándonos por la vista, pero nos perdimos”, relató una pareja de adultos mayores.
En la parte final del boulevard del nuevo aeropuerto, exactamente en el segundo nivel junto a la vía libre, largas colas se formaron en el paradero del AeroDirecto. Los usuarios que esperaban los buses se quejaban de la demora y la falta de señalización para organizar la fila.
“Llevamos más de 20 minutos esperando un bus hacia La Marina”, comentó un pasajero. Otro relató que inicialmente lo pusieron en una fila y luego lo movieron a otra. “Los trabajadores de la ATU no se acercan a orientarnos. Debería haber uno en cada tramo”, reclamó con molestia.
Pese a todos los inconvenientes que se vivieron en las primeras horas del nuevo Jorge Chávez, se proyecta que en los próximos días las observaciones realizadas por los pasajeros y autoridades puedan ser subsanadas con la finalidad de contar con una mejor experiencia antes o después de volar.












